“No ando futureando, iré a donde Dios diga”

Escuché con atención la declaración que el —hasta el próximo jueves–  administrador general de Aduanas, Ricardo Ahued, hizo a Alejandro Aguirre para Oliva Noticias el viernes pasado por la tarde.

Fueron dos momentos, el segundo cuando viajaba ya en carretera y le comentó que preguntaba “la gente” si en algún momento estaría interesado en ser gobernador de Veracruz.

Fue muy puntual en su respuesta: “Permítame que eso lo platique en otro momento porque sería irrespetuoso y un poco perverso que se hable de política cuando el problema se llama pandemia”.

No dijo que sí, pero tampoco que no. El tema lo dejó para otro momento.

“Yo diría que ahorita, adiós a los partidos… tenemos que dejar la política  y dedicarnos a hacer algo diferente… ya después nos agarramos con esos temas”.

El 27 de mayo del año pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en su mañanera el nombramiento del exalcalde de Xalapa. Once meses después deja el cargo.

En declaraciones a Noemí Valdez, del diario Notiver, le dijo que su ciclo en Aduanas había concluido. A ella también le expresó que no anda “futureando” y que va a “donde Dios diga”.

Según lo que declaró a Oliva Noticias, entregó el resultado de una encomienda que le hizo el presidente: hacer una revisión de las aduanas no desde la óptica del servicio público sino desde la parte comercial y empresarial. También le entregó el programa de modernización 20-24 y un análisis general de las aduanas.

“Hay que dar resultados, y para trascender hay que hacer proyectos, ejecutarlos, valorarlos y después ponerlos en práctica para saber los resultados”. A ello agregó que si no había las condiciones no se podía quedar.

A Noemí Valdez le expresó que se iba porque no se presta “a cosas” y que en las aduanas “hay una corrupción terrible”, lo que daría a entender que se negó a entrar en la corrupción.

AMLO lo saca por la puerta grande

La de Ricardo Ahued fue una de las tres renuncias más importantes que se han dado en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y a diferencia de los otros dos casos, solo a él lo despidió por la puerta grande, la principal, la del frente.

La primera fue el 21 de mayo de 2019 cuando Germán Martínez Cázares renunció a la titularidad del IMSS acusando que funcionarios de Hacienda tenían “una injerencia perniciosa” en la operación del instituto. El presidente lo lamentó pero defendió a Hacienda.

“Somos libres y hay muy buenos servidores públicos para sustituir a quienes no están conformes y además son libres, no se puede tener a nadie a la fuerza, hay que trabajar con convicción y a gusto”. Y eso fue todo.

La segunda vino el 9 de julio cuando Carlos Urzúa se fue de la Secretaría de Hacienda. Argumentó que le resultaba inaceptable la imposición de funcionarios que no tenían conocimiento de la hacienda pública. AMLO le respondió acusándolo que su proyecto era de “continuismo” y “neoliberal”.

Con Ricardo Ahued, la tercera, ha sido diferente. En su conferencia mañanera del viernes lo justificó. Dijo que “lo de aduanas” es un “monstruo de 100 cabezas”; que autoridades estatales presionan para poner como directores en ellas a “conocidos cercanos” y que el también comerciante xalapeño le pidió que aceptara su renuncia.

Y lo llenó de reconocimientos. “Ricardo Ahued es un hombre íntegro, una gente buena, un hombre honesto… y es una gente respetable pero quiere ayudar en el Senado… ganó de mayoría, es muy querido, muy estimado porque, repito, es una buena persona”.

Anunció que luego tendría una reunión con él, que le haría una visita “y va a coincidir el senador Ricardo Monreal, entonces vamos a platicar, es otro tema, pero sí voy a hablar hoy con Ricardo Ahued”.

Como reacción, el de nuevo senador en activo ya pronto comentó que el presidente fue muy generoso, muy comprensivo; que tuvieron una charla de hora y media; que se va del cargo muy contento y halagado porque saliendo le reconoce honestidad; que le dijo que entendía el proceso “y todo tranquilo y en paz”.

Con Cuitláhuac, bien

Noemí Valdez le preguntó si ya había hablado con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez o qué le diría. Le respondió que le había llamado el día de su cumpleaños, que es también el del Ejecutivo, que se felicitaron y que se quedaron a deber la rebanada de pastel. “Yo, como siempre lo he dicho, ofrezco mi colaboración desde donde esté”.

Pérez Astorga, al gobierno del Estado.

Alejandro Aguirre le preguntó sobre el futuro de Ernesto Pérez Astorga, su suplente.

Respondió que prefería que él lo comentara pero comentó que el presidente fue muy atento con él; que le dijo que tiene abiertas las áreas del gobierno en Veracruz para que lo ayude; que le indicó que se reúna con el gobernador Cuitláhuac García y que platiquen. “Ernesto es muy valioso”.

PepsiCo piensa en la secretaria Arbesú

Una buena para doña #LadyGolosinas, la minatitleca secretaria de Turismo, Xóchitl Arbesú Lago.

PepsiCo dice adiós a Chester Cheetos y su meta global de aquí a 2025 es reducir 67% de azúcares añadidos en sus bebidas y 75 por ciento de grasas y sodio en sus alimentos.

Y para deleite de la creadora de nuevas playas (¡le adjudicó una a Poza Rica!), crea nuevos productos con más ingredientes nutritivos como Sunbites Palomitas, Sunbites 4 Granos y Don Nopal.

La información se publicó en la columna “De Jefes” de El Financiero el viernes pasado.

De nada doña Xóchitl. La mantendré informada.

Édgar Ávila, corresponsal de El Universal, pilló en diciembre del año pasado a la señora Arbesú facturando al gobierno las botanas y ¡hasta los chicles! que consume durante sus viajes, dijo ella que de trabajo.

Y las facturas mostraron que la distinguida rotaria no ha dejado de probar una sola golosina ni botanas de las que se venden en el mercado –productos chatarra incluidos–, ni bebidas de todo tipo, ni todo lo que sea comestible, aunque posiblemente le hagan daño.

Pepsi Co piensa en todo, en satisfacer a personas como ella. Buen provecho señora. Usted disculpe.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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