Temprano por la mañana de este martes, se difundió con gran velocidad la versión de que Karime Macías Tubilla, esposa del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, había sido detenida por las autoridades británicas en la ciudad de Londres, Inglaterra, donde la ex presidenta del DIF estatal vive desde hace dos años.
Rápidamente, el despacho de abogados que la representa salió a afirmar que Macías Tubilla no había sido detenida, sino que se había presentado “voluntariamente” a una audiencia a la que fue citada por jueces ingleses para tratar la solicitud de extradición en su contra que el Gobierno de México envió a su homólogo del Reino Unido.
Se trata ésta de una verdad a medias, porque si bien Karime Macías sí se presentó por su cuenta a comparecer y no fue capturada por la policía inglesa, sí quedó formalmente detenida durante la audiencia, hecho que los abogados y el propio Javier Duarte –a través de “entrevistas exclusivas” desde el Reclusorio Norte- pretendieron ocultar.
La comparecencia de Karime Macías hizo que en varios medios y en los círculos políticos se echaran campanas a vuelo antes de tiempo, “celebrando” lo que se difundió prácticamente como el encarcelamiento de quien es considerada como el verdadero “cerebro” del desfalco a las arcas del estado de Veracruz durante el infame sexenio de su marido.
El gozo se fue al pozo muy pronto. Por la tarde de México, se informó que el juez inglés de su caso le permitió a Karime Macías continuar con su proceso de extradición en libertad bajo fianza, la cual ascendió a la friolera de 150 mil libras esterlinas, lo que representa poco más de tres millones 600 mil pesos mexicanos.
Así como la “detención” pretendieron adjudicársela como un “logro” tanto los corifeos del yunismo enemigo del duartismo como los amanuenses de la autodenominada “cuarta transformación”, la liberación bajo caución de Macías Tubilla fue calificada por algunos como una “prueba” del contubernio Morena-Duarte. Pero al menos en este asunto en específico, sería muy difícil afirmar –y probar- que el juez británico respondió a los intereses de grupos políticos mexicanos.
Lo que sí demostrará la existencia o no de dicho pacto vergonzante entre lopezobradorismo y duartismo, será finalmente la actuación de las autoridades, tanto federales como estatales veracruzanas, en la siguiente fase del proceso judicial que se sigue en contra de Macías Tubilla.
Por principio de cuentas, la solicitud de extradición fue presentada por el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores en octubre de 2018, todavía en el sexenio de Enrique Peña Nieto, cinco meses después de que un juez penal de Veracruz obsequiara la orden de aprehensión en contra de la esposa de Duarte de Ochoa por su presunta responsabilidad en el desvío de recursos por más de 100 millones de pesos que el DIF habría pagado durante su gestión a empresas “fantasma”, el mecanismo favorito del duartismo depredador para robarse el dinero de los veracruzanos.
Aunque una investigación de Animal Político y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad revela que el monto de lo desviado en el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia en tiempos de Macías Tubilla asciende a 415 millones de pesos. No por nada, pudieron cubrir sin problema la fianza de casi cuatro millones de pesos. Y eso que Javier Duarte lloriquea que su familia vive “austeramente” en Londres.
Ya no están en el poder Enrique Peña Nieto ni Miguel Ángel Yunes Linares, quienes promovieron los procesos penales contra los Duarte Macías. Así que toca a los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Cuitláhuac García Jiménez dar curso a las investigaciones en sus respectivos ámbitos y fincar las responsabilidades que correspondan a la pareja de cleptómanos que saqueó Veracruz.
Ahí se demostrará claramente de qué lado están.
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