Javier Duarte recibe en su celda, todas las canonjías. Servicios de salud privados y muy caros, como nutriologo, terapeutas, dentista, siquiatra y demás. Como los grandes capos, todos los días le llegan sus alimentos, de diferentes prestigiados restaurantes según su antojo. Paga millonadas cuando quiere enviar textos, en medios de comunicación masiva. Uno de los causantes del hundimiento económico de Veracruz, continúa su vida de sultán que acostumbraba cuando era gobernador. Los Duartistas corruptos, se pasean por las plazas públicas de la capital, con un cinismo desesperante. Realizan compras de objetos muy finos, derrochando sus fortunas malhabidas ante una población empobrecida y azorada por tanto cinismo. Las negociaciones previas, con el actual régimen, son obvias. Es mentira su lucha contra la corrupción pues no sólo el pasado se pasea, sino en el presente persiste la práctica. Cuánta desolación, en el ánimo! En vez de avanzar, retrocedemos vertiginosamente en todos sentidos – políticos, económicos y sociales-en un estado otrora un parteaguas. Se hunde y el gobierno federal, ignora los reclamos de sus habitantes. La nota roja, es la principal de todos los medios.