Responsabilidad y sentido común

Hablar del coronavirus hace un mes era meramente informativo, nos parecía un padecimiento lejano sacado de película pero perteneciente a otra cultura, conforme pasaron los días conocer datos de la enfermedad era necesario, sin embargo la prioridad estaba en otras temáticas. Hoy hablar de lo que nos toca hacer desde lo individual es indispensable. El virus no conoce fronteras y se ha expandido, por ello en este punto la información es vital, el pánico estorba, pero la responsabilidad y el sentido común nos salvan.

Brindar todos los datos sobre este virus, los síntomas y padecimientos no es para generar pánico, es para que cada persona tome las medidas pertinentes porque a comparación de los países previamente infectados en América ya tenemos datos de su propagación y ahora nos toca aprender de los errores de otras naciones que hicieron que esto se volviera una pandemia.

El primer punto urgente es evitar el contacto social, si bien es cierto que las medidas gubernamentales quizás al momento han sido insuficientes, también lo es que como individuos deberíamos actuar desde el sentido común, ¿por qué hemos de esperar a que lleguen las prohibiciones si nosotros podemos limitar gran parte de nuestras actividades de manera voluntaria? A mí me parece lógico que si seguimos en conglomerados sociales interactuando en espacios unos con otros, las enfermedades se propagan más rápido, pero tal parece que a quienes asisten a conciertos multitudinarios o interpretan la suspensión de labores como vacaciones no les han llegado los mismos datos.

El actual presidente de El Salvador ha entendido perfecto qué significa esta problemática, sabe de las afectaciones económicas, pero también valora la vida de sus ciudadanos y seres queridos, en su cuenta de Twitter escribió: “Cualquier medida que tomemos ahora parecerá exagerada. Cualquier medida que queramos tomar después será insuficiente”. En efecto como mexicanos podemos tomar un poco de su filosofía en la cual le ha explicado a los salvadoreños que esta pandemia no es un juego.

Es cierto que la mayoría de casos infectados por COVID-19 no son mortales, yo misma declaré previamente que los síntomas son similares a una gripe y que el cuadro clínico se complica con otros padecimientos, la cuestión es que México es uno de los países con mayor índice de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y la lista puede seguir, aunado a lo anterior nuestro sistema de salud no está preparado para atender más de cierto número de casos, En países como Japón se dispone de 13.1 camas por cada mil habitantes, en Corea del sur 11.5 y China 4.2. En México, de acuerdo a una investigación realizada en 2013, disponemos de 1.5 camas por cada mil habitantes. A esto hay que sumar que además de los casos infectados por COVID-19 no se detienen el resto de enfermos por otras causas.

Por ello en estos momentos es tan importante evitar a toda costa que se extiendan los números de contagio, las medidas son sencillas. Evitar salir de casa, no realizar actividades sociales como asistir a centros comerciales, cines, cafés, etc. durante el tiempo necesario, lavar las manos de manera constante, evitar las compras de pánico, si cuidamos de todos, nos estamos cuidando también como individuos.

Este es un momento de empatía, en el cuál tenemos que pensar en aquellos de la población que son más vulnerables, está comprobado que este virus afecta más a las personas mayores y a quienes tienen otros padecimientos. Es cierto que un porcentaje menor de la población muere, pero en un país con 129, 2 millones el 2% de su población siguen siendo 2.5 millones de personas. En el porcentaje de infectados y de muertes estará el ser querido de alguien, quizás una persona que estimas o quizás tú.

De ti depende que esta Pandemia sea para nosotros una catástrofe o un padecimiento que se mantuvo bajo control gracias a la responsabilidad social. Las medidas y acciones del gobierno no serán suficientes si no tenemos conciencia. Cuidarnos es tarea de todos.

 

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