Sorprende que a priistas como René Juárez Cisneros le preocupe la sociedad. Nunca lo había hecho, su gobierno estuvo plagado de irregularidades y de medidas antipopulares.
Habría que realizar una investigación sobre el verdadero destino de los recursos del Fondo de Desastres Naturales, que no se hizo para enriquecer gobernadores sino para “Atender los efectos de Desastres Naturales, imprevisibles, cuya magnitud supere la capacidad financiera de respuesta de las dependencias y entidades paraestatales, así como de las entidades federativas”.
Es decir, se recurre a este fideicomiso por haber rebasado el potencial económico de los estados, el cual era cero. O sea que, ante la llegada de un fenómeno natural, se solicitaba automáticamente recursos del Fonden para darle una pellizcada y después, atender a los damnificados, que no eran pocos y que siempre se quedaban en espera de esa ayuda.
Pero tampoco deja de sorprender el hecho de que haya priistas o panistas que quieran conducirse como si hubieran ganado las elecciones y exijan que toda decisión se les deba consultar a ellos, como si hubieran dejado al país en auge. Así también se expresa el exgobernador de Guerrero, sobre la desaparición de fideicomisos que en conjunto fueron la caja chica de priistas y panistas, pero ahora se dicen defensores de los mexicanos, como si alguna vez les hubieran importado, porque nunca pensaron en ellos durante sus gobiernos. Es más grave la desaparición de personas en Guerrero que la de los fideicomisos y de eso no habla Juárez. El 62 por ciento de las desapariciones de México son de esa entidad federativa.
Se refiere Juárez Cisneros a que el Fonden es el recurso que evita que la gente se muera durante un desastre natural, pero para eso está el trabajo estatal, que es la primera instancia de auxilio en estos casos. Pareciera no conocer los mecanismos ni las leyes que rigen a los fideicomisos. Porque para que éstos funcionen, como en el caso del Fonden, primero deben ser solicitados. Si la urgencia es muy grave el gobierno federal los envía, previo aviso a las autoridades estatales.
Ante esta situación Juárez Cisneros considera que el Fonden llega automáticamente al lugar de los desastres y no es así, tanto la autorización, la solicitud, como administración de dichos fondos se detienen en el gobierno del estado y de eso tiene mucho de qué hablar Juárez Cisneros. Pero como todo priista, se ampara en la supuesta desmemoria de los mexicanos para decir que se trata de una irresponsabilidad.
La rabiosa defensa del priista hace evidente los intereses personales en este tipo de fondos. Porque el Fonden sólo es una parte de la ayuda que reciben los damnificados, es decir, se trata del apoyo económico, pero el apoyo inmediato, el salvar vidas, el curar heridas, el realizar operaciones quirúrgicas las realizan otras instancias. De tal suerte que no se abandona a la gente con la cancelación del Fonden.
René Juárez asegura que no habrá dinero para atender a los pobres, cuando él nunca se preocupó por ellos durante su mandato como gobernador de Guerrero, uno de los estados más pobres con gobernadores más ricos. La violencia creció en Guerrero gracias a la complicidad de los gobernadores con la delincuencia, de eso no hay duda.
Las emergencias requieren de servicios de inmediato, no de dinero. Quienes quieren dinero en estos casos, son quienes lo administran. Eso lo dejó muy claro Juárez.
Porque a los heridos no se les curan las heridas con billetes aplicados en la zona afectada. Ni los muertos reviven con dinero. Ahí está el Ejército en su Plan DN III, los médicos, los enfermeros, los voluntarios, los soldados, los servidores públicos, los policías, etc. Para atender lo urgente, lo inmediato. La aplicación del dinero viene después, claro, una vez que lo haya ordeñado el gobierno del estado.
Hasta ahora no se ha dicho si el Fonden desparecerá, pero el interés tiene pies, y de inmediato Juárez Cisneros, abogó por su permanencia. Dolores Padierna, al anunciar la desaparición de los fideicomisos, señaló con toda precisión que “se le dará trámite de liquidación y terminación a los fideicomisos públicos sin estructura orgánica”, fue muy clara, pero la urgencia de los intereses personales mueve a los interesados en sus bolsillos a hablar sin la información completa.
Debe entenderse la inmediata indignación por una disposición en proceso, es decir, no se sabe si el Fonden será afectado, o si habrá una instancia en su lugar, pero los interesados ya adoptaron el oficio de plañideras, al ver perdido lo que no supieron mantener como políticos honestos.
El PRI es la tercera fuerza electoral, pero sigue tratando de ordenar el país de acuerdo con los intereses de sus militantes. Cisneros no encabeza ni siquiera el 10 por ciento de los diputados, pero quiere opinar como si tuviera la mayoría. Esos tiempos ya pasaron, afortunadamente.
Debe entenderse que el país vive momentos difíciles y que seguramente cancelará mucho de lo que anteriormente parecía esencial, pero no por el servicio que brindaba a la población sino por los intereses que estaban implicados en ese tipo de negocios disfrazados de servicios, muchos de éstos amparados en los fideicomisos.
No es la primera vez que se habla de desvío de recursos del Fonden, los medios han dado a conocer un sinnúmero de casos como éste; sin embargo, no deja de llamar la atención la ira con la que se refieren los detractores del gobierno federal por sus disposiciones.
Es decir, el presidente de la República no tiene adversarios políticos, como debía suceder en toda democracia, sino enemigos a muerte. Tanto los afectados directos como los indirectos, porque siempre muestran un odio que parece que no les cabe en el cuerpo.
La crisis que impone la pandemia exige recortes y sacrificios, pero hay quienes quieren vivir con los mismos lujos de siempre a pesar de que el país se caiga en pedazos. Si no están acostumbrados a compartir la riqueza menos quieren compartir la pobreza. PEGA Y CORRE. – El rezago de asuntos por resolver en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hizo que los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cancelen sus tradicionales vacaciones de verano. Conforme a la constitución federal, la SCJN tiene un periodo de receso del 15 de julio al primer día de agosto, vacaciones a las qua, por voluntad propia, renunciarán los magistrados. Sin duda, una decisión en bien de la justicia, pero, sobre todo, del país… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.