En “Prosa aprisa” del viernes comenté que de lo que anunciara el domingo el presidente sobre un plan de impulso a la reactivación económica se jugaba su última carta de sobrevivencia política, esto por la caída que su aprobación está teniendo en las encuestas.
Sostuve –y sostengo– la tesis de que una Quinta Transformación ha irrumpido y ha borrado la anterior: una nueva transformación impulsada por las circunstancias y apuntalada por la pandemia del Covid-19 y la caída de los precios del petróleo.
“El presidente proyectó una Cuarta Transformación a seis años para un determinado modelo de país que está dejando de ser. La 4T, qué duda cabe, nació bien pero en apenas 14 meses ya se malogró. Ha surgido una nueva, la Quinta, y no la encabeza él cuando pudo haberse montado en lo alto de la cresta y conducir el cambio”.
Dije que si él no cambiaba sería la propia población afectada la que tomaría en sus manos la Quinta Transformación, y lo haría a un lado. “El pueblo da el poder, el pueblo lo quita. La historia lo enseña”. El domingo, se mantuvo en lo mismo.
En una columna que publicó ayer en el diario El País (“Parto de los montes”), el investigador del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana (UV), Alberto J. Olvera, sostuvo que el informe del domingo “resultó un verdadero parto de los montes”.
“Imposible no atender crisis de empresas”
Licenciado en Economía por la UV, apuntó que el presidente olvida que el 85% del PIB mexicano depende de las empresas privadas, grandes y pequeñas, “y que por tanto es imposible no atender la crisis de las mismas ante el cierre súbito de las cadenas de suministro de materias primas, la virtual desaparición de sus mercados y la paralización de facto del mercado mundial”.
Sostiene que la única forma de salir de la actual crisis es impulsando la reconstrucción de la economía a través del gasto público deficitario, lo cual implica aumentar la deuda pública en forma sustancial, dirigiendo el gasto público de una forma inteligente a la construcción de infraestructura, facilitar el crédito a empresas privadas estratégicas y subsidiar a trabajadores desempleados.
Pero “Repitió las mismas políticas ya decididas y mal ejecutadas durante su primer año de gobierno”.
Graduado con una maestría y un doctorado en la Graduate Faculty of Political and Social Science de la New School for Social Research, de Nueva York, recuerda que en los países autoritarios, donde no hay límites al poder del ejecutivo, los errores de este se traducen en verdaderas catástrofes económicas y sociales, “como lo sabemos bien en México”.
Apunta entonces: “En México la concentración casi absoluta del poder marca la imposibilidad de que desde el poder legislativo y/o del poder judicial se limiten los daños que implica la incapacidad de AMLO para entender la naturaleza de los retos que la nación enfrenta”.
Concluye que solo “una movilización nacional, que articule a gobiernos locales, sindicatos y movimientos sociales, parece ser la única alternativa para exigir a un Gobierno encerrado en sí mismo que actúe en un momento decisivo de la historia”.
Tenemos puntos coincidentes. Una movilización nacional implica al pueblo. Cuando dije que sería la propia población afectada la que tomaría en sus manos la Quinta Transformación es porque no veo por ningún lado a la oposición ni a algún líder con estatura moral que la encabece, aunque sí lo hay, como Cuauhtémoc Cárdenas, quien, sin embargo, solo se ha limitado a emitir su voz por escrito.
Resienten ya el impacto económico
La crisis económica apenas empieza pero los mexicanos ya la resienten en sus bolsillos. Una encuesta del diario Reforma reveló ayer que 56% de la población ha reducido ya sus gastos por falta de ingresos, 39% ha dejado de recibir ingresos, a 25% le han reducido su sueldo y 19% perdió ya su empleo. Los porcentajes negativos van a aumentar conforme avance y se agrave la situación. Necesariamente habrá un mal humor social, que ya asoma.
Antes de su informe del domingo, el presidente ya tenía dividida a la sociedad mexicana entre quienes lo apoyan y aprueban su gobierno y entre quienes no.
La división se fortaleció y se acentuó. Se fortaleció con el sector empresarial y se acentuó entre sus seguidores y el resto de la población.
Por las reacciones el mismo domingo y ayer lunes, la percepción general es que la mayoría de los mexicanos está en desacuerdo con él y su política económica.
En el sondeo diario que lleva Mitofsky para El Economista, ayer lunes el presidente cayó en su aprobación a 47.7% cuando el viernes pasado había cerrado la semana en 48.6%.
En una encuesta de México elige, realizada el domingo, AMLO tuvo una calificación de 43.6% y una aprobación de 46.6%, ya muy coincidente con la de la empresa de Roy Campos.
También el gobernador tiene baja aprobación
En esa misma de México elige, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez tuvo una aprobación de solo 38.7%, solo por arriba de Miguel Barbosa, de Puebla, con 27.7%, y de Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, con 24.7%, o sea, entre los tres últimos lugares de los de Morena, y entre los siete últimos de todos los gobernadores del país.
Por su parte, Arias Consultores, en una encuesta que levantó entre el 22 y el 25 de marzo, registró al gobernador de Veracruz entre los tres últimos de todos los gobernadores del país, con una aprobación de solo 6.40% solo por arriba de Cuauhtémoc Blanco, con 5%, y de Miguel Barbosa, quien obtuvo el 3.70%.
Para el presidente, el país saldrá pronto del impacto económico de la pandemia del Covid-19. Según él, la sociedad mexicana entenderá de qué se trata su plan económico para reactivar la economía, “pero no los especialistas”.
Creo que los especialistas lo entienden tan bien que señalan que es el único entre los seis países más grandes de América Latina que no está aplicando un paquete de estímulo fiscal y pronostican una contracción histórica.
Enrique Quintana, director de El Financiero, uno de los analistas más serios, leídos y respetados, moderado al extremo, quien ha tratado con bastante consideración al presidente, no dudó ayer en titular su columna “Juega AMLO a la ruleta rusa”.
Anticipó que al paso de los días y de las semanas “habrá crecientes evidencias de que la estrategia imaginada por López Obrador va a hundir cada vez más a la economía mexicana (subrayado suyo) y por lo mismo va a generar costos crecientes entre todos, incluyendo los de menores ingresos, que él piensa apoyar”.
No descartó que rectifique y adopte una actitud razonable, así sea por pura conveniencia política, pero dijo también que es probable que le gane la ideología e insista “en decisiones que nos van a llevar al precipicio”.
En su mañanera de ayer, el presidente dejó claro: no habrá otro plan.
Reacciona Fernando
El alcalde de la ciudad de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, entregó ayer mil litros de gel antibacterial y miles de guantes y cubrebocas a personal del IMSS, de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE)14. No puede más que reconocérsele. ¿Quién otro dice yo también?
Que fallecido del Orfis tuvo contacto con pocos
Servidora del Orfis me dijo que era una plática, no una aclaración:
Que el contador Noé López Martínez, funcionario del Orfis, sí fue a Tlacotalpan el 17 de marzo a evaluar trabajos de participación ciudadana
Que de ahí solo tuvo contacto con tres compañeros con los que había viajado; que cuando regresaban les notificaron que al día siguiente ya no debían presentarse a su centro de trabajo.
Que fue al Orfis solo a entregar documentos pero los dejó en la caseta de la entrada; que no tuvo contacto con más personas.
Que en el puente del lunes 16 había viajado también a Toluca a visitar a un familiar.
Que sus compañeros se aislaron oportunamente y tras estar bajo observación médica descartaron que hubieran sido contagiados.
En conclusión, que no hay riesgo para otras personas. Ojalá.