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Veracruz, de la excepción a la decepción

by Ángel Álvaro Peña

La historia se repite, y no la de la violencia en Veracruz sino la justificación para que ese problema persista en la entidad. El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, acusó nuevamente al Fiscal General del Estado, Jorge Winckler, de proteger a un cártel delictivo al que pertenecería Ricardo “N” alias “La Loca”, presunto autor del ataque a un bar que cobró la vida de 29 personas en Coatzacoalcos.

Por su parte, Jorge Winckler, titular de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, aseguró que el Gobernador Cuitláhuac García tiene “poca experiencia” y está muy mal aconsejado por gente cercana como su Secretario de Gobierno, Eric Cisneros.

Winckler Ortiz informó que hay un “avance importante” en las investigaciones sobre la masacre en el establecimiento de Coatzacoalcos.

En Veracruz se padece la disputa por la plaza entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel Los Zetas desde hace años.

La competencia electoral implica el conocimiento del terreno que se va a gobernar, el actual gobernador de la entidad, dio varias veces el recorrido  en busca del voto por todo el estado. Más aún si consideramos que realizó dos campañas, que implica un reconocimiento de la realidad del terreno que se pisará. Por otra parte, al saber que se triunfa en las urnas, la profundidad con la que debe conocerse la realidad de Veracruz debe ser mayor, por eso hay un lapso prudente entre el triunfo reconocido por la autoridad electoral y la toma de posesión. Sin embargo, nada de esto parece haberle servido al gobernador a la hora de conocer el territorio que gobierna.

La actitud de Cuitláhuac García sobre la violencia en la entidad no ha convencido ni siquiera a sus incondicionales, el pretexto es el mismo, la enemistad personal que existe entre el mandatario estatal y el Fiscal General de ese Estado.

Ambos se culpan de la violencia, que crece cada día hasta niveles que superan su propio antecedente. Es decir, la violencia actual en Veracruz no tiene precedente.

En cada caso hay muertes de veracruzanos que significa una tragedia familiar. Una pérdida de la confianza que toda autoridad debe tener en los momentos en los que el país necesita mayor unidad, y un extravío de la función original del gobierno que sólo ha mostrado indiferencia y falta de sensibilidad al dolor de los deudos de matanzas que colocan a la entidad como el estado más peligroso del país.

El apoyo que el Presidente de la República mostró de manera prácticamente incondicional al gobernador de Veracruz parece haber terminado ante la mancha que significa para los gobiernos de Morena una actitud como la de García Jiménez, quien no resuelve ni el asunto de la violencia, ni la salud, ni la educación, ni la seguridad, ni nada que pueda estar en sus manos para contribuir a fortalecer la Cuarta Transformación que es un proyecto histórico.

La condición de transformación le tiene sin cuidado al gobernador. Disfruta el puesto como si fuera eterno y goza de las mieles del poder como si se lo hubiera regalado una fuerza divina.

Ha olvidado que se debe a la gente y que mucho de ese éxito electoral se lo debe al Presidente de la República, a quien miente e intenta manipular con pretextos carentes de lógica.

El mandatario estatal señaló que en este caso la Fiscalía General debe hacer una investigación a fondo “tanto en Veracruz como en todos los casos y que no se archiven las denuncias”.  Por si fuera poco no sólo responsabiliza al fiscal de negligencia sino de complicidad, lo que podría revertirse en cualquier momento contra el gobernador.

Las acusaciones contra Winckler de parte del gobernador son muy graves y deben ser documentadas antes de que pierda más credibilidad. Porque hasta la fecha el equipo de imberbes funcionarios no ha sido capaz de sacar el desprestigio del mandatario del cesto de la basura donde se encuentra desde hace meses.

En nueve meses de gobierno Cuitláhuac García ha permitido que la violencia impere en la entidad y, lo peor, que haya una impunidad que invita a seguir cometiendo crímenes.

En el rubro de los periodistas asesinados lleva también la delantera en todo el país, de tal suerte que podría señalársele como un pésimo gobernante que no ha podido responder a las expectativas que los veracruzanos consideraron lógicas luego del trabajo de campaña del ingeniero García Jiménez.

El equipo cercano del gobernador no tiene mucha imaginación, y repite los pretextos para que no se note la falta de capacidad para llevar adelante el cargo, que desde hace nueve meses ha mostrado indiferencia y una gran pasión por el ocio.

La historia del descrédito tiene su propio desarrollo, porque  a la hora de despertar de su letargo pregunta a su secretario de gobierno sobre el tema y este le mal informa, inventa, crea versiones alejadas de la verdad. Lo mismo sucede con el líder del Congreso, quien a fin de contestar rápido y no mostrar distracción, suelta lo primero que le viene a la mente, aunque esté disociado de los hechos.

La barbarie de Coatzacoalcos se realiza a causa de la falta de vigilancia, a la facilidad que tienen los funcionarios públicos, del pasado y del presente, para vivir en la impunidad. El clima que vive Veracruz propicia mayor violencia, la impunidad, la indiferencia, la insensibilidad de las más altas autoridades se convierte en una amenaza para todos y cada uno de quienes viven en esa entidad.

La decepción que crea el gobernador entre la población obligó a cambiar de postura a los más convencidos de su figura como gobernante. La incapacidad que mostró desde el primer momento de su llegada a un lugar de por sí ofendido por administraciones anteriores que parecieran haber hecho mejor papel que este hombre a quien rebaso la realidad de un estado que aseguró conocer y una vez en el poder desconoció hasta a los amigos. PEGA Y CORRE.- Comunicadores del Estado de México se manifestaron en la explanada de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México exigiendo se agilicen las investigaciones por el asesinato del periodista Nevith Condés Jaramilllo, ocurrido el pasado fin de semana. Hacen falta respuestas y sobran preguntas en los casos de comunicadores asesinados… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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