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De flores, libros y tablas

by Nora Guerrero

Hace un par de semanas atrás, tres de mis hijas y yo hicimos un viaje corto y excitante a la Ciudad de México. En lo personal, fue como una especie de reconciliación con tan hermosa ciudad, capital y ombligo de nuestro país. Y digo reconciliación porque los últimos viajes que habíamos hecho juntas, fueron con motivo del fallecimiento de mi madre, en 2013 y al año siguiente por el de mi hermana Naty, la mayor. De modo que, volver a visitar la Capital por un motivo festivo, fue grandioso…El estreno de una obra de teatro en la que participa mi cuarta hija, Brisei, actriz de profesión quien adoptó como nombre artístico el de: Brisei Guerrero.

La obra se titula: EN EL OLIMPO DE SOR JUANA: Una estética que nos sacude y hace vibrar, dice el crítico Roberto Sosa. Y para ambientar, vale citar la frase en el cartel publicitario: “Esperen, aguarden, que yo lo diré. Porque tiene el Diablo esto de saber, que hay mujer que sepa más que supo él”.

Esta puesta en escena se ubica en la última década del siglo XVII, a raíz de la Carta de Sor Filotea que dirige a Sor Juana Inés de la Cruz, reprendiéndola porque escribe sobre temas filosóficos, ajenos a lo estrictamente religioso, por lo que la respuesta de Sor Juana a Sor Filotea -que en realidad es su confesor- no se hace esperar. La obra es  dirigida por Rocío Carrillo, adaptada por ella misma y por Leticia Garza. Vale mucho la pena mencionar que fue estrenada hace un año en Creta, Grecia, para lo cual tuvo que ser traducida al griego.

Entiendo que se estrenó en la legendaria península balcánica por la influencia de los mitos helénicos que conformaron la vasta cultura de Sor Juana así como la creación de su propio Olimpo, su templo del saber. De allí su defensa a ultranza del derecho al conocimiento de las mujeres y de su lucha por su emancipación. En la puesta en escena, ocurre el desdoblamiento de personalidad entre Sor Juana y Juana Inés, manifestándose en encuentros dramáticos e intensos, puestos en juego: la juventud de una y la madurez de la religiosa. El final es altamente dramático, lo que le valió alguna mención de la crítica, a mi actriz favorita.

Al final de la presentación hice lo que mejor me sale: Aplaudir apoteóticamente y entregarle un gran y hermoso ramo de rosas, gerberas, lillies y alstromerias en vivos colores, que no hacían más que reflejar el tono encendido de mis emociones, de mi admiración y ¿porqué no? de mi orgullo de ser la madre de tan prometedora actriz.

Después de la enriquecedora experiencia teatral, teniendo como marco la Biblioteca de México, ubicada en la Ciudadela, hicimos un largo recorrido, conociendo las Bibliotecas Personales de: José Luis Martínez, Antonio Castro Leal, Jaime García Terrés, Alí Chumacero y de Carlos Monsiváis. Es menester explicar que cada cual tiene su propia sala de lectura, mesas de trabajo y servicios de apoyo. En verdad, el servicio es excelente. En la parte central del edificio hay una gran sala de lectura, grupos de trabajo o simplemente para disfrutar el lugar.

La Biblioteca de México fue inaugurada en 1946 y su primer Director fue José Vasconcelos -hasta 1959, año de su fallecimiento- cuenta con: Sala Infantil; Centro de Imagen; Sala para Personas con Debilidad Visual; Bibliotecas Personales y el Foro polivalente Antonieta Rivas Mercado. Esta biblioteca es un lujo y otras magníficas con las que cuenta la capital del país y que muchos nos hemos estado perdiendo. Tampoco hay que ir lejos, las bibliotecas de nuestra ciudad o pueblo,  esperan por nosotros. Tienen ahí, tesoros. No dejemos que se sigan empolvando y vamos comenzando a visitarlas. Seguro que hay temas que nos atraen. ¿Comenzamos?…¡Comenzando! [email protected]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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