Hay administraciones que embellecen el entorno, haciendo más atractivo el lugar que gobiernan para atraer turismo y que los residentes puedan disfrutar más y mejor el lugar donde viven.
Pero también hay administraciones municipales y estatales que se encargan de hacer inaccesible el turismo y obligan a la población a abandonar su comunidad ante la complejidad de la vida diaria.
Lo que sucede en Tuxpan no tiene nombre.
Ahí, la SEMARNAT y la Comisión Nacional del Agua iniciarán procedimientos para detener la obra de los llamados miradores turísticos, cuyo propietario e impulsor es Juan Ramón Gánem Vargas, exalcalde de esa ciudad, quien lleva más de 10 años tratando de impedirle el paisaje natural del puerto.
En el bulevar Reyes Heroles – Ruiz Malerva de Tuxpan, Veracruz, Juan Ramón Gánem inició los trabajos de construcción de tres miradores que impiden apreciar uno de los mayores atractivos que es la vista del río desde cualquier punto del bulevar.
Sin embargo, desde ese tiempo cuando el propio impulsor de la obra era alcalde, había serios problemas en virtud de que no cumplen con la normatividad federal.
La población exige la clausura del proyecto porque será un adefesio montado sobre tubos corroídos de más de 10 años de antigüedad, la estructura oxidada podría hacer colapsar en la primera crecida del río.
Gánem Vargas dice tener permisos federales para construir los miradores y también la autorización del ayuntamiento, lo que el alcalde Juan Antonio Aguilar Mancha niega rotundamente, a pesar de haber estado presente en el banderazo de inicio de obra.
El 19 de febrero de este año el alcalde Antonio Aguilar, y parte del cuerpo edilicio del ayuntamiento, entre ellos el regidor primero, Antonio Bautista Quiroz; la regidora tercera, Mayte Villalobos Fortun; Sonia Fátima Corona Chaín, regidora séptima; y Mónica Ortiz Blanco, regidora novena; además de algunos directores de área, acompañaron a Juan Ramón Gánem y a su esposa, la profesora Julieta Sánchez de Gánem, en el inicio de los trabajos, evento al que también asistieron un sacerdote de nombre Gumaro, y los arquitectos encargados de la obra: Enrique Romero y Claudia Treviño. La presencia de los funcionarios deja claro que Juan Ramón Gánem cuenta con el respaldo de las autoridades municipales.
En una entrevista realizada por este columnista, hace aproximadamente dos meses, el alcalde Juan Antonio Aguilar Mancha dijo que Gánem Vargas lo “sorprendió” con unos permisos del año 2010. Incluso se comunicó vía telefónica con el arquitecto Braulio García Nieva, director de Obras Públicas, quien afirmó que no se contaban con los permisos para la construcción de los miradores, y a quien le dio la instrucción de clausurar -inmediatamente- la obra, lo que hasta el día de hoy no ha sucedido pues continúa en construcción, una acción muy extraña de parte de las autoridades municipales que no han tomado las medidas necesarias para hacer cumplir la ley.
Por ello, el caso ha sido llevado a la SEMARNAT y CONAGUA para que se haga una investigación y se apliquen las sanciones administrativas correspondientes, esto debido a la inconformidad del sector turístico, hoteleros, restauranteros, cámaras de comercio, y la ciudadanía en general que no está de acuerdo con la realización de dicha obra.
Aquí surge la figura del diputado Marco Antonio Medina Pérez, quien al advertir las irregularidades evidentes que vienen arrastrándose desde hace un decenio, retomó la voz de sus representados para elevarla a la tribuna, por lo que se hace necesario que desde el Poder Legislativo se eche para abajo esta obra y se le sancione a sus precursores que, por cierto, para Juan Ramón Gánem, no será la primera vez que esté en la sombra.
Pero esta situación no se limita a un capricho personal del exalcalde, sino que hay intereses de partidos políticos que quieren imponer sus intereses por sobre la legalidad. Uno de ellos es el exgobernador Fidel Herrera Beltrán, del PRI; figura también su hijo Javier Herrera Borunda, del Partido Verde; así como el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, de partido indefinido.
Y no es que los tuxpeños se opongan a que las inversiones lleguen al municipio, el problema es que Juan Ramón Gánem siempre pisotea la ley, y, peor todavía, sus proyectos se caen solos, como la ampliación del bulevar, que se derrumbó y cayó al río en agosto de 2008 y también la ampliación del libramiento López Mateos, cuya carpeta asfáltica sólo duró semanas. Hasta su propia gasolinera presenta hundimientos. PEGA Y CORRE.- Ha llegado el tiempo de cortar las cabezas de los caciques que tanto daño han hecho al país, toca el turno al líder de los trabajadores ferrocarrileros, Víctor Flores, priista, desde luego, ahora deberá comparecer ante la ley y renunciar a su liderazgo vitalicio al frente de los trabajadores que tanto perjudicó… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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