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Los otros datos

by editor

Se está volviendo costumbre para esta administración negar la realidad, aún ante la evidencia expuesta frente a sus ojos. Sólo existe la realidad de quienes están en el poder, y quien opine lo contrario, se convierte en un enemigo que busca “desestabilizar” al régimen. Y no hablamos del mero disentimiento, porque no se trata de estar de acuerdo o no con las ideas de la llamada ‘4T’, sino de una falta de autocrítica y responsabilidad enorme al no entender que los resultados son los que determinan si una decisión fue buena o mala, no las intenciones.

En menos de una semana, nuestro país ha quedado expuesto ante el mundo, otra vez, por la evidente constante de mentir sobre temas y asuntos que competen a varios países del planeta. Vayamos desde lo local hasta lo global, de manera que comprendamos que cada vez les resultará más difícil esconder sus fallas, faltas u omisiones.

A nivel local, está esa ilusa promesa de generar dos millones de empleos durante el 2020. La primera mentira es que, como ya he explicado antes, el Estado no produce absolutamente nada. Todo el dinero que el gobierno gasta, llámese nóminas, servicios, programas, inversiones, etc, viene de los impuestos recaudados de la iniciativa privada; no existe otra forma de que el gobierno obtenga ingresos, por lo tanto, no puede generar empleos, en todo caso estaría retribuyendo lo que por obligación le corresponde, no es como que sea un favor. Aún así, emitieron una tabla en la que, según ellos, ya hasta rebasaron la meta.

Ahora, no sé si sea descaro o ignorancia, pero contaron como generación de empleos la implementación de programas sociales como “Jóvenes Construyendo el Futuro” y “Sembrando Vida”, la otorgación de créditos INFONAVIT y FOVISSSTE y hasta los empleos temporales que involucran a la SEDENA en tareas de infraestructura y obra pública. Insisto, ya sea por descaro o ignorancia, basta con entender que sin la iniciativa privada (que por cierto sí genera empleos reales), nada de lo anterior sería posible.

Entrando en terreno internacional, fue noticia mundial el Acuerdo para Garantizar la Eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y Seguridad del Sistema Eléctrico Nacional que intentó llevar a cabo el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), del cuál hablamos en la entrega pasada. Un intento de concentrar el suministro de electricidad en la CFE, haciendo a un lado las energías renovables. Obviamente, esto tuvo repercusiones, tanto en el ámbito diplomático como en el legal, donde México fue foco de atención por intentar “hacer trampa” en el mercado energético. Tanto las empresas involucradas, como sus gobiernos, expresaron su repudio ante dicho acuerdo hasta el punto en el que tuvo que darse marcha atrás.

Por supuesto, no podía faltar el tema que a todos nos atañe, el coronavirus. Aunque desde hace varias semanas el mundo sabe que México no está realizando las pruebas necesarias, tomando las medidas pertinentes ni mucho menos contabilizando los casos reales de contagios y muertes, esta semana el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) expuso un estudio en el que a través de un cálculo matemático revela, una vez más, que nuestro gobierno no está exponiendo las cifras reales. Aún así, quienes están al frente del problema llevan varios días diciendo que han «domado» al virus, que se ha aplanado la curva de contagios y que su estrategia ha sido «todo un éxito».

Pareciera interminable la lista de los problemas y errores que esta administración justifica con otros datos, y muy corta la que pudieran presumir de logros reales, tangibles y benéficos. Curioso, a mi parecer, tratándose de un régimen que se autodenomina como un cambio verdadero, como una transformación…

A fin de cuentas, por más que intenten ocultar la realidad, la manera en la que el mundo avanza, teniendo cada vez más accesos a la información, más vías de comunicación y más proyectos que involucran a más de un país, les impedirá seguir mintiendo; o por lo menos, será más evidente la mentira.

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