“El exceso es el veneno de la razón.” – Francisco de Quevedo y Villegas.
De alarmarnos debiera ser el comportamiento por demás irresponsable del presidente, López Obrador; ungido en otrora todo omnipotente señor de México, la actitud por demás victoriosa con la que pretende sacar a la sociedad del confinamiento social consecuencia de la pandemia sanitaría es de documentar.
Con el anunció del arranque de sus giras por el país, el Ejecutivo pretende obedecer a las instrucciones que le dicta su contraparte norteamericana Donald Trump, al que próximamente habrá de ir a visitar al mismo Estados Unidos –cumpliendo la promesa que empeño, ante el hierro cometido en medio de la crisis petrolera- y con la que el gringo pretende anotarse puntos extras de parte de los mexicanos que apoyan las locuras demenciales del líder fundador de la 4T.
Lo que el presidente no admite es que, con su falaz actitud, provocaría una escalada impresionante de contagios entre mexicanos que no deberían enfermar, pero a los que aparentemente el si quiere enviar a los hospitales y en muchos de los casos enviará a los panteones.
El manejo caótico de la pandemia, en medio de contradicciones evidentes y alarmantes, han convertido a México como el país de Latinoamérica que peor ha reaccionado ante la crisis sanitaria.
Ver como las cifras de muertos y contagios están por encima de naciones como Brasil, en donde nos doblan en el número de población evidencia que la forma de enfrentar la pandemia fue por demás irresponsable, engañosa y porque no hasta criminal.
Sumado a ello, la presión económica que se avecina ante la nula acción efectiva del Gobierno para reactivar las cadenas productivas orillará a los empresarios a terminar de sacar sus capitales del país, o de plano a cerrar sus negocios.
Muchos más agonizan ante la indiferencia de un gobierno que ve en la “empresa” a la fuente del capitalismo y por ende de todos los males endémicos que enfrenta el país, como si realmente esto fuera verdad.
A pesar de esa mirada indiferente por parte del gran tlatuani, los empresarios alzan la voz, alertan sobre las posibles consecuencias.
Si las calificadoras, bancos extranjeros, advierten de la caída hasta de un 40% del PIB, ese que el mismo AMLO quiso desaparecer porque le estorba en sus habituales discursos, cambiándolo por algo menos refinado y si más chairoso, como llámenlo el nuevo Índice del Bienestar (será de su familia, porque al grueso del país ya se lo cargo pifas), es porque seguramente tiene otros datos, muy distinto a los que expone.
Pero no yendo tan lejos, Veracruz es un claro ejemplo de lo que no se ha hecho bien.
En tan solo unos días la entidad ha ingresado al Top Five de las entidades con más contagios del país, algo impensable en otros momentos y en otros gobiernos, aun cuando ya sabemos que aquí la culpa la tienen los anteriores.
La voz calificada de un empresario xalapeño nos invita a la reflexión, al análisis serio y objetivo, el 40% de las empresas en la capital están ya en riesgo de quiebra ante la falta de apoyos.
David Velasco Chedraui advierte que la pérdida de empleos es ya un asunto de alarma.
Abril y mayo son meses muy complicados en el tema de la ocupación. En abril, dijo, se perdieron 550 mil espacios laborales; en mayo fueron 400 mil empleos menos, “eso sin contar las plazas pérdidas durante marzo, unas 130 mil”.
A los empresarios no tranquiliza, apuntó David Velasco, el anuncio del presidente sobre la estrategia para la recuperación de empleos, que se basa en los proyectos de obra prioritarios para este gobierno federal: el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y la Refinería de Dos Bocas, además de los Programas Sociales.
Para el ex alcalde de Xalapa, los programas sociales no son una solución al desempleo, sino sólo un paliativo; “las becas y apoyos son útiles, pero no generan empleos ni bienestar permanente”.
Por si fuera poco, agregó el empresario, hay una reducción en las remesas que recibe México de sus trabajadores en Estados Unidos. “Otro dato: las exportaciones bajaron en más de 40 por ciento en abril pasado, en cifras comparadas con el mismo periodo de 2019; no es una buena señal para la economía nacional y para el bienestar de millones de mexicanos”.
El también ex diputado local manifestó su preocupación por el tema de la crisis en el sector y recordó que los empresarios de Xalapa y Veracruz han sido muy golpeados por las medidas de confinamiento y por la baja en la actividad económica.
Advirtió que, sin apoyos directos del gobierno al sector, las empresas corren el riesgo de quebrar y eso representará la pérdida de más cientos de miles de empleos.
Ciertamente el problema que enfrenta la capital basada en los datos duros que proporcionan las cámaras empresariales es que tres de cada 10 empresas han cerrado ya y no regresarán a la actividad, lo que literalmente confirma sus quiebras.
Y mientras el señor presidente y sus aplaudidores emprenderán una gira a partir del martes iniciando en Cancún, Quintana Roo, a donde acudirá a dar el banderazo de su Tren Maya.
De igual modo, irá a Campeche, donde dará otro banderazo, así como arribará a Tabasco, donde revisará la construcción de la Refinería de Dos Bocas.
No sin antes pasara a visitar a su pupilo Cuitláhuac García Jiménez con quien revisara el puerto de Coatzacoalcos, para llegado el sábado visitar la Cangrejera e ir a la Refinería de Minatitlán.
La irresponsable vuelta a la nueva realidad nos dejará una verdadera resaca, en donde los muertos e infectados habrán de ser de antología.
Al tiempo.
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