- Son más de 100 mil millones de pesucos al mes
- Los créditos se van a cobrar, pasada la pandemia
- La cuestión es: ¿cómo se reparten esos recursos?
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
En la conferencia mañanera de este lunes, el presidente Andrés López Obrador afirmó -con un dejo de orgullo- que se van a repartir apoyos directos como en los distintos proyectos, por un promedio de 100 mil millones de pesos mensuales.
Agregó que la mayor parte de ese dinerito se va a entregar de manera directa.
Y es que comentaba Pancho López, el filósofo de la Atenas veracruzana, que 100 mil millones de pesos es una cantidad enorme. Vaya, casi inimaginable. Se puede usted imaginar amable lector, ¿lo que son nada más un mil millones de pesos?, bueno pues ahora trate de visualizar lo que son cien mil millones.
Para la mayoría de los mortales, esa es una tarea titánica, imposible de lograr.
Lo importante es que el gobierno federal esté repartiendo -dispersando es el verbo de moda- los miles de millones de pesos.
La cuestión es el cómo se van a entregar esos recursos millonarios.
Como es sabido la mayor parte a través de los programas -electorales dicen los conservadores de la oposición- de los llamados apoyos de bienestar a determinados sectores de la población, adultos mayores, estudiantes, jóvenes sin empleo, campesinos sembradores del futuro, cañeros y hasta pescadores a 180 mil de ellos les van a llegar este mes siete mil pesucos.
Lamentablemente, en el esquema de apoyos del presidente López Obrador no se contempla a los periodistas y reporteros -que en plena pandemia siguen trabajando para informar a la población -al pueblo, diría ya saben quién- poniendo en riesgo sus vidas. Pero eso no lo puede ver.
Ahora dentro de la lucha contra la pandemia, otra de las estrategias implementadas es la de los llamados créditos a través de las dependencias federales, como son el ISSSTE, INVONAVIT, FOVISSSTE y el IMSS, incluso se estableció ofrecer todos los días una conferencia de prensa para informar sobre el tema.
Pero mucho ojo, esos créditos no son gratuitos, por lo que se tendrán que pagar, en paguitos quincenales y mensuales una vez que pase la pandemia, pero hay que tener cuidado con endorgarse, porque la crisis económica que va picada cada día no se va a resolver y esos préstamos se tendrán que pagar, porque no son como los programas de bienestar que son un reparto gratuito.
Porque aunque se supone que son para que las llamadas micro empresas puedan sobrevivir a la pandemia, no son a un fondo perdido, sino que después se les van a descontar puntualmente, en el caso de los trabajadores federales, directamente de su nómina.
Entonces tienen que ser bien administrados esos recursos, nada de ir a comprar cartones de cerveza -en donde los encuentren porque ya en algunas partes se agotaron- o gastarlo en otros gustos y placeres mundanos.
Sería interesante conocer cuantas son las micro empresas que van a recibir esos créditos -que insistimos tendrán que pagarse- para poder contratar las cifras con el número total de micros negocios que existen y sobreviven a la crisis.
Tal vez sería mejor, que el gobierno federal “dispersara” esos 100 mil millones mensuales de los que ahora se habla, directamente a las micro empresas que están registradas en el SAT de Hacienda, como se hizo en Estados Unidos, de que a todos los trabajadores que estaban al corriente en sus declaraciones de impuestos, se les depositaron en promedio mil 200 dólares.
Porque como acertadamente lo dijo en su conferencia mañanera el presidente López Obrador “Si se tiene presupuesto es de todos, es público y se tiene que buscar repartir el presupuesto con equidad, con justicia y darle más al que tiene menos, pero también es no dar la confianza, sino aceptar, reconocer que el mexicano es responsable, que no somos ciudadanos imaginarios, que somos ciudadanos de verdad, eso está más que demostrado, y que somos honestos.”
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