En estas fechas hay infinidad de formas de celebración, pero es innegable que alrededor del mundo el cierre de año implica un momento de profunda reflexión, agradecimiento y esperanza. Si bien el 2019 ha sido al momento el año más violento, también nos da pie para hacer una lista de deseos y propósitos para un mejor 2020.
Si en el 2019 se vivieron infinidad de crímenes de odio, secuestros, feminicidios y atentados, mi primer deseo sería la tolerancia e igualdad. Que el propósito que acompañe este deseo sea comprometernos a tener mejor información respecto a lo que no entendemos, para juzgar menos y apoyarnos más, trabajar constantemente el respeto hacia quienes tienen ideas distintas y comprometernos a encontrar puntos en común en vez de sólo centrarnos en las diferencias. Fomentar el diálogo y ser más receptivos, porque en ocasiones a través de los argumentos de otros podemos cambiar nuestras perspectivas.
Que este 2020 no se apaguen las voces de quienes nos motivan a luchar por un mundo más justo, donde hombres y mujeres tienen las mismas oportunidades, que seamos más empáticos para que nos preocupemos por las personas y no por los monumentos y paredes. Que nuestra educación tenga cimientos fuertes para que la cultura se desarrolle en distintas expresiones, que valoremos la capacidad de creación de otros sin reprimir ideologías o escandalizarnos por apreciaciones que exigen atención hacia la diversidad sexual, mismas que no serían necesarias si cada uno de los miembros de esta sociedad se sintiera parte de la misma.
Otro de los deseos y propósitos sería una libertad de expresión responsable, donde todo lo que compartimos tenga fundamentos reales y busque construir en vez de dividir. Como comunicadores y medios de difusión tenemos una responsabilidad ineludible, la información es poder y a través de los datos hay infinidad de personas que construyen acciones y discursos en torno a lo recibido, por ello busquemos compartir datos sobre nuestra realidad, omitir discursos que fomenten el rencor o difundir rumores sin comprobar.
En este año los discursos políticos fueron el origen de atentados contra migrantes, de linchamientos a seres inocentes y también de omisiones de justicia. Pero también gracias a los medios de comunicación se hicieron visibles las injusticias, se ha dado voz a quienes no habían sido escuchados y también hubo comunicadores que se volvieron un blanco del crimen organizado. Por ello que este 2020 se brinden más garantías de seguridad hacia los periodistas y el resto de la sociedad.
2019 fue un año duro, lleno de cambios y retos. Hubo ajustes políticos que forzaron también un cambio de mentalidad, hubo movimientos sociales que nos permitieron vislumbrar todo lo que podemos mejorar. La alternancia política debería recordarnos que cuando queremos sí podemos trabajar unidos por un cambio. Tomemos esas lecciones para construir en este próximo año el país que merecemos.
Seamos conscientes de nuestras acciones y no olvidemos cómo cada una de ellas repercute en el planeta. Venzamos el miedo, fomentemos el respeto, la educación y la tolerancia en nuevas generaciones, asegurémonos de que aquello que absorben los niños los haga mejores adultos el día de mañana. Este es un cierre de temporada con momentos críticos que no se pueden olvidar, pero sí podemos retomar los aprendizajes de cada una de las tragedias para evitarlas, para desarrollar sistemas de apoyo y fomentar un crecimiento solidario.
Que este 2020 sea de compromiso, de aprendizaje constante, con mayor empatía y solidaridad. Mucho de lo vivido en el 2019 se transforma positivamente si aplicamos todo lo anterior.