En plena epidemia de coronavirus y de crisis económica, cuando la preocupación debiera ser cómo enfrentar las consecuencias en la población, el diputado local Amado Cruz Malpica y la senadora con licencia y secretaria de Energía, Rocío Nahle García, están en abierto futurismo pensando en la candidatura a gobernadora de ella.
En forma sorpresiva, el sábado el diputado de Morena presentó una iniciativa para reformar la Constitución Política local que pretende que sean reconocidos como veracruzanos el padre o la madre que hayan nacido en otro Estado pero cuyos hijos sean nativos de Veracruz.
El Artículo 11 reconoce como veracruzanos a los nacidos en territorio estatal y a los hijos de padre o madre nativos de la entidad aunque hayan nacido en el territorio nacional o en el extranjero.
Amado salió ahora con que “valdría mucho dar este reconocimiento a quienes decidieron hacer su vida en el estado, conformar una familia, cumplir con las obligaciones que todo ciudadano veracruzano tiene y, en la mayoría de las veces, contribuir al desarrollo económico, social, cultural y político de nuestro territorio. Sus hijos ya son veracruzanos y ellos podrían merecer la misma designación”.
Nada más le faltó agregar: como, por ejemplo, Rocío Nahle García, zacatecana de nacimiento pero residente en Coatzacoalcos como yo también, mi aliada y madrina política, quien pretende ser la próxima gobernadora y a quien apoyo abiertamente porque me pretende hacer el próximo candidato a la alcaldía de Coatza.
Pero la ambición política de esta mujer no tiene límites. A propósito del paso que dio Amado –los dos se entienden y trabajan de común acuerdo–, el periodista Federico Lagunes, de Coatzacoalcos, la entrevistó minutos después y la señora casi casi respondió que no necesita del diputado porque ella ya se le adelantó.
“Esto fue lo que nos dijo: ‘Respecto a la reforma que se presentó hoy en el Congreso local, desde el 2016 (era entonces diputada federal) interpuse un recurso ante la fiscalía especializada, un recurso para garantizar mis derechos electorales como veracruzana para poder ser votada para gobernadora. Después de meses el tribunal me concedió el derecho con base en la Constitución Política donde por ser mexicana puedo votar y ser votada. Esa resolución está en mi poder desde entonces, es decir, desde el 2016. Antes de ser senadora tengo ese derecho para participar, si así se diera el caso’”.
Por lo que dice, ahora queda claro que no es para el 24 sino que desde 2016 y luego en 2018 buscó ser la candidata de Morena a la gubernatura y en las dos ocasiones le disputó el privilegio a Cuitláhuac García Jiménez, quien se advierte que estaba mejor posicionado en el ánimo de Andrés Manuel López Obrador.
No solo reconoce que quiere ser gobernadora de Veracruz sino que ya buscó “nacionalizarse” como veracruzana pero, se supone, por si necesitara legitimarse ante el órgano legislativo local, ya envió a su alfil Cruz Malpica a que le cubra el expediente.
Su intento de agandalle se da cuando apenas viene la elección intermedia el próximo año y cuando su partido no la tendrá nada fácil en mucho debido a que ella influyó para que el presidente se empecinara en construir la refinería de Dos Bocas, que es un tiradero de dinero y que está condenada al fracaso.
Mientras ella hace futurismo, el delegado federal Manuel Huerta se dedica en cuerpo y alma a repartir apoyos por todo el Estado y hasta el último rincón para tratar de conservar la clientela electoral y el gobernador hace su parte hasta donde sus posibilidades económicas se lo permiten. Qué contraste.
Porque noté que en Palacio de Gobierno que no le hicieron ruido a su iniciativa, entiendo que la propuesta de Amado salió de su ronco pecho alentado por su aliada. ¿O la consultó y tuvo el visto bueno del gobernador Cuitláhuac García?
En 2017, la entonces candidata a presidenta municipal de Las Choapas, Eva Cadena, había logrado atraer el interés del entonces dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, con quien ya se había metido en su ánimo, y entonces Rocío Nahle, viendo en peligro de verse desplazada, le tendió un “cuatro” montando un escenario en el que aparecía recibiendo dinero, que devolvió, que nunca se quedó con él, aunque en un video editado que se hizo público quedó la imagen de que se prestaba a un acto de corrupción. Y acabó con ella políticamente.
Que Dios nos agarre confesados si llegara a ser gobernadora. Entonces extrañaríamos a Cuitláhuac y tal vez hasta pediríamos que volviera.
En días pasados, entrevistado en la radio, se le preguntó al también senador Ricardo Ahued si estaría interesado en ser gobernador. “Permítame que eso lo platique en otro momento porque sería irrespetuoso y un poco perverso que se hable de política cuando el problema se llama pandemia”.
Cuánta diferencia. A la señora Nahle eso no le interesa. Su ambición primero y por delante.
Cuitláhuac sigue apostando por mujeres
Un detalle quedó patente la semana pasada: que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez continúa apostando por mujeres.
En sustitución de Guadalupe Argüelles Lozano en la Secretaría de Trabajo nombró a Diana Estela Aróstegui Carballo, originaria de Acayucan.
No puede uno dejarse llevar por las apariencias pero en la foto que el propio gober dio a conocer se ve que es joven y tiene cara de decente.
Algo que me llamó la atención es que su preparación académica y su trayectoria laboral encajan perfectamente para que fuera la Fiscal General del Estado.
Tiene licenciatura en Derecho (y en Economía), maestría en Ciencias Penales y en Criminología, y diplomados en Derecho Procesal Mercantil y en Escena del Crimen; ha participado en cursos, foros y conferencias sobre argumentación jurídica, reformas al Código de Comercio, destrezas de litigación en el Sistema Penal Acusatorio, nuevo Proceso Penal Acusatorio en Veracruz, Derecho Fiscal y Administrativo, relaciones humanas, taller de juicio oral, etc., y desde 1999 tiene una larga trayectoria tanto en el Tribunal Superior de Justicia como en el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, además de que ha sido catedrática.
El gobernador la tenía como Consejera Jurídica de Derechos Ciudadanos.
También, qué contraste entre el currículum de Diana y de la fiscal encargada Verónica Hernández Giadáns.
Esta última es licenciada en Derecho, fue secretaria del Ayuntamiento de Xalapa, notaria adscrita en San Andrés Tuxtla, tesorera del Consejo Directivo del Colegio de Notarios Públicos del Estado y Directora General Jurídica de la Secretaría de Gobierno.
Nada que ver una con otra, aunque con una pequeña gran diferencia: el padre de Verónica es conocido de Cuitláhuac.
El currículum de la ahora exsecretaria de Trabajo, Guadalupe Argüelles Lozano, también era muy pobre aunque le dieron el cargo porque apoyó la campaña de Morena en 2018 y por compromiso con su pareja ahora secretario general de Morena, Gonzalo Vicencio Flores.
Licenciada en Derecho, secretaria del Registro Civil de Xalapa y jueza municipal en Tenampa, San Andrés Tlalnelhuayocan, Chicontepec, Gutiérrez Zamora, Las Minas, Jalacinco, Veracruz, Tampico Alto y Benito Juárez, casi todos municipios del chiquitaje.
Por el nombramiento de Diana Aróstegui, ya se ve que el gobernador sí tiene gente preparada y con experiencia en su equipo, aunque de inicio privilegiaron el compromiso político. El comentario adentro es que ese compromiso se acabó. Vendrán cambios.