“Los fracasos hunden a los necios; a los sabios, les levantan.” – Eusebio Gómez Navarro.
Las acciones de contención emprendidas por el Gobierno de Veracruz para hacer frente a la pandemia de “coronavirus” son finalmente la confirmación de que, para la 4T, el asunto ya les llegó a los aparejos.
Previo a los anuncios hechos por Cuitláhuac García, las acciones debieron llegar del Gobierno Federal.
Así el mismo sábado 14 de marzo el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán anunció la suspensión de clases del 20 de marzo al 19 de abril, previniendo la cresta más intensa de contagios.
En Veracruz será hasta este lunes 16 cuando el titular de la Secretaría de Educación, Zenyazen Escobar García haga lo propio en conferencia de prensa, no antes, no después, todo con la calma, que prisa corre.
Ahí si la gente se enferma, se infecta, pues ya fue su mala suerte.
Pero entre fracaso y fracaso, el saldo del Gobierno de Veracruz es en verdad desafortunado, primero porque previo a la inauguración de la pseudo Cumbre Tajín 2020, las huestes de Cuitláhuac García, arriaron a palos a los integrantes de la Red Autónoma de Campesinos, Indígenas, Movimientos y Organizaciones Sociales (RACIMOS), A.C.
En vídeo y en tiempo real, el mundo se pudo dar cuenta, de como una cumbre dedicada a la preservación de las culturas indígenas era literalmente vapuleada a garrotazo limpio por los integrantes de la Secretaria de Seguridad Pública que de nueva cuenta exhibían la incapacidad para resolver crisis.
La falta total de dialogo o negociación entre los integrantes de RACIMOS y el Gobierno del Estado se puede explicar mejor en una frase, “rómpanles la madre”.
Y es que este reportero conversó con un alto funcionario de la Secretaría de Gobierno del cual reservaremos el nombre, quien nos platicó con todo lujo de detalle lo ocurrido.
Según refiere el funcionario ante la cerrazón de sus dirigentes a no negociar con nadie que no fuera el Gobernador o el Secretario de Gobierno, pues la instrucción fue quitarlos a toda costa y sin mediar consecuencia.
El fracaso de la propia Cumbre Tajín evidenció el pésimo manejo de parte de la actual Secretaría de Turismo y Cultura, la cual, acabó con una tradición que costo muchos años y esfuerzos para consolidar.
El evento de rescate de la cultura totonaca nació en el año 2000, con muchos esfuerzos en tiempos del gobernador Miguel Alemán Velazco quien le aposto al proyecto que en su momento produjera Salomón Bazbaz Lapidus y Gastón Melo Medina.
El mismo Salomón Bazbaz en tiempos de Fidel Herrera Beltrán consiguió que el Parque Takilhsukut sede del Centro de las Artes Indígenas, fuera desde diciembre de 2012 parte de la Lista Mundial de Mejores Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO).
Así como en 2009 logrará que fuera proclamado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el rito de Los voladores de Papantla.
Hoy en 2020, el fracaso de la 4T y de su Cumbre Tajín es la muestra clara de carecer de conocimiento, capacidad, logística, la penosa asistencia de tan solo unos 6 mil visitantes a lo más, confirmó que todo lo que emprenden lo hacen mal.
Sumado a la pésima contención epidemiológica con la que lo plantearon, el Gobierno debió cancelar, más para tapar el rotundo fracaso, que para salvaguardar a los asistentes de un posible contagio.
Queda claro que el Gobierno de Veracruz va de fracaso en fracaso.
Sextante.
La actitud del presidente López Obrador ante la crisis de salud que representa el “coronavirus” es la muestra fiel de su gobierno, en donde la ocurrencia, la improvisación y fracaso, lo acompañan.
Por cierto, es asqueroso verlo forzar a menores a que lo besen, ahí si cabe “fuchi, huacala”.
Al tiempo.
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