“La audacia es en los negocios lo primero, lo segundo y lo tercero.” – Thomas Fuller.
Una vez más Ricardo Ahued Bardahuil vuelve a la carga.
Excelente en el manejo y construcción de escenarios emplea su salida de la Dirección General de Aduanas (DGA) del Sistema de Administración Tributaria (SAT) para azuzar el avispero.
En Veracruz, son muchos los que festinan su inminente retornó a la curul en el Senado, misma que dejó encargada a su aliado Ernesto Pérez Astorga, -tras el llamado del presidente López Obrador para encargarse de la encomienda que ahora concluye-, sabedores que desde ahí está en extraordinaria posibilidad para poder reorganizar el asalto por la gubernatura de la entidad.
Ahued Bardahuil entendió a la perfección que en política la forma es fondo, por ello, el anunció de su salida, tiene y toma muchas aristas, pero al final, lo que parece ser una inminente confrontación al interior del SAT la capitaliza para cristalizar su proyecto personal, “la gubernatura de Veracruz”.
La revelación hecha por la periodista Lourdes Mendoza @Lumendoz a través de su cuenta en twitter adelantaba el anunció de su salida, el mensaje simple: “#Trasciende que @ahuedricardo presentó su renuncia en aduanas, en medio de la pandemia por el #COVID19 y entrará, me dicen mis fuentes, Lorena Urrea García quien era la Administradora Central de Operación Aduanera gente de @Ricar_peralta subse de @SEGOB_mx”
Habrá quien afirme que su salida obedece directamente a una confrontación con la otrora poderosa Raquel Buenrostro –encargada del SAT-, la misma que se encargó de empantanar toda compra y acción de gobierno, al ser en su momento la encargada de centralizar el control de todas las compras gubernamentales por indicaciones del gran tlatoani.
Si la intensión original habría sido entregar a la Secretaría de la Defensa y la Mariana el control de las Aduanas como también se especula, en la realidad, la medida de su salida también le favorece.
Hábil y astuto, conocedor de los tiempos que demanda el ejercicio político, el también empresario xalapeño aprovechó el espacio para confirmarle a varios comunicadores veracruzanos su determinación –incluido a este reportero-, lo que provocó un boom en redes y en todos los portales electrónicos de la entidad.
El momento ni mandado hacer, en medio de una crisis sanitaria y económica a consecuencia del Covid-19, cuando la popularidad del Gobierno Estatal reporta los peores niveles y en donde su sola presencia, se convierte en una esperanza para millones que confiaron en el proyecto Morenista del presidente López Obrador.
Su regreso a la entidad habrá de mostrar su capacidad para la gestión y por supuesto para el manejo de acuerdos, mismos que habrá de desempolvar mientras durmieron un sueño obligado, que hoy concluye.
Así la salida de Ahued de la DGA es el retornó perfecto para emprender el camino hacia el Palacio de Gobierno.
Por cierto ¿cómo le habrá caído la noticia al inquilino del Palacio y a su segundo? Quien afirman ya se ve y se siente el gobernador de Veracruz por lo que resta del mandato.
Bien afirman por ahí que nadie sabe para quién trabaja, y la verdad el desempeño de la actual administración estatal ha sido tan desastroso que su relevo será una prioridad para el presidente de México en el próximo proceso electoral del 2021.
Diciembre es la fecha de las definiciones afirman en Palacio Nacional y Ricardo Ahued lo sabe perfectamente.
Al tiempo.
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