A 58 años (1968) del conflicto que involucro a estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de este país. Todo indica que desde el pasado 2019 tenemos en puerta otro grave problema que por el momento solamente afecta a la Máxima Casa de Estudios.
En aquella ocasión todo inició entre un conflicto que tuvieron estudiantes de la Vocacional 5 del IPN y un bachillerato particular, que estaban ubicadas por la zona de la Plaza de la Ciudadela, cerca del centro del Distrito Federal ((DF).
Bronca estudiantil que se consideraba “normal” entre estudiantes de ese nivel educativo en esa época. Pero que lamentablemente intereses “obscuros”, convirtieron una bronca entre preparatorianos en lo que conocemos. El que finalizó con la matanza de Tlatelolco por parte de fuerzas del orden del gobierno federal, que en ese tiempo tenía bajo su mandato Luis Echeverría Álvarez.
Pero en esta ocasión la inconformidad de parte de los estudiantes se debe a las políticas que actualmente de alguna forma podemos considerar están de moda, como lo es todo lo que se refiere a la equidad de género.
Políticas que dentro de los tres niveles de gobierno de nuestro país poco a poco han venido progresando, lo que es totalmente positivo y que ha tenido como resultado que todo lo que se refiere al acoso sexual, no se permita más y se castigue. Lo que antes era impensable sucediera.
Acoso sexual que lamentablemente siempre ha existido no solamente en las oficinas gubernamentales, también en las de la iniciativa privada y en las escuelas, desde el nivel de preescolar, hasta el universitario. Solo que el exacerbado machismo que permea nuestra sociedad, en esa época, no permitía se hicieran este tipo de denuncias. Lo que afortunadamente comienza a cambiar.
A la fecha el paro que supuestamente por este motivo tiene desde hace ya 4 meses en conflicto a diferentes preparatorias y facultades de la UNAM, cree usted estimado lector que es el real. O supone que puede haber atrás de todo esto “mano negra”. En el caso de que así fuera, de quien será la mano en esta espinosa situación, que mece la cuna.
Será que los estudiantes están dispuestos a no asistir a clases y con ello como resultado perder el año escolar y por lo tanto un año de su vida, así como de ingresos, al tardarse un año más en concluir sus estudios. La respuesta es sencilla y clara: NO. Entonces, por qué el insistir en marchas que terminan con vandalismo por parte no de los verdaderos estudiantes, sino de los vándalos, encapuchados que siempre se integran a las marchas y terminan cometiendo delitos a transeúntes, negocios, y al edificio de la rectoría en Ciudad Universitaria (CU). Y que sospechosamente nunca son detenidos por autoridad alguna.
El motivo real de esta lamentable situación que vive la UNAM, difícilmente lo es la problemática del acoso sexual. Hay que hacer un análisis más a fondo de cuál es la situación actual de las universidades públicas en el país y de la creación de otras nuevas instituciones de educación superior, que por el momento hasta donde se tiene información de estas, el esquema no está funcionando y por tanto la ideología que deben transmitir no está llegando a sus destinatarios. Además de que apoderarse de la Máxima institución de nivel superior del país, sería una hazaña, que esperemos no se lleve a cabo. Usted que OPINA, estimado lector. Hasta el miércoles. [email protected] (Fech. Púb. Lun. 10-febrero-20)
