Sin pena ni gloria se fueron los cubanos

El jueves pasado el cibernauta mexicano EL DURO (@REFM79) preguntó: “Tendrán la información de en dónde, cuándo y cómo los médicos cubanos prestaron ayuda?”.

Su pregunta iba dirigida a Eugenio Martínez Enríquez, director general para América Latina y el Caribe de la cancillería cubana, quien había tuiteado que: “Tras intensa labor y destacados resultados regresa a Cuba primer grupo de Brigada Médica de #Cuba que prestó servicios en Ciudad de #Mexico para combatir #Cobid_19”.

En lugar de Martínez Enríquez, a EL DURO le respondió un día después el cónsul general de Cuba en el Departamento de Santa Cruz, Bolivia, Raúl Sánchez Atencio: “Bienvenidos a la Patria queridos héroes de batas blancas. El pueblo cubano los contempla orgullosos. Felicidades”.

La pregunta de EL DURO es válida para Veracruz: ¿alguien sabe cuál es el saldo de la presencia de los cubanos en la entidad? y ¿cuánto le costó a los veracruzanos haberlos contratado?

El 2 de julio, 42 días después de que llegaron al Estado, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez dijo que había sido una “fortuna” lograr un convenio con el gobierno cubano para que vinieran a Veracruz, para lo cual habían contado con el apoyo del Insabi.

“Me enteré de que había médicos cubanos que estaban yendo a Sudamérica, donde un país los rechazó primero y luego pedían que volvieran, y dije pues si ya uno los rechazó yo pido mano”, declaró a Radiotelevisión de Veracruz.

El gobernador dijo que se había hecho un convenio con la embajada de Cuba en México para cubrir la demanda en hospitales ya que personal médico y de enfermería de Veracruz se negaba a trabajar por la pandemia.

Pero once días después, Fabiola González, del Diario de Xalapa, informó que desde el 22 de junio había solicitado información a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y que le habían informado que esa dependencia no había celebrado contratos, convenios o acuerdos con médicos cubanos, y que no había realizado gestión alguna sobre el tema.

Apuntó la reportera que autoridades federales y estatales mantenían bajo confidencialidad cualquier información al respecto, el número exacto de médicos y su distribución.

La tarde del jueves 21 de mayo sorpresivamente la prensa del puerto jarocho empezó a informar que acababan de llegar 108 médicos cubanos –la cifra exacta tampoco se precisó nunca– y que del aeropuerto Heriberto Jara Corona acababan de ser trasladados al Centro de Raqueta, en Boca del Río.

Informa más Agencia Cubana de Noticias

El portal informativo cubano cibercuba.com, que se define como un medio independiente en la isla, informó que en total viajaron a nuestro país 578 médicos de la Brigada Médica Internacional Henry Reeve, de los cuales 125 fueron destinados a trabajar en Veracruz.

El medio dijo que, a su regreso, el segundo jefe de la brigada, doctor Juan José Pulido López, informó a la Agencia Cubana de Noticias que los médicos de la isla salvaron la vida a 2,169 pacientes en nueve hospitales, que atendieron a 54,000 personas, de las cuales más de 43,000 eran casos positivos.

El propio periódico virtual cubano informó que la estancia en México de sus connacionales no había estado exenta de polémica, reportando que, a mediados de julio, después de dos meses de su llegada a Veracruz, sus contratos estaban en un estado impreciso debido a que, al parecer, se habían firmado sin la observación de instituciones –como establece la ley– y se desconocían los pormenores de los convenios.

También dijo que la llegada de los cubanos había originado molestias en los profesionales locales, quienes cuestionaron su capacidad mostrada en el enfrentamiento a la pandemia, así como el hecho de que sus salarios fueran superiores. “De manera injusta se nos ha relegado, privilegiando a médicos extranjeros, desconociendo la capacidad académica de nuestras Universidades”.

“Al respecto, una docena de colegios, asociaciones y federaciones de especialistas mexicanos rechazaron la llegada de colegas de la isla, lo que consideraron una ‘falta grave’ en contra de los profesionales de la salud de México”. “Resulta un agravio para el gremio médico”, dijeron en una carta de protesta enviada al presidente Andrés Manuel López Obrador.

En junio varios médicos mexicanos declararon que los profesionales cubanos no estaban a la altura de las complejas circunstancias en el tratamiento del  covid-19 en el país, por lo que tenían que hacer su trabajo ya que desconocían la práctica médica, “no están preparados para apagar fuegos”.

Hubo varias versiones sobre a qué vinieron

Por otra parte,  sobre el grupo que llegó desde abril a México, los medios oficiales de Cuba informaron que venían a brindar ayuda en el asesoramiento a los especialistas mexicanos.

Pero posteriormente la Secretaría de Relaciones Exteriores aclaró en un comunicado que los doctores cubanos no atenderían directamente a la población afectada, sino que “únicamente harán recomendaciones en materia de política pública”.

“Los médicos cubanos que llegaron a México el pasado lunes no prestarán servicios médicos a la población, únicamente harán recomendaciones en materia de política pública”, dijo la SRE.

El medio informativo cubano publicó días antes de que regresaran a su país que “hasta la actualidad el Gobierno cubano no… ha hecho valoraciones de su desempeño que respondan a los criterios compartidos por los galenos mexicanos en los medios de prensa locales”.

Lo cierto es que a ojos de los veracruzanos –hasta donde alcanza mi percepción– se fueron sin pena ni gloria y cuando la crisis sanitaria por la pandemia está en lo más alto. ¿Qué tanto ayudaron a resolver el problema? ¿Acaso una de sus “recomendaciones en materia de política pública” fue sugerir que cerraran vialidades?

Si los trajeron por buenos, ¿cómo es que no obstante su presencia los casos aumentaron en gran proporción?, ¿por qué entonces los dejaron ir?, ¿se dará a los veracruzanos un informe sobre su actuación en aras de la transparencia que tanto se proclama?

En Veracruz, un fanático del sistema de medicina cubano y del sistema político cubano castrista es el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor.

En Cuba, héroes; ¿y los nuestros, acá?

Como apunto al inicio de la columna, un cónsul cubano proclama “héroes de bata blanca” a los brigadistas que vinieron a México y a Veracruz y dice que su pueblo los contempla “orgullosos”.

Ellos hicieron lo suyo si es que hicieron algo, o quién sabe qué hicieron, pero sus autoridades los exaltan. ¿Escucharemos alguna vez a alguien del gobierno de Veracruz proclamar lo mismo del personal hospitalario del Estado? ¿Alguna vez los trasladarán en aviones de la Fuerza Aérea Mexicana como lo hicieron con los visitantes? ¿O en autobuses de lujo como los que les pusieron para ir del aeropuerto al Centro de Raqueta?

¿Alguien ha mandado dar un toque de silencio, así sea virtual, para honrar a médicos, enfermeras, químicas, directivos, administrativos, personal de limpieza o de cocina, vigilantes, que han muerto víctimas de covid-19 por haberse expuesto dando atención a pacientes infectados?

Acá ni siquiera los protegen para que no los agredan los desalmados que los ven como potenciales transmisores cuando que cumplen una gran labor humanitaria. Son candil de la calle (aplauden e intentan imitar al sistema cubano castrista) pero oscuridad de su casa (desdeñan y ofenden a nuestro valioso y heroico personal hospitalario).

 

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