El presidente Andrés Manuel López Obrador llega la tarde de este viernes al que ha sido y es su bastión en Veracruz: el sur del Estado, en especial la ciudad de Coatzacoalcos.
Viene luego de que él mismo reactivó la vuelta a la normalidad aunque no están dadas las condiciones sanitarias por el covid-19, y por más que su visita la justifican recorridos, supervisiones y banderazos, estará presente el trasfondo electoral.
Puede que el mal tiempo y el miedo de la población a contagiarse eviten que sus fans no vayan a buscarlo ni traten de acercársele –“los ama a distancia” ha estado repitiendo el delegado Manuel Huerta–, pero han tenido el cuidado de estar avisando que lo sigan por Facebook.
Mañana sábado 6 se estará exactamente a un año de la elección intermedia. La visita marca, de hecho, el arranque de la movilización de Morena (partido y gobierno; militantes y simpatizantes) en Veracruz para tratar de retener el poder político del que se hicieron en julio de 2018.
Año y medio después de que asumieron el gobierno, a uno de las elecciones, al arrancar su movilización, este es el panorama del morenismo del Estado, al menos el que puedo configurar de acuerdo con encuentros y pláticas que he venido sosteniendo con actores políticos de ese partido y por sucedidos que son públicos.
En general, el presidente recibirá mejores noticias para su causa política con relación a las que recibió en el primer semestre del año pasado. El gobernador Cuitláhuac García Jiménez ahora sí le tiene resultados.
Lo más significativo es la reforma que se hizo a la Constitución local el 12 de mayo, que si la oposición no logra echársela abajo, será la base para que Morena se consolide en el poder. Si avanza con éxito, creo, valdrá por todo el sexenio.
A diferencia de hace un año, cuando el gobernador lo recibía con un fíjese señor que no he podido quitar a Winckler, ahora no solo le dirá que ya no está sino que le entregará en charola de plata dos significativas victorias en la Legislatura sobre la oposición: lo que muchos prefieren llamar la reforma electoral y la imposición (no fue otra cosa), por mayoría de votos en el Congreso, de la Fiscal General del Estado.
Ello lleva implícito que ya lograron tomar el control de la Legislatura y que el presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín, ya aprendió y se entiende bien con quienes tiene que entenderse para mantener la mayoría, tanto que la última vez cuando necesitaba 34 votos para sacar adelante a la fiscal a modo, logró reunir hasta 38. Ahora, además, ya casi aplanó la curva… de los alcaldes que deben votar a favor de la reforma electoral.
Así, año y medio después tienen el control de todo el gobierno –el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial–, del organismo “autónomo” ejecutor, la Fiscalía General del Estado, más la Fiscalía Anticorrupción y el ORFIS, que por más que su titular Delia González Cobos diga que es una santita envuelta en papel celofán, es el poderoso instrumento oficial para apretar al alcalde más rejego.
El gobernador controla, porque dependen directamente de él, la Secretaría de Seguridad Pública (el monopolio de la fuerza) y la Secretaría de Finanzas (la estación de “gasolina” que mueve todo, donde hay además una “licuadora” por si se necesita más una “plancha” por si hace falta).
Luego de que sonó el rumor con mucha insistencia por parte de sus adversarios y de sus malquerientes, hasta convertirse prácticamente en una moda, ahora ya casi no se habla de que Cuitláhuac se va en diciembre próximo. El tema cambió a la revocación del mandato, pero este sería hasta 2022.
Prácticamente lo único que se les escapa es el OPLE, porque ahí se topan además con el INE; la Comisión Estatal de Derechos Humanos pasará a su control en unos meses más cuando cumpla su periodo la actual titular Namiko Matzumoto.
Si alguien ha confiado en Cuitláhuac es el presidente. Ahí están los dos últimos espaldarazos que le dio el mes pasado en sus conferencias mañaneras. En política eso tiene una lectura: lo va a sostener.
La tarea que tienen ahora es ganar las elecciones el próximo año. Miles de votos los tienen ya asegurados en las zonas marginadas, en las sierras y en las colonias proletarias y populares donde viven los pobres y los más pobres, los que votan y a los que se les puede manipular, porque han recibido el beneficio de los programas sociales.
El delegado Manuel Huerta ha hecho un gran trabajo. No es nada mediático, pero no me cabe ninguna duda que es el morenista más conocido y hasta me atrevería a pensar que el más popular entre gran parte de la población veracruzana por dos razones: porque es quien ha estado repartiendo miles de millones de pesos en apoyos a los más necesitados y porque lo ha hecho en forma personal, en la mayor parte de los casos, internándose hasta en las más apartadas comunidades.
Mi percepción es que ahí no tiene nada que hacer ya la oposición. Y en las ciudades, en las áreas urbanas, el gran protagonista opositor será la ciudadanía. El descontento popular de muchos seguramente se va a manifestar.
Aunque para muchos siguen siendo desconocidos, figuras, personajes clave que no habrá que perder de vista, son Zenyazen Escobar García, José Luis Lima Franco, Eric Cisneros Burgos, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y Juan Javier Gómez Cazarín, básicamente.
Hay otro personaje al que le reconocen buena imagen y aceptación ciudadana, pero que no lo consideran moreno, por más que haya contendido bajo su bandera, haya estado en el gobierno de AMLO y represente a Veracruz en la Cámara alta con sus siglas y colores: Ricardo Ahued. Piensan que si se les acerca, si habla y negocia con ellos, pueden emprender empresas conjuntas, eso dicen.
A Rocío Nahle la guisan aparte, pero no veo que les entusiasme su nombre, su mención.
Pero sería equivocado pensar que mantienen la unidad. Hay grupos e individualidades en abierta confrontación. Ya tienen el poder, ahora se lo disputan. Ellos mismos lo dicen: nuestro problema no es la oposición sino nuestra lucha interna. Es otra versión del PRI, aunque en algunos casos, corregido y aumentado. A veces pienso que han aprendido hasta de más.
Consideran oportuna la visita del presidente este fin de semana porque es el único que los puede someter al orden, reunirlos y trazarles la ruta a seguir.
Ahora han dado un paso más, hacer lo que no quiso Miguel Ángel Yunes Linares por privilegiar las redes sociales: acercarse a medios y a periodistas que consideran que tienen presencia entre el electorado. Así están y andan.
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez llegará este viernes por la mañana a Coatzacoalcos para encabezar la llamada Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y de ahí estará pendiente de los detalles de la visita a las obras de la ampliación del puerto. En todas las actividades está coordinado con el delegado federal Manuel Huerta, quien ayer siguió recorriendo la zona.
Veracruzano, en asuntos especiales
En representación del Gobierno de México y la Secretaría de Relaciones Exteriores, el director general de Asuntos Especiales de la SRE, Julio César Sánchez Amaya, entregó al estado de Quintana Roo equipos de ventilación mecánica no invasiva para el Hospital General de Cancún, el de Playa del Carmen y el de la Ciudad de Chetumal.
Sánchez Amaya es el veracruzano (originario de Actopan) más cercano al canciller Marcelo Ebrard, encargado, entre otras tareas, por su experiencia, de la relación con los países del resto del mundo en asuntos de seguridad. Pero se maneja con mucha discreción. Es poco mediático.