“La fuerza no proviene de la capacidad corporal sino de una voluntad férrea.” – Indira Gandhi.
El proceso electoral intermedio del 2021 se avizora ya a la vuelta de la esquina, en Palacio Nacional, las alertas están encendidas, urge intervenir de inmediato o el proyecto transformador se esfumará en tan solo tres años.
La intención del presidente Andrés Manuel López Obrador será a como dé lugar arrebatar la elección intermedia.
Para ello, opera desde el Congreso una estrategia de cooptación, con la que se ha ido minando sistemáticamente la autonomía de los diversos organismos autónomos del país, a los cuales ha descalificado desde que asumió el poder.
Sumado al ataque constante de todo lo que le signifique oposición.
Así, el reto más importante, será asirse del control del Instituto Nacional Electoral (INE), para con ello, llegado el momento, robar la elección y mantener los sueños caprichosos del gran líder renovador.
La tarea no será fácil, la sociedad expectante ha comenzado a comprender que las promesas falaces del salvador estaban cargadas de demagogia y con ello, el rechazo casi automático dificultará realizar el embute.
En paralelo, la descalificada oposición –esa que según el mesías- está moralmente derrotada, evalúa y estudia la posibilidad de construir una gran coalición.
Así como en la España postfranquista, los líderes y partidos antagónicos evalúan la necesidad inmediata de construir un gran acuerdo nacional que permita detener la destrucción sistemática emprendida por el nuevo régimen.
Misma que en tan solo dos años nos ha llevado a tener la peor de las crisis económicas que se recuerde, a la que se suma, una inseguridad espeluznante, que incita a pensar que el mismo estado se niega a combatir a la delincuencia a razón de no perder sus privilegios, que recrudecen con la crisis sanitaria más compleja de los últimos cien años.
De este modo, partidos tan antagónicos como el Revolucionario Institucional, Acción Nacional, De la Revolución Democrática e inclusive Movimiento Ciudadano, exploran dicho escenario.
Un caso especial es el que enfrenta el PRD, ahí su propio estatuto impide coaligarse con el acérrimo rival que sería el PRI.
En una reciente entrevista con Forbes el secretario General del Sol Azteca, Ángel Ávila Romero confirmó que evaluará en su próximo congreso nacional si se modifican sus estatutos para permitir una alianza en las elecciones intermedias de 2021 con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La línea política del PRD le prohíbe hacer alianzas con el PRI, sin embargo, esto será discutido en el mes de septiembre cuando se reúnan cientos de perredistas de todo el país.
Detalló que también están abiertos a platicar con otros partidos a nivel nacional y local de la oposición para concretar alianzas, entre ellos Acción Nacional.
“En el mes de diciembre o enero será cuando tendríamos que presentar documentos ante el Instituto Nacional Electoral (INE), si logramos un acuerdo para hacer una alianza para enfrentar a Morena”, refirió.
En ese sentido, Ávila Romero detalló que han platicado con otros institutos políticos para hacer una alianza en los comicios del siguiente año, en los cuales 75 distritos competirían de manera conjunta y en los 225 restantes el PRD contendería solo.
“Si vamos en 75 distritos a hacer alianzas, hemos propuesto que 25 sean encabezados por candidatos del PRD, 25 de PAN y 25 de la sociedad civil”, señaló.
En cuanto a los 25 lugares que ocuparían los candidatos ciudadanos, el político aclaró que podrían ser candidatos de movimiento feminista, campesino o indígena, incluso del sector de la ciencia o la cultura.
Ávila Romero sostiene “Tenemos pláticas con diferentes colectivos, sería muy adelantado decir algunos nombres, pero la idea de la construcción de la alianza es donde puedan estar las voces de muchos sectores sociales y junto con los artículos políticos ganarle la mayoría a Morena”.
Al tiempo.
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