El medio ambiente se conforma por elementos naturales -donde no interviene la acción huma-na- y no naturales -o artificiales- aquellos construidos o modificados por la acción o intervención humana-. Entre los elementos fundamentales y naturales que requieren los seres vivos están el suelo, el aire y el agua, los cuales pueden ser intervenidos y modificados por la mano humana. Cuando es así, pasa a ser un medio ambiente construido.
La biodiversidad de especies también se debe al medio ambiente que incluye tanto ele-mentos naturales como artificiales que se relacionan entre sí y donde pueden intervenir factores del comportamiento humano y sociales. La calidad de vida, es el bienestar propio, el concepto que cada persona tiene en virtud de su cultura, sus valores, su bienestar físico y mental, social, material, su desarrollo emocional, ecológico y hasta sus metas de vida.
En este momento, está muy deteriorada la calidad ambiental de las sociedades las cua-les, entre más desarrolladas para lograr satisfactores económicos y materiales, o tras un desarro-llo tecnológico y científico o por un pasajero bienestar, ha sobre-explotado los recursos naturales y no ha reparado en la destrucción del medio ambiente. Y lo peor: la destrucción ambiental, trae consigo la destrucción de la calidad de las mismísimas sociedades.
En otras palabras, la calidad ambiental determina la auténtica calidad de vida. Y en medio de un macro escenario, ¿qué es lo que podemos hacer para contrarrestar los abusos de gobier-nos, industria, comercio? ¿De taladores de árboles y de amplios territorios a los que se cambia el uso de suelo para fines industriales, comerciales o cualquier otro uso depredador del ambiente?
¿Y cuáles son los daños más severos que provoca un medio ambiente deteriorado, vicia-do, tóxico, ‘estresante’? Uno de ellos, tal vez el más importante, es el daño a la salud. Vea usted si no: El aire que respiramos, el agua que ingerimos, los alimentos, los hábitos, todos ellos de-terminan nuestro bienestar: factor determinante en la calidad de vida que tenemos.
Es una verdad incuestionable que la salud y el tipo de ambiente en que se desarrolla nuestro diario vivir, juegan un papel fundamental para un bienestar que defiende y protege el medio ambiente. Se trata de fomentar acciones sencillas y sanas costumbres. Y tan sencillas co-mo no dejar correr el agua que no utilizamos, separar la basura en inorgánica y orgánica y hacer con ella, en casa, composta para las plantas del propio hogar, o de la escuela o del parque y arria-tes públicos. Otra acción: no tirar desechos en la calle, de ningún tipo; no dejar agua correr si no la está utilizando o captando en un recipiente.
Otra acción obligada es que, si posee un vehículo, realice puntualmente la afinación del motor, para no contaminar el aire. Y hagamos la lista -usted y yo- de todo aquello con que poda-mos colaborar: Comienzo: 1) No consumir productos cuyos productores y comercializadores con-taminen. Pues, por inconsciencia o indiferencia, nos están echando a perder la vida, la de los demás seres vivos y ¡la del planeta! Ahora usted sigue…
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