Mucha crisis para tan poco “prejidente”

* Impreparado para enfrentar la pandemia  * Maquillaje de cifras  * Contagiados son diagnosticados con neumonía  * AMLO y los empresarios: se armó la bronca  * Amenaza a dirigente del PRI  * Francisco Palencia y Caballero  * Moisés Carrillo: cuando embistió a Yunes  * Y hoy está muerto  * Decapitado, aparece “El 20”  * Fue zeta y luego del CJNG

MUSSIO CARDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

8 de abril de 2020

Inmaculado, San Andrés Manuel ya habla solo. Su palabra bendice a los pobres y a los pillos conversos a la 4T, a los becarios, a los adultos mayores, y unge a los liberales, a la secta que le aplaude a rabiar, al clan de la adulación.

Solo, sin público, su quinto informe de labores —cuatro en 2019, primero en 2020— es el retrato del desvarío presidencial, dibujando al país de la ilusión, el destierro, según él, del neoliberalismo, la nación que emerge de las cenizas y de los escombros que vienen de la corrupción.

La estampa es caricaturesca. López Obrador habla, dirige la mirada hacia nadie. Se escucha el rebote de voz, la ausencia de masas que por la sana distancia no pueden idolatrar a Su Santa Majestad.

El presidente es discurso y decepción. Debiendo lanzar el mayor plan para enfrentar el impacto económico derivado de la crisis de salud por la pandemia generada por el Coronavirus, optó por el mensaje trillado, el sueño y el delirio, los alucines de la Cuarta Transformación, la negación de la realidad.

Inmensa la pandemia, México tiene un presidente minúsculo. Urgido de una estrategia audaz —el rescate de las fuentes de empleo, la reserva de dinero para los que viven al día—, Andrés Manuel sólo reitera que lo suyo va: la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Luía y el Corredor Interoceánico.

Hasta ahí los alcances, muy limitados, del presidente.

Fuera del Palacio Nacional está México. La pandemia destronca la vida de todos. Cierra la industria turística, los restaurantes paran, la vida nocturna se apaga, los antros y bares dejan de operar. Y el que vive de la propina enfrenta la tragedia. Y el que vive al día, el taxista, el que vende en las calles, el que desarrolla oficios, el profesionista independiente, ¿qué? Para ellos no hubo un espacio en el rollo de López Obrador.

Su plan de contingencia es la reedición de sus promesas de campaña y sus alardes de toma de posesión. La pandemia y su impacto económico, se combate con demagogia. Para un cáncer agresivo, una aspirina 4T.

Andrés Manuel muestra otra faceta: es mago. Ofrece crear 2 millones de empleos. ¿Desde crecimiento cero o desde crecimiento -8, como auguran las calificadoras y los organismos financieros?

Implícitamente hay un quiebre con el empresariado mexicano. Alardea que no habrá otro Fobaproa. ¿Quién se lo pidió? Le demandan diferir pago de impuestos pero no dejarlos de pagar, preservar a las micro, pequeñas y medianas empresas, pero no escucha.

No condonará impuestos. No creará un fondo para cubrir los ingresos de aquellos que hoy están en la parálisis total.

La máscara del presidente es el triunfalismo. Garantiza pago de pensiones a adultos mayores, becarios, discapacitados. Los programas sociales son todo para Su Majestad. Y dispone de los fideicomisos por 740 mil millones de pesos que ahora controla desde la presidencia. Ofrece inyectarle a Pemex 65 mil millones, como si la petrolera no se los fuera a tragar en una sentada.

A las industrias y empresas les frena su actividad y simultáneamente los obliga a mantener  su plantilla de trabajadores. O sea, que no tengan ingresos y continúe el pago de salarios.

La burocracia federal suspende actividades sin que su sueldo peligre, pero el iluminado advierte que sus altos mandos en las dependencias tendrán no tendrán aguinaldo en diciembre. La medida es inconstitucional.

Pronto se percata que su palabra dejó de valer. Y la desconfianza no tarda en llegar.

Horas después, el dólar se dispara. El barril de petróleo sigue a la baja. Los empresarios, aún aquellos líderes de cámaras que lo secundan sin chistar, lo confrontan.

El Consejo Coordinador Empresarial convoca a un pacto, sin López Obrador, para enfrentar la crisis económica.

A la Asociación Mexicana de Bancos, encabezados por el director de Banco Azteca, de Salinas Pliego, le parece reducida la oferta de Andrés Manuel.

Los gobernadores de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila forman bloque, viendo la pasividad del presidente. Otros gobernadores se van por la libre y aplican sus propios planes.

Enrique Alfaro, de Jalisco, lanza un plan económico emergente, irritando al Dios Peje y a su séquito.

Mauricio Vila, de Yucatán, aplica estricto plan económico y medidas férreas al tránsito de personas.

Hasta Alfonso Ramírez Cuéllar, líder nacional de Morena, el partido del presidente, dice que hay que trabar un acuerdo son los empresarios, respaldar a la micro, pequeña y mediana empresa.

Pero en el reino pejista eso es sacrilegio.

Una cementera, Cemex, anuncia el cierre de sus operaciones en México. De inmediato, López Obrador decreta que las cementeras y acereras proveedoras de sus proyectos —Dos Bocas, Tren Maya, Santa Lucía, Corredor Interoceánico— deben cumplir sus contratos. Ahí no hay sana distancia entre el personal.

Andrés Manuel responde que hay 400 mil millones de pesos para sostener los programas sociales. Es lo único que pasa por la mente del Dios Peje. A los gobiernos estatales les fueron liberados 10 mil millones de pesos para atender la contingencia sanitaria.

AMLO echa mano de Carlos Slim, dueño de Telmex, Telcel y América Móvil, y Germán Larrea, de Grupo México, al que antes calificó de traficante de influencias y beneficiario del neoliberalismo con fortuna proviene de Carlos Salinas de Gortari por la concesión de la histórica mina de Cananea.

La crisis económica le viene a modo al presidente. En el fondo, cobra la factura de 2006 cuando una buena parte de los que hoy son empresarios a punto de quiebra financiaron la campaña sucia —el “Bejaranazo”, el “Cállate Chachalaca”, el “Un peligro para México”— que le frustró su llegada a la Presidencia.

La revancha llega de la mano del Coronavirus. Andrés politiza la pandemia. Embiste y no mide riesgos. Cuando no haya recaudación suficiente para sostener los programas sociales ni la marcha del gobierno, el Dios Peje va a reventar.

Imparable, el Covid 19 revela la fragilidad de presidente morenista. Hay escasez de enfermeros en los hospitales de gobierno, según la Organización Mundial de la Salud. El subsecretario de prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell admite que en febrero debió parar la venta de cubrebocas a China. Ahora se adquieren con sobreprecio. Los militares decomisan ventiladores respiratorios en la Ciudad de México. La UNAM y el Instituto Politécnico Nacional retiran residentes de medicina y enfermería de hospitales públicos por carecer de equipo protector que mitigue el riesgo de contagio.

Muy ufano, el gobierno de López Obrador presume que dispone de 7 mil camas de hospital cuando se requieren 40 mil.

Y algo profundamente inmoral: el maquillaje de las cifras de contagiados por el Covid-19.

Médicos del IMSS alertan sobre casos diagnosticados como neumonía atípica o influenza para ocultar la cifra real. Un doctor y un enfermero fallecieron por el contagio en el IMSS de Coahuila y Zacatecas. Y contagiaron a muchos más. A ello se sumaron las protestas por la falta de equipo para proteger al personal en las instituciones médicas. Todo se documentó en videos.

Andrés Manuel ve la emergencia y solo alardea. Su pecado fue destruir del sistema de salud. Provocó el desabasto de medicamentos, embistió a los laboratorios acusándolos de actos de corrupción, ordenó el despido de miles de médicos, el recorte al presupuesto, incluidos los centros de investigación y las fundaciones de lucha contra el cáncer. Hoy lo paga.

La pandemia sacude a México. Van 141 muertos, 2785 confirmados, 6295 sospechosos. La cifra crece exponencialmente. Llegan médicos cubanos a aportar experiencias y sugieren ingerir medicamentos naturistas para fortalecer el sistema inmunológico. México espera la llegada de un cargamento con ventiladores, cubrebocas, respiradores artificiales, provenientes de China.

Todo a destiempo, cuando la pandemia ya empieza a generar pánico, preocupa a médicos y enfermeras, cimbra a la sociedad por las carencias, irrita al empresariado que ve en el impacto económico la quiebra del país.

Y mientras, San Andrés Manuel habla solo. Se dirige a un público inexistente. Ofrece llevarnos a habitar en el reino celestial y vende que el Plan México contra la crisis de salud será un ejemplo a imitar. Así los alucines de López Obrador.

Mucha pandemia para tan ínfimo “prejidente”.

Archivo muerto

 

Sobre la cabeza del vasconcelismo pende una espada. Y una sospecha. Un genio marcó un número, sonó el teléfono celular y vertió la amenaza. Sin pronunciar palabra, el destinatario escuchó paciente y cortó. Por horas le martillaron las palabras, el amago, el trato alevoso y la sentencia: la vas a pagar. Y el PRI estatal identificó al autor intelectual. Una amenaza a un alto dirigente priista justo cuando las huestes de líder obrero, Carlos Vasconcelos Guevara, se apoderaban de la sede del PRI en Coatzacoalcos, es factura de alto cobro cuando se defina la candidatura a la alcaldía. A esperar, pues… Un nombre: Francisco Palencia Castellanos. Profesión: arquitecto. A ese personaje destinó el ex alcalde Joaquín Caballero Rosiñol su generosidad atropellando el derecho de contratistas. Su móvil fue someterse al tráfico de influencias de Tony Macías, el suegro incómodo del ex gobernador Javier Duarte, padre de Karime Macías Tubilla, de cuya mano llegó Caballero a la presidencia municipal de Coatzacoalcos. Francisco Palencia aparece en un nutrido expediente sobre los balances y desbalances del erario municipal… A Moisés Carrillo lo atacó un par de sicarios. Un balazo en la mejilla lo ultimó. Carrillo no fue moneda de oro. Su perfil, sus acciones, suscitaban controversia, adeptos y adversarios. Priista de cepa, protagonizó un episodio de escándalo, arengando a la plebe contra el entonces senador Fernando Yunes Márquez el día en que se jugaba el gobierno de Veracruz, el fin del duartismo, la debacle del PRI. Rodeado de policías a la entrada de Coatzacoalcos, Fernando Yunes era acusado de tener en su poder dinero para operar la elección que a la postre su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, ganó. Una vez en las oficinas de la Procuraduría General de la República, aclarado el punto, sin hallarle el dinero que le imputaban sería para mover la estructura panista, hizo a retirarse. Entonces se escucharon las arengas de Moisés Carrillo de la Cruz. Y luego la pedriza. Y una lluvia de huevo. Moisés Carrillo terminaría dejando al PRI en 2018, creyendo que el yunismo mandaría por años en Veracruz. El PAN les tendió la alfombra y luego lo olvidó. Hoy uno está muerto… Cobrador de cuota y extorsiones a comerciantes, bares y antros, asalta tráileres, Endir Barrientos literalmente perdió la cabeza. Decapitado, como registra una imagen, sus restos son expresión violenta con que se amenaza al alcalde de Sayula de Alemán, Fredy Ayala, y un mensaje junto al cuerpo sentencia a uno de los jefes del Cártel Jalisco Nueva Generación en el sur de Veracruz, Raul Torres Blanca, alias “El 30”, quien fuera elemento de la Policía Ministerial de Veracruz. “Vamos por todas las lacras de Sayula —dice el mensaje— ya no hace falta mencionarlos perros ya saben quienes son y por ti Fredy Ayala jefe de la mafia acá está tu 20 Endir Barrientos”. Apodado “El Jessi”, Endir Barrientos tuvo un papel relevante en la estructura criminal del Comandante H —Hernán Martínez Zavaleta—, capo mayor de Los Zetas en el sur de Veracruz. Tras la aprehensión del líder zeta que solía convivir con sus amigos del jet set y la política, con alcaldes priistas y empresarios en Coatzacoalcos, el Jessi migró al CJNG y ahí prosiguió con su actividad delictiva bajo el alias de “El 20” a las órdenes de José Roberto Sánchez Cortés, “El 80”, ex agente del Ministerio Público y favorito en el reino de la ex fiscal regional, Samyra Khouri Colorado, ya fallecida, encumbrada por Luis Ángel Bravo Contreras, alias el Fisculín del duartismo. Así hasta este viernes 3 en que la imagen de Endir Barrientos sacudió a las redes sociales, decapitado y con el mensaje de muerte. Sabrá si fueron Los Zetas o si es acción de las autodefensas de San Juan Evangelista y los territorios veracruzanos que colindan con Oaxaca y que pregonan ir por los violentos, arrogándose las tareas de seguridad pública, llenando el vacío que deja el gobernador Cuitláhuac García. Uno de sus líderes, Erasmo Vázquez González, medio hermano del fallecido cacique Cirilo Vázquez Lagunes, fustigaba públicamente a Endir Barrientos mientras el maloso se hallaba en prisión —una de la tres veces que estuvo recluido—, acusándolo del crimen de un joven músico. Ahora que aparece el cuerpo de “El 20” decapitado sin cabeza, las pesquisas policíacas habrán de establecer quién lo mató y por qué. O quizá no…

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