“La demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con las palabras mayores.” – Abraham Lincoln.
En política no hay plazo ni fecha que no se cumpla.
De cara al proceso electoral intermedio del 2021, Veracruz estrenará nuevos institutos políticos –partidos- que habrá en teoría a refrescar la baraja electoral.
Pero en lo nacional también hay mucho en juego, por ello, la alarma y preocupación del presidente López Obrador y sus discípulos.
Con la renovación de la Cámara de Diputados y la concurrencia de 32 elecciones locales, en 15 de las cuales se definirá un nuevo gobernador, el proceso electoral 2020-2021 –que se inicia en septiembre próximo– será el más grande y complejo en la historia del país.
Quizá la inminente urgencia del proyecto transformador por hacerse del control de los órganos autónomos encargados de regular las elecciones, seguirán siendo el tema a no perder de vista.
La independencia y autonomía de estos organismos ha costado miles de vidas, los avances democráticos impulsados con mayor vigor desde tiempos de Don Jesús Reyes Heroles, nos obligan a impedir la intentona de asalto preparada por el presidente y sus secuaces.
Ahora bien, el papel a nivel estatal del Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz (Ople) ha sido crucial para transcurrir de un régimen que gobernó casi por 80 años la entidad, a una efímera alternancia, en la que al menos el voto de los veracruzanos se ha respetado.
Así panistas y ahora morenistas han tenido oportunidad de guiar los destinos de los veracruzanos.
Pero estas nuevas ofertas políticas llegarán con el reto de enfrentar el proceso electoral con 50% menos de las prerrogativas y con una altísima expectativa de parte de los ciudadanos que habrán de convencerse si siguen siendo pan de lo mismo.
Así “Podemos” de Francisco Garrido y “Unidad Ciudadana” de Cinthya Lobato “Podemos”, “Todos por Veracruz” de Jesús Vázquez González y “Bienestar y Justicia Social” de Antonio Luna el eterno cardenista quienes este viernes 19 recibirán su constancia oficial de parte del Ople.
Usted opinará que para que tanto partido nuevo, posiblemente coincida con usted, pero así es la democracia mexicana, en donde la principal premisa es fragmentar lo más que se pueda el voto, para llegado el momento limitar el poder de la ciudadanía e impedir que proyectos políticos alternos puedan imponerse con la victoria.
Por obvias razones los demás partidos políticos han comenzado aceitar y engrasar sus maquinarias.
Uno que se mueve y parece que se mueve bien es el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) quien ha nombrado ya al menos en la zona norte a Alberto Silva Ramos como su delegado especial, quien opera y teje amarres con actores políticos de todos los colores y sabores.
Nos dicen que la sorpresa que prepara para un encuentro programado en noviembre en el World Trade Center de Boca del Río con el senador y ex gobernador de Chiapas Manuel Velasco en donde se espera concentrar a más de 10 mil militantes de ese instituto político será de pronóstico reservado.
La nueva democracia en tiempos de la 4T está en marcha… las sorpresas podrían ser mayúsculas.
Al tiempo.
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