La pena de muerte en nuestro país, ha sido motivo de diversas discusiones en el marco legislativo, dado que desde el gobierno del presidente Vicente Fox en el 2005 se abolió dicha pena en la constitución y en los códigos penales estatales.
Este castigo tiene antecedentes precolombinos, muchas culturas lo ejecutaban ante faltas graves y contra de los enemigos. Durante la colonia se ejercía incluso por sospechas y hasta motivos banales, siendo la inquisición la corte que más dictaba dicha pena siendo la herejía y la hechicería los motivos principales.
En 1835, el código penal de Veracruz, agregó la pena de muerte en sus penas, hasta la época juarista en que se intentó derogarla en el código Juárez-Martínez Castro, sin embargo se fue derogando paulatinamente en cada estado del país, dejándola vigente sólo para los delitos de homicidio con premeditación, alevosía y ventaja, el parricidio, para el incendiario, salteador de caminos y delitos políticos graves y traición a la patria, agregándose en la constitución de 1857 los delitos de plagio y piratería.
En 1966, México se adhirió a un pacto convocado por la ONU para abolir la pena, empezando a cumplirse hasta 1976, aunque para entonces ya no se ejecutaba, existiendo la última referencia de la ejecución de dicha pena en 1961 en Coahuila.
Únicamente se mantuvo vigente la muerte en las leyes militares para delitos graves, traición y faltas en estado de guerra.
Durante los movimientos del 68 y 72 bajo los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, el batallón Olimpia y el grupo paramilitar de los Halcones, mataron a cientos de estudiantes durante los mítines de protesta y posteriormente ejecutaron penas de muerte sin juicio previo a muchos de los estudiantes detenidos, mismos que desaparecieron subrepticiamente.
A partir de los años 90´s, México cambió para mal y se intensificaron progresivamente muchos delitos graves, entre ellos el narcotráfico, los asesinatos, robos con violencia, secuestros entre otros, unos cometidos por delincuentes comunes y otros por la delincuencia organizada, siendo el presidente Felipe Calderón quien declarara la guerra a la delincuencia, en medio de un sinfín de críticas que perduran hasta hoy, cesando la persecución del crimen en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
En el 2009, el Partido Verde Ecologista propuso retomar la pena de muerte en los códigos penales sin tener éxito ni apoyo por los legisladores de otras bancadas, sin embargo la criminalidad, delincuencia organizada y delitos comunes han incrementado brutalmente la inseguridad y el temor de la ciudadanía, terminando con la paz social que no se restablece con las nuevas políticas de abrazos y no balazos, así como acusar a los delincuentes con su mamá y abuelita.
De nueva cuenta el Partido Verde propone reinstaurar la pena de muerte a fin de quitar de las calles a tanta escoria que ve la cárcel como una ida de vacaciones con techo comida y sustento gratuitos, sabiendo que por argucias, mordidas y errores ministeriales, saldrán libres. Si a la pena de muerte y que vuelva la paz.