En lo que bien puede considerarse como un mensaje dramático, debido a la grave situación que se vive en el Estado por causa de la alta propagación del covid-19, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez anunció ayer medidas adicionales, pero también responsabilizó a la población, un señalamiento en parte admisible pero injusto porque evadió la parte que le toca a su administración, así como a la del Gobierno federal, de su mismo partido.
Tan injusto que luego de que él hablara de “irresponsabilidad social”, cuando todos los esfuerzos oficiales y todo el interés deben estar enfocados a controlar la pandemia y a disminuir y evitar los casos de infección, el señor secretario de Gobierno, don Eric Patrocinio Cisneros Burgos, utilizaba sus espacios en las redes sociales para invitar a ir ¡a “comer mole” en Acatlán! “con chocos o pipián”, hágame usted el refavrón cabor.
Es cierto que mucha parte de la población ha caído en la irresponsabilidad al salir a la calle sin tener necesidad de ello, o no ha atendido las recomendaciones que han hecho las autoridades de salud, o no ha adoptado medidas para su cuidado personal y el de sus familiares, pero también que el Gobierno debiera estar a toda su capacidad y con toda intensidad, dado lo crítico de la situación, haciendo uso de todos los medios posibles, mediáticos y cibernéticos, para hacer conciencia en todos sus representados de que tomen en serio el momento crítico que se vive porque está de por medio su vida y la de los demás.
Anuncios, avisos, boletines de prensa, infografías, videos, spots de radio, memes, bardas, espectaculares, vitrinas de comercios, sucursales bancarias, empresas (como del ADO, por ejemplo), templos religiosos, potcasts, canales de televisión, ya ni se digan Facebook y Twitter, todos los espacios posibles debieran estar siendo ocupados y usados por el Gobierno para bombardear a la población a efecto de que se queden en su casa los que no tienen necesidad de salir y a que adopten todas las medidas prevenibles posibles los que tienen que salir a trabajar, los vendedores ambulantes, los de los mercados, los de las tiendas del barrio o la colonia.
En días pasados circularon en las redes sociales imágenes de mantas y espectaculares (en Xalapa, por ejemplo) resaltando la reforma electoral y golpeando indirectamente a la oposición, ya en clara precampaña, en plena pandemia, cuando está en su pico más alto y no baja, sino que cada día se incrementan más los casos de contagio, cuando ahora no es el momento, y menos el momento oportuno, para estarse ocupando ya de la elección que será hasta junio del próximo año, espacios y recursos que debieran ser mejor utilizados dedicándolos al combate de la propagación de la pandemia.
“En Acatlán puedes comer mole acompañado con chocos o pipián, a la orilla del río, alojado en espléndidos sitios con gente alegre y talentosa en la producción de calzado de piel”, publicó don Eric sobre las cuatro de la tarde, presentando un video alusivo.
“En el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez promovemos la identidad de nuestros pueblos, por eso te decimos que Acatlán debes vivirlo y disfrutarlo, al igual que cada uno de los municipios que te enseñamos en el canal de Youtube Orgullo Veracruzano en este enlace”.
¿Por qué no mejor dedica su tiempo y su esfuerzo a reforzar las medidas preventivas, a hacer conciencia entre la población, a difundir los recorridos que haga por el Estado visitando hospitales, atendiendo a los familiares de los enfermos, ya que el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, no lo hace?
Para Cuitláhuac, no cabe “la irresponsabilidad social”. La cifra que dio es para ponerle los pelos de punta a cualquiera: la ocupación hospitalaria pasó la semana pasada de 58 a 64 por ciento, lo que lo llevó a hablar de “riesgo máximo”. En Coatzacoalcos, por ejemplo, la que debió ser una muy buena noticia, la puesta en operación de un nuevo hospital, el conocido como Materno Infantil, fue muy mala noticia porque si se abrió fue debido a que los infectados ya no caben en el Hospital Regional.
Lo cierto es que el problema los ha rebasado y ahora ni siquiera reparten las culpas sino que se la echan a uno solo: el pueblo.
La culpa es de parte y parte. Basta recordar que cuando presidentes municipales del norte empezaron a adoptar medidas estrictas para tratar de evitar los contagios en sus municipios, el secretario Cisneros los desautorizó, y cuando el presidente municipal de Veracruz les pidió apoyo para evitar que la gente fuera a las playas y las saturaran no solo lo ignoraron sino que politizando la petición se le fueron encima mediáticamente, solo por joderlo, valiéndoles el riesgo que había. Hoy el puerto es los tres casos más grave de todo el Estado.
En este espacio publiqué la corresponsabilidad del secretario de Gobierno en el primer caso positivo que se dio en Tlacotalpan, donde como consecuencia murió una persona, cuando no obstante que repentinamente suspendieron la Cumbre Tajín con el pretexto de evitar contagios, él fue el mismo día a inaugurar una feria gastonómica, masiva, además sin protección alguna.
¿“Irresponsabilidad social”? ¿Quiénes son los que no obstante que recomendaban utilizar cubrebocas, durante meses no lo hicieron y apenas de vez en cuando se les ve que lo hacen? Yo vi un día en fotos y videos, y comenté el hecho en esta columna, que el señor gobernador se salió a la Plaza Lerdo sin ninguna precaución ni protección y se puso a saludar a todo el que encontró o se cruzó a su paso, como diciendo, al mejor estilo de Duarte, aquí no pasa nada.
Pues resulta que sí y que la situación es grave. Los hospitales están saturados y han tenido que empezar a utilizar los que habilitaron provisionalmente. Ahora se disponen a tomar medidas extras, seguramente para exigir que se atiendan las recomendaciones de protección, pero resulta que ayer ni el Ejecutivo, ni Cisneros, ni Ramos Alor, ni Nachón, de la Sedecop, ni Lima Franco, de Finanzas, ponían el ejemplo mostrándose con cubrebocas, ignorando que se debe predicar con el ejemplo.
Y el Gobierno, en quiebra
Alejandro Sánchez Cano, que cubre para El Financiero la fuente del Congreso federal, publicó ayer que el gobierno de la 4T está sin recursos para enfrentar “por lo menos el gasto corriente y los principales programas de política asistencial, además claro, las tres obras insignia: Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya, por lo que resta del año”.
Apuntó que ante la mayor crisis que ha enfrentado el país, producto del Covid-19, “sólo tienen la morralla, pero ninguna partida de envergadura para atender la crisis médica y económica”.
Hizo cuentas, dio cifras, citó el uso de los recursos que se han hecho y habló de un déficit de casi 150 mil millones de pesos.
“Lo cierto es que los últimos cinco meses del año serán tormentosos para AMLO en virtud de que no se tendrán los ingresos suficientes para cubrir el Presupuesto por lo que resta del año”. Pero sigue regalando dinero.
Lo que faltaba.