Estábamos en pleno periodo vacacional y, eso creo, debido a ello se “perdió” la nota que daba cuenta que el Gobierno del Estado había reintegrado a la Tesorería de la Federación 41 millones 912 mil 860 pesos (casi 42 mdp) del programa Sembrando Vida, por “terminación anticipada” del Convenio Específico de Coordinación en materia de reasignación de recursos.
El reportero Jesús Salas Hernández informó que en el Diario Oficial de la Federación se informaba que desde el 10 de diciembre, a través de la Secretaría de Finanzas y Planeación, se había devuelto el dinero sin dar mayores detalles del motivo (alcalorpolitico.com, 31/12/2019).
En total, se trataba de un monto de 83 millones 825 mil 720 pesos que le habían adjudicado a la administración estatal para ejercerlos, de los cuales el 15 de agosto le habían transferido la mitad, depósito que se vio reflejado cuatro días después. Lo único que se dijo en el Diario Oficial fue que por acuerdo de las partes, Gobierno del Estado-Secretaría de Bienestar, se daba por terminado el convenio en forma anticipada.
El dinero era para ser aplicado, en el mismo 2019, en los proyectos de producción de 7 millones 546 mil 184 árboles de especies tropicales y rápido crecimiento, así como para la adquisición de insumos e inicio de producción de 2 millones 676 mil 700 árboles de clima templado frío 2019.
En la administración cuitlahuista guardaron silencio, pero además la información pasó inadvertida porque el 31 de diciembre todos andaban enfiestados por el fin de año. Hasta hoy es la hora en que no se sabe exactamente qué pasó, por qué ocurrió. Lo cierto es que el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez dejó perder casi 84 millones de pesos que, ejercidos, pudieron haber ayudado a medio alentar la economía estatal, que está más que deprimida.
Las cifras, los datos duros son fríos y no dan lugar a equivocación. Si se los entregaron en agosto y los tuvieron que devolver cuatro meses después, en diciembre, entonces hubo subejercicio. Se devolvió íntegro el dinero. No fue utilizado ni un solo quinto.
¿Lo devolvieron o se los quitaron?
¿Lo devolvieron porque quisieron o porque el gobierno de López Obrador se los quitó al ver que no lo ejercían, como los propios recursos de sus programas? Cabe decir que ni siquiera al súper delegado Manuel Huerta le asignan algún quinto porque todo el dinero lo programan y manejan desde la Ciudad de México. Era, pues, un privilegio y distinción para el gobierno cuitlahuista, que no aprovechó.
No se puede decir al respecto más que es reprobable y reprochable que se hayan dejado perder los recursos cuando la crisis económica golpea a todos los sectores de la entidad, cunde el desempleo, no hay creación de fuentes de trabajo y muchos comercios y empresas han cerrado afectados por la recesión de la economía, que retrocedió 0.1% en 2019, de acuerdo al INEGI.
El 28 de octubre publiqué en esta columna (“No saben planear; ya les ganaron las lluvias”) que a dos meses de concluir el ejercicio fiscal de 2019 al menos las secretarías de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) y de Desarrollo Social (Sedesol) tenían un subejercicio de 2 mil 713 millones de pesos, “lo que sería el reflejo de una mala planeación de sus programas de obras”.
El 27 de noviembre (“Subejercicio, pero, ahora sí, aquí no pasa nada”) me volví a ocupar del tema para señalar que al comparecer con motivo del Primer Informe de Gobierno, sin rubor los titulares de las dependencias mencionadas habían aceptado ante los diputados locales, que habían caído en subejercicio de recursos (aunque se cuidaron de no usar el término).
El primero de ellos aceptó que tenía un subejercicio de 31 por ciento, de un presupuesto de 2,165 millones de pesos, mientras que el segundo confirmó que de un presupuesto de 589 millones le faltaban todavía por ejercer 189 millones 241 mil pesos. Para eso, faltaban solo 34 días, un mes y tres días, para que acabara el año y con ello también el año fiscal.
En diciembre asignaron contratos, sin licitar
Cuando que debieron haber licitado las obras y la prestación de servicios a más tardar en marzo o abril pasados para que les diera tiempo concluir las obras y entregarlas a plena satisfacción en diciembre pasado, ¡apenas en este último mes del año empezaron no a licitar sino a adjudicar contratos en forma directa!
El 13 de diciembre, por fin, el titular de la Sedesol, Guillermo Fernández Sánchez, declaró que había solicitado a la Federación una ampliación del plazo para concluir las obras en el primer trimestre de este año porque solo habían ejecutado el 60 por ciento de las obras contratadas.
Con base en ello, dos días después publiqué que de acuerdo a la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, a más tardar este 15 de enero debería reintegrar a la Tesorería de la Federación los recursos federales etiquetados que no hubiera ejercido hasta el último día de diciembre, de acuerdo al Artículo 17 del Capítulo I del Título Segundo del mencionado ordenamiento.
No se ejercieron casi 2 mmdp
Ayer, la reportera Noemí Valdez nos despertó con la noticia de que, de acuerdo al Estado Analítico del Ejercicio del Presupuesto de Egresos de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), al 31 de diciembre, la mayoría de las dependencias no habían ejercido 1,997 millones 373 mil 98 pesos, casi 2,000 mdp (Notiver, 05/01/2020).
Pese a ello, en el gobierno insisten en que no tienen subejercicio y toda su atención está centrada en concluir obras programadas de último momento y que se ejecutan ya fuera del año fiscal en que debieron haber sido concluidas.
Hasta ahora, sin duda por eso mismo, nadie de la administración estatal se ha ocupado de la programación de obras y la prestación de servicios para este año, cuyo ejercicio fiscal comenzó a correr en el primer minuto de enero pasado. Como están concentrados en entregar lo atrasado para no devolver el dinero (todo lo que no tengan concluido lo tendrán que devolver), para lo cual se fijaron el mes de marzo, de nueva cuenta, de entrada, llevarán tres mes de retraso para el ejercicio del presupuesto 2020, tres meses de subejercicio así sea temporal.
Todo, luego de ya más de un año de aprendizaje y de improvisación.