Guerra de memes

by Pilar Ramirez

Hace años, los mensajes políticos se enviaban por la prensa escrita. Si un político deseaba hacer saber algo a sus oponentes daba declaraciones a los medios, aceptaba una entrevista con algún periodista de renombre o filtraba la información que le era de interés dar a conocer.

Hoy, la guerra política se dirime en las redes sociales. Los bandos son el gobierno y sus oponentes. Cada uno tiene un arsenal de memes o tuits para ir a la guerra. El que alcance más likes o más retuits considera que puede ganar después en las urnas. La guerra se lleva a cabo sin reglas, sin réferi y sin ética. Los mensajes más absurdos, las acusaciones más falsas o los inventos más delirantes, todo se vale en esta guerra que es algo así como una metaguerra, porque se libra al mismo tiempo que enfrentamos la pandemia del coronavirus, una guerra que se libra socialmente de manera desigual y que ya cobró casi medio millar de muertos. Pero como la guerra política tiene prioridad, pues la pandemia también se usa, forma parte de la artillería pesada para enfrentar al enemigo. Lo importante no es salvar la vida sino ganar espacios de poder.

Por cuenta propia o quizá a invitación de políticos, eso no se sabe, algunos personajes públicos se han montado al ring. Eugenio Derbez acusó una gran falta de insumos e invitó a hacer una donación. De acuerdo con algunos reportes, resultó que la dirección que proporcionó para hacer la donación era un lugar abandonado. Su video fue refutado por una doctora del IMSS, que también se volvió viral, pues se presentó con su nombre y su investidura de médico. Todavía hubo quien quiso descalificar a esta doctora diciendo que es amiga de Zoé Robledo, el director del IMSS, pero la conversación ya había finalizado y no tuvo gran eco. Lo mismo sucedió con el mensaje antigubernamental de la actriz Thalía, tuvo muchos seguidores pero también fue tundida en las redes porque una cosa es que quiera imitar la forma de hablar de una chava de la calle como en “María la del Barrio”, pero muy otra que pretenda imitar el conocimiento de un epidemiólogo.

Ahora se busca a esas figuras con credibilidad. Esta estrategia de comunicación no es nada nueva, es en realidad muy vieja y muy utilizada, pero son las que aseguran que una conversación se mantenga más tiempo en las redes. Del lado de la 4T circuló la canción compuesta por Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa de Andrés Manuel López Obrador, “Esto pasará”, en la voz de Eugenia León. En este tipo de mensajes es donde se observa la militancia dura. De los raps, sones jarochos, música de banda y otros géneros que han ofrecido piezas para conminar a la población a cumplir la cuarentena, la pieza cantada por Eugenia León me ha parecido de lo mejor logrado, pero eso no lo iban a admitir los adversarios de AMLO que criticaron duramente la canción aunque les resultó difícil descalificar a Eugenia, cuya voz excepcional no es fácil criticar.

Twitter es un rosario de mensajes que pretenden ser más convincentes sobre el buen manejo de la crisis sanitaria o la construcción de frases lapidarias para demostrar que el país se está cayendo a pedazos con este gobierno. Las “plumas” libran todos los días una batalla en las redes defendiendo su “verdad”.

Los menos creíbles son los más belicosos y violentos, como Ricardo Alemán, que no sólo perdió el empleo sino la brújula y su discurso provocador y agresivo ya es una molestia en la red.

Están además los memes, donde hay una guerra de creatividad de los dos lados. Y hay que decir que los dos bandos han logrado posicionar sus conversaciones. Los internautas buscan la chunga y la diversión en redes, de modo que quedan atrapados por los más creativos, los más hilarantes e incluso los más irreverentes. Los memes son el producto que más se consume, tienen una imagen acompañada de una frase ingeniosa, muchas veces el chiste estriba en el absurdo de relacionar estos dos elementos. Hay memes a favor y en contra a raudales.

Los encargados de comunicación de la oposición deben estar muy ocupados con las métricas de la conversación, analizando el tono del mensaje que se requiere, el perfil del internauta para conocer su fidelidad, la actividad que generan determinados mensajes, etc. Ojalá que el gobierno esté haciendo lo propio, porque esta batalla no se gana sola.

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