“La obra política más difícil es obtener la confianza antes que el éxito.” – Napoleón Bonaparte.
La demostración del poder armamentístico del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que circuló desde el pasado viernes y durante el fin de semana en redes sociales ha dejado a la sociedad estupefacta.
Por increíble que parezca el vídeo confirma el poder económico del grupo delictivo que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” mismo que alerta a todos los especialistas en materia de seguridad.
Uno de los más destacados Gabriel Guerra Castellanos, en sus redes sociales expresó que el video “es verdaderamente preocupante”. Si bien hay que establecer su autenticidad, “habla de una capacidad armada comparable o superior a la de muchos grupos guerrilleros.
Guerra Castellanos afirma “Cada quien leerá distintas cosas, yo lo que veo es a un enemigo del Estado mexicano y de todos nosotros”.
Y como es de esperarse, la imagen exhibiendo ese poderoso arsenal y la fuerza de reacción nos obliga a recordar otra muestra del poderío de fuego de los grupos criminales, ocurrida el pasado 17 de octubre de 2019 en Culiacán, Sinaloa.
Y es que la fallida captura y liberación de Ovidio Guzmán López “El Ratón” fue la primera evidencia de la incapacidad, pero sobre todo de la nula intensión del actual gobierno por hacer prevalecer el estado de derecho.
Y es que la ridícula perorata del presidente Andrés Manuel López Obrador de “abrazos… no balazos” ofende a los mexicanos y de paso a los integrantes de todas las fuerzas armadas.
Solo un cómplice de delincuentes actuaría como lo hace el propio ejecutivo federal, que incluso asiste hasta Sinaloa, para de manera personal, saludar y confirmarle a la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán que ha recibido una carta y que esta atendiendo el tema.
La crisis del narcotráfico que enfrentó Colombia a mediados de la década de los 80’s y 90’s del siglo pasado, tuvo un factor clave para su complicada erradicación, y es que las estructuras gubernamentales, militares, policiales, políticas y económicas estuvieron infiltradas.
Ese poder de infiltración provocó la complicidad de sus mismos funcionarios, quienes a cambio de grandes cantidades de dinero se enredaron en la maraña criminal, brindando protección y evasión de la justicia.
Los niveles de colusión y complicidad alcanzaron niveles insospechados, que a la larga terminaron saliendo a la luz.
México no es la excepción, la crisis que enfrenta hoy el gobierno es de alarma general, el estado de derecho ha sido trasgredido, pero peor aún, nos obliga a cuestionarnos si la permanencia del Ejecutivo Federal.
Lo exhibido este fin de semana indigna y ofende a todo mexicano bien nacido, pues mientras usted se constriñe a respetar la Ley, un selecto grupo de desadaptados sociales hacen y deshacen a sus anchas y frente a las narices del bendito gobierno transformador.
Los señalamientos de la sociedad se resumen en una frase que ya comienza a ser repetida por muchos mexicanos: ¡La cuarta transformación… resultó si ser una transformación de cuarta!
Sextante
Ante el intempestivo caso de Covid-19 del aún secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, una duda salta a la vista; si el hombre se muestra tan recuperado en una fotografía supuestamente internado en un Hospital Privado de la zona conurbada, las preguntas que resultan son muchas.
¿Por qué el secretario de Gobierno si recibe atención especializada en uno de los mejores hospitales privados del Estado?, acaso los demás veracruzanos ¿valen menos que este señor?
Y aun cuando deseamos su pronto restablecimiento, otra duda salta también, ¿Quién costeará el tiempo de alojamiento del secretario en tan oneroso hospital?
Acaso también valdría preguntar si su actitud no es mezquina, pues mientras el reposa sus carnes en tan cómoda habitación, muchos de mexicanos ni cama de hospital les dan en medio de la peor crisis sanitaria de los últimos 100 años.
Al tiempo.
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