- Entre los que quieren quedarse en casa para no contaminarse
- Los que tienen que salir a la calle para poder sobrevivir
- tener empatía por el dolor o miedo del otro y respetar más
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Lo que no han logrado ni los políticos ni los partidos, lo consiguió ya el Coronavirus, que es el dividir a la población en dos sectores.
Y no se trata de los contagiados y los no contagiados.
Se trata de quienes queremos continuar con el llamado aislamiento domiciliario y el otro grupo está formado por quienes no solo quieren, sino de hecho ya han vuelto a las actividades, como si nada pasara.
Habría que preguntarles a nuestros amables lectores en cual de esos grupos se encuentra.
Hay que anotar las diferencias principales:
El primer grupo el de la sana distancia y guardar encierro domiciliario tiene mucho miedo del virus, es comprensible.
Pero en su mayoría, todavía tiene recursos financieros para mantenerse quieto.
Por eso la “economía” estaì en segundo plano.
La cuarentena es cómoda… tiene tiempo para reflexionar, ver películas, descansar… y aún el trabajo Home Office…
Incluso critica al segundo grupo de “sólo pensar en dinero”.
En contraste el otro sector de la población que no hace caso de la pandemia, también le teme al virus.
Pero ya estáì siendo golpeado por la crisis y se está preocupando cada día más.
Muchos no tienen recursos para pagar la comida, alquiler, renta, servicios básicos (luz, agua, etc.), remedios… lo básico les falta… dicen: o morimos de COVID o morimos de hambre.
Saben que sus empleos, casas, negocios, todo estáì en riesgo inminente. Muchos ya perdieron empleo y sus negocios quebraron.
Por eso prefieren enfrentar el riesgo del virus con los debidos cuidados de higiene y volver al trabajo.
Por su parte, también responden al otro grupo y lo acusan de exagerar el pánico y ser fanáticos del virus.
Ese es el problema:
Son intereses y dolores completamente diferentes.
Como dice Pancho López el filósofo de mi pueblo: “No todos estamos en el mismo barco, todos estamos en la misma tormenta pero en barcos diferentes.”
Unos están en yates, otros en botes, otros en canoas que ya se están hundiendo.
¿Es difícil de entender?
Asíì que vamos a tener empatía por el dolor o miedo del otro y respetar más.
Ambos grupos se están enfermando.
¿Creen que podríamos apoyarnos mutuamente?
No se trata de creencias sino de empatía.
No se trata de enojarnos por no querer hacer las cosas de otro modo, se trata de respeto hacia los sentimientos y necesidades de cada quien.
Porque desafortunadamente, aunque no se quiera reconocer así por las autoridades, la pandemia no se está “domando” ni las curvas de contagio y muertes van a la baja, tenemos que acostumbrando a cada quien tratar de protegernos y continuar con nuestras vidas.
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