- Entre la decepción y la cobardía, Ahued se refugia en el Senado
- Los “Honestos” abandonan la 4T. ¿Quiénes se están quedando?
Por Ángel Álvaro Peña
“Ricardo Ahued es un hombre íntegro, es una gente buena, es un hombre honesto”, dijo Andrés Manuel López Obrador al referirse a su excoordinador general de Aduanas, horas después de hacerle efectiva su renuncia. El Presidente fue amable con Ahued ante la prensa, pero no dejó pasar la oportunidad de hacerlo ver como una decepción, como un cobarde y un incapaz.
Quienes conocen a AMLO entendieron que al presidente le quedó bien claro que Ricardo Ahued no pudo con el paquete y salió corriendo de la aduana para irse a refugiar al Senado, donde no tendrá que estar lidiando con mafiosos internacionales, con la delincuencia organizada y ni con evasores fiscales.
Ahued, con toda la “honestidad” que según el presidente le caracteriza, no tuvo el atributo más importante para erradicar la corrupción en las aduanas, que es la valentía. El exfuncionario xalapeño se acobardó y salió agachado, sin haber cumplido con el deber.
De hecho, mucho antes de su renuncia, el funcionario ya no despachaba en las oficinas de la Coordinación General de Aduanas, lo habían mandado a su casa a cumplir confinamiento y sostenía comunicación con sus subalternos por diversos canales electrónicos. Lo tenían en el rincón del olvido, y no por viejo.
AMLO se refirió a la corrupción en aduanas como un “monstruo de mil cabezas”, el mismo al que le tuvo miedo Ahued y lo orilló a empacar sus cosas, llevando la poca dignidad que le quedaba, porque, para ser Senador no se requiere mucho de eso y él lo sabe bien porque pasó muchos años en el PRI.
Ricardo Ahued mostró quién es realmente y decepcionó. No está hecho para enfrentar los grandes retos con valentía y mucho menos para hacer un sacrificio por su país o su estado.
Pero no deja de llamar la atención el hecho de que varios de los funcionarios a los que AMLO consideró “honestos y buenas personas, no tardaron ni un año sirviendo en el gobierno de la Cuarta Transformación. ¿Por qué se están yendo los honestos?
Como se recordará, el primer funcionario de peso que abandonó la a 4T fue el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien salió despotricando contra el presidente, no sin antes advertir que se venía una gran recesión…. No le hicimos caso, y ahora estamos en algo peor que una recesión.
Otro de los “honestos” que también salió corriendo de la Cuarta Transformación fue Germán Martínez, director del IMSS, el cual no estuvo de acuerdo en que el gobierno de López Obrador aplicara “austeridad” en los recursos destinados a la salud de los pobres.
Clara Torres, responsable del Programa de Bienestar, también se decepcionó de la 4T cuando se decidió eliminar el programa de las estancias infantiles y por otras acciones por las que no estuvo de acuerdo.
Tonatiuh Guillén López dejó el Instituto Nacional de Migración tan pronto México y Estados Unidos firmaron el acuerdo migratorio y se evitó la imposición de aranceles. Él también fue reclutado por ser honesto y tampoco duró mucho.
La pregunta que AMLO debería contestar, sin culpar a los conservadores, es: ¿Por qué los honestos están abandonando la Cuarta Trasformación, quiénes son los que se están quedando?