LA UNIÓN HACE LA FUERZA VS DIVIDE Y VENCERÁS.

Seremos tan fuertes como unidos estemos, y tan débiles como lo divididos que estemos.

  1. K. Rowling.

 

Ha sido una bendición haber crecido en una familia en que predominó la necesidad de participar en equipo familiar y cooperar con todos los miembros de la familia en algunos proyectos.

A mi padre le encargaban la reproducción de copias heliográficas y, toda la familia participaba en sacar la prensa al sol, el revelado de los duplicados, cortar las hojas, etc., pudiendo en un futuro encargarme yo mismo, a mis doce, trece, o catorce años, de hacer todo aquello y ganar algo para pagar mis entradas al cine.

Pero lo más afortunado fue constatar que en equipo se lograba avanzar más y se salvaban crecidamente los errores entre todos los participantes.

También, gracias a mis padres, obtuve el hábito de la lectura, evocando lo que en mi infancia fue un tesoro: “Las fábulas de Esopo”, y con relación a lo que comento, arriba a mi mente aquella leyenda de “El Viejo y sus Hijos”, en la que, un anciano labrador y padre de varios vástagos, que se encontraban enemistados todos entre sí; pero a fin de que entraran en razón, el padre les ordenó que cada uno le trajeran una vara, las que una vez reunidas ató aglutinadas en un solo haz. Luego pidió a cada uno que las rompieran, sin que lo pudieran hacer. Por lo que, entonces el padre desató el haz y demostró cuan fácil se rompían una por una de ellas. Dejándoles como moraleja, que nadie los podría vencer si estuvieran siempre unidos, pero si se encontraban divididos y enemistados, cualquiera que quisiera hacerles un mal lo lograría, enseñando que la unión hace fuertes a los débiles, y la división convierte en débiles a los fuertes.

En política uno de los mecanismos para mantener el poder es precisamente dividir, pero no tan evidente como en la actualidad en que, un mandatario tilde a algunos como: señoritingos; canallas; mezquinos; fifís; conservadores; neoliberales; los contras; los adversarios; la mafia del poder; hampa del periodismo; calificativos despectivos que siempre han logrado fragmentar, además de las actitudes caprichosas y de prepotencia, como “me canso ganso” y “se hace porque se hace”.

Sabemos que el producto interno bruto (PIB), es el que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de un país durante determinado periodo, mismo que, en sus 18 años de candidato, reclamaba no creciera más; pero este miércoles sin poder tapar el decrecimiento que se sufre desde hace tiempo y no por la pandemia, el presidente pidió se cambie: PIB por bienestar;  crecimiento, por desarrollo; y material, por espiritual; pero para las mediciones de eso, después ordenará como se realicen, al fin que aún existen quienes creen todos sus sofismas; pero también es menester mencionar que al término de su mañanera, aludió una frase en la que se mordió la lengua: “No te dejes engañar cuando te hablen de progreso, porque tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso”.

Pero la búsqueda de dividir con el objeto de debilitar y controlar persiste, pues en forma astuta se prepara a protagonistas para estar en continuo enfrentamiento, buscando la manera de ocultar la realidad de las cosas, mediante la creación de tergiversaciones. Es la cosa más sencilla, en una guerra donde los perjudicados son los combatientes y también el pueblo, pero los beneficiados son los provocadores, los que financian y mantienen, incitando en todo momento a la segmentación, así como buscando los vacíos legales, modificaciones de leyes para la obtención siempre de los mejores lucros, pero en beneficio propio.

Divide y vencerás, máxima utilizada por Julio Cesar y Napoleón, consistente en, mediante la ruptura de piezas y estructuras, evitar la vinculación de grupos de poder más pequeños, distrayendo la atención de alguna manera, para resultar vencedores.

Ante la ofuscación que se logra en la división, la verdad, es lo que menos prevalece y el rompecabezas es más difícil de construir. Pero si nos despojáramos del enfado o la directriz ordenada que nos permitiera revisar a nuestro alrededor, la verdad nos surgiría tenuemente al menos para poder reconocer y no ser utilizados como mesnadas y, por ende, los únicos perjudicados, mientras quien dirige y manda alcanza sus pingües logros.

Miente aquella persona que nos pide amor y paz, pero descalifica a personas y grupos, y por consiguiente realiza sectarismos y señala que los únicos favorecidos serán los que le rindan pleitesía. Y si se enfada porque descubrieron y dieron a conocer las ventas verificadas a un precio excesivo, por el hijo de Bartlett, diciendo que es para tratar de debilitar, es una persona enferma de ceguera mental y deshonesta. Si los incondicionales antes de tomar partido, de reaccionar, de actuar, admitieran la información correcta, y mediante una buena educación, honesta  e imparcialmente aceptaran la razón por difícil y espinosa que fuera, podría haber entendimiento y fortaleza; pues ya lo señaló John Trapp: “La unidad sin verdad no es mejor que la conspiración”; quizás habría afabilidad en el trato con los demás, y pudiera provocar una alianza en todo momento para un progreso común y homogéneo, siendo innegable que todos ansiamos una vida feliz y siempre mejor. Oliver Kemper, nos legó la frase: “Los cimientos de la libertad son la unidad”.

Aristóteles decía: “Ser feliz es la realización del fin de cada ser vivo”, pero también a Sócrates se le atribuye: “Ser sabios y buenos para entender mejor la felicidad”. De todos es conocida la frase: “La felicidad no está en vivir, sino en saber vivir”. Pero si esta se busca en equipo, es mucho más fácil localizar ese estado emocional que nos permita amar y disfrutar lo que es y lo que se tiene.

Para la obtención de una unión genuina y ambiente de progreso, siempre es menester sumar y multiplicar desinteresadamente en pro de una alianza, nunca restar ni dividir; aproximar en lugar de separar o rechazar, anteponiendo la razón y reconociendo la verdad, suficiente y esencial en cualquier núcleo para crecer y las grandes metas alcanzar.

 

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