Costosa fiscalización veta para burocracia oportunista.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua española, define la palabra vividor como: Que vive a expensas de los demás, buscando

Por malos medios lo que necesita o le conviene.

 

Durante muchos años, el gobierno de Veracruz ha sido el principal generador de empleos, muchos sin justificarse, y la lamentable mentalidad de mucha gente que buscaba ingresar al mercado laboral tenía como principal aspiración ingresar al gobierno ya sea estatal o municipal, vía la recomendación familiar sin importar si tenía los méritos o la capacidad para ocupar el puesto. Lo que explica porque la alta ineficiencia de la administración pública estatal y el alto nivel de corrupción en todos los niveles de gobierno.

 

Veracruz esta ahogado de un exceso de costosas instituciones y organismos de vigilancia de la gestión del sector público, que lejos de cumplir solo generan una burocracia oportunistas vividores y sobre la marcha también se generan plazas de aviadores que incrementan los costos. Entre estas destacan el Tribunal Electoral de Justicia Administrativa, el Órgano de Fiscalización, la Fiscalía anticorrupción, el Sistema Estatal Anticorrupción, los Consejos de participación ciudadana, y los Consejos consultivos.

Además otros como el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, cuyo comisionados desde hace años se quejan de escasez de personal, sin embargo omiten mencionar que más del 70 % de su actual personal son recomendados de funcionarios y diputados y que no contribuyen a nada, ya que la cultura en materia de empleo en Veracruz, es pegarse como lapa al sector público desde hace décadas.

 

Como ejemplo de abusos con la ley en la mano tenemos el caso del fiscal  anticorrupción con compensaciones que oscilaban de 90,000 a 240,000 pesos, llegando el sueldo a 300,000 pesos. Esta situación se da en los tres niveles de gobierno e incluso se amparan para seguir cobrando sueldos exorbitantes.

 

Otro aspecto de abusos de sus puestos es en lo que se refiere a los viáticos, que raya en la locura cargando al erario público hasta los dulces, y refrescos que consumen en la calle, comidas en lugares lujosos, fiestas y eventos familiares, borracheras y hasta la comida de su mascota en casa.

 

Se debe reestructurar todas estas instituciones y entidades a efecto de tener solamente uno o dos organismos que realicen la fiscalización con personal altamente capacitado y se prohíban los nexos familiares que desarrollan el nepotismo gubernamental, de otra manera seguiremos pagando a una legión de vividores y parientes que obstaculizan la eficiencia del sector público con un alto costo a las arcas públicas.

La reflexión es suya, hasta la próxima.

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