¿Puede haber algo más despreciable que aprovecharse del estado de confusión y terror provocado por una pandemia como la actual para sacar algún beneficio? ¡Por supuesto! Aprovecharla para sacar raja política.
El albazo legislativo con el que los diputados federales de Morena y sus parásitos del Partido Verde, el PT y Encuentro Social se acomodaron la ley para reelegirse con amplia ventaja hasta por cuatro periodos consecutivos –dos periodos para los senadores- y quedarse a calentar la curul durante más de una década, revela no solo las prioridades de la autocalificada “cuarta transformación” en un momento de máxima emergencia como el actual, sino también su verdadero talante antidemocrático.
Las reformas aprobadas la tarde-noche del pasado miércoles 18 de marzo en la Cámara de Diputados a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y a la Ley General de Partidos Políticos, establecen que los legisladores podrán buscar la reelección sin necesidad de pedir licencia, es decir, ocupando la tribuna y los recursos públicos de que disponen en el Congreso de la Unión para hacerse propaganda durante precampaña y campaña, lo cual claramente atenta contra cualquier principio de equidad en una contienda electoral.
Además, también les será permitido –de ratificarse estas reformas en el Senado de la República- promoverse electoralmente a través de sus “informes de labores”, ya que no hay ninguna ley ni reglamento que regule el momento preciso en el que éstos deban llevarse a cabo, por lo que bien podrán realizarlos en las etapas del proceso electoral en las que sus contrincantes tengan prohibida la promoción política de su imagen.
Éste no es un tema nuevo, valga decir. La Constitución General de la República fue reformada en 2014 para quitarle el candado que prohibía la reelección inmediata para legisladores federales y locales y para presidentes municipales, y en ese entonces contó con el beneplácito y el voto de las bancadas del PRI, PAN y PRD –salvo el ala lopezobradorista que aún permanecía en ese partido-, fruto de las negociaciones del llamado “Pacto por México”.
Vueltas que da la vida. Hoy, son los lopezobradoristas -a quienes la coyuntura política favorece- quienes dejaron de lado sus supuestos “principios” antirreeleccionistas y “maderistas” para buscar perpetuarse en las curules, mientras que lo que queda del PRI, PAN y PRD simplemente prefirieron ausentarse de las votaciones, avalando de facto con su silencio legislativo –por mucho ruido político que quieran hacer ahora- la jugarreta de Morena y sus satélites.
En ese mismo tenor se inscribe la iniciativa de reforma presentada esta semana ante el Congreso de Veracruz por el gobernador Cuitláhuac García, con la cual pretende quitarle 500 millones de pesos a los partidos para el proceso electoral local del año entrante. El pretexto es usar ese dinero para “atender” la actual emergencia sanitaria. La realidad, es que buscan desfondar a la oposición. Al cabo que el gobierno reparte dinero con sus programa clientelares.
Finalmente, se reconfirma que todos en la clase política mexicana –incluidos especialmente aquellos que presumen de ministerios morales de los cuales carecen- son y buscan lo mismo: el poder por el poder.
Lo que no tiene perdón es que aprovechen la más grande emergencia de salud de la historia moderna para enquistarse en éste. Son ambiciosos vulgares, diría por ahí cierto “evangelizador” de la vida pública de este país.
Prevenir, resistir y sobrevivir
Vienen los días más duros de la pandemia por coronavirus en México. Más allá de los dislates del gobierno, la ciudadanía se organiza para prevenir, resistir y sobrevivir. Es responsabilidad de todos lograrlo. Así lo haremos.
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