Tecnológicos de Veracruz, el buey a la barranca.

El Diccionario de la Real Academia de la lengua Española define la palabra barranco como: Despeñadero, precipicio. Quiebra o surco producidos en la tierra por las corrientes o avenidas de las aguas. Dificultad o estorbo en lo que se intenta o ejecuta.

En los tiempos actuales que se viven y de manera particular en Veracruz, se pueden apreciar los daños de pésimos gobiernos, especialmente los gobiernos de Javier Duarte cuya aportación más importante fue apoyar el fraude educativo de la UPAV, para verle la cara a miles de jóvenes veracruzanos esperanzados en un título que les sirviera para ganarse la chuleta, pero la triste realidad es que solo sirve este documentos para papel sanitario. Y cargado desde que se creó la UPAV con vicios como la entrega de certificados a gente que no curso sus licenciaturas “Patito”, desvíos de recursos, sustracción de documentos y títulos apócrifos, adicionalmente el fraude de su programa ARES para enviar una nave a “Marte”, así es querido lector, de ese tamaño de fumador de mota se inventó la UPAV, afirmando que la NASA y los rusos vendrían a tocar puertas ¿¿¡¡¡a los Veracruzanos??!!! Con el fin de ¡¡¡¡colonizar Marte!!!!

En el caso del gobierno de perdedores de Miguel Ángel Yunes, no se cumplió la palabra para depurar las filas de directivos de universidades, institutos y colegios de educación superior públicas veracruzanas, y por lo mismo muchos directores de estas instituciones educativas, siguieron metiendo parientes o sus empleados de negocios derivados  ya sea despachos, empresas o notarias para seguir engordando sus bolsillos. Otro problema crítico es la venta de títulos universitarios, e incluso reglados a funcionarios de gobierno, ya sea de Licenciados, Maestros o Doctores a los cuáles lo único que les avala es un papel pero sin respaldo en materia de conocimientos (lo que explica sus fracasos y burradas en su desempeño en los puestos de gobierno estatal).

Un caso crítico de comentar es la pobre gestión de los Institutos Tecnológicos del Estado de Veracruz, y cuyo título que entregan es solo un triste papel, que no garantiza capacidad alguna al poseedor de la misma, ya que los profesores de estos planteles son de pobre a lamentable calidad académica. Uno de los secretos mejor guardados en los Tecnológicos es que hay una enorme cantidad de profesores que no estudiaron la carrera cuyas materias están impartiendo y otros apenas se acaban de titular Para confirmar esto se hicieron varias solicitudes de transparencia (IVAI-OF/SA/2400/22//09/2016, Oficio UTIC/001/2016, IVAI-REV/178/2016/III, entre otros). Al día de hoy en este 2019, no ha variado nada, y siguen representando un costo estos parásitos de la educación superior. Otro problema es la existencia de muchos que dan clases en las Ingenierías, pero tienen títulos de profesores normalistas especializados en prescolar, arquitectos, diseñadores, etc.

La gran mayoría jamás trabajó en su carrera, o sea, carecen de experiencia profesional qué transmitir. Pero eso si les piden dinero o en especie a los alumnos como llantas, botellas caras, etc. A efecto de aprobarlos, lo que habla del bajo perfil de estos “académicos” fraude. Por lo que este problema es una bomba de tiempo que, cuando haga explosión, cimbrará al sistema educativo estatal porque se está defraudando a miles de estudiantes que, tarde o temprano, descubrirán su ineptitud profesional, y posteriormente vendrán a exigir empleos, compensaciones y justicia al gobierno estatal.

El problema tiene orígenes múltiples, ya que el mismo se ubica en la corrupción dentro de la Secretaría de Educación (SEV), y en los desvíos y simulación de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), pues ambas incumplen, tanto en la exigencia de calidad, como en el flujo de recursos para esas instituciones de nivel superior. Por lo que respecta a Finanzas, en muchos casos la Sefiplan no entrega los presupuestos asignados y autorizados, y se dan situaciones en las cuales les debe el dinero de varios años de partidas que van desde el 2008. En la generalidad, nunca entrega todo el dinero, lo que provoca la carencia de recursos para equipar bibliotecas que parecen graneros, laboratorios y talleres sin mantenimiento adecuado y pobremente equipados; la Internet es pésima cuando no inexistente, los baños permanecen asquerosos y las instalaciones deportivas están pobremente equipadas. Los vicios que son comunes en la mayoría de planteles de primaria y secundaria, también se repiten en los Tecnológicos, Ya que hay cobro de cuotas “voluntarias” por inscripciones semestrales, cobro de credenciales a precios superiores que las de instituciones privadas. Varios de los planteles incumplen los pagos de impuestos municipales, estatales y federales e incumplimiento en las obligaciones de seguridad social para los trabajadores.

Es imperativo rescatar al sistema de educación tecnológica de la Entidad, para lo cual se propone algunas medidas como el equipamiento de las bibliotecas, el acceso a bases de datos, la creación de salas de lectura y programas anuales para la adquisición de materiales. También, que las carreras sean sometidas a evaluación de los consejos académicos nacionales que certifican las profesiones. Otras medidas que se debe considerar imprescindible, es que Sefiplan pague puntualmente los recursos destinados a los Tecnológicos, además de resolver los adeudos que desde hace varios años tiene con estas escuelas, un ejemplo es el Tecnológico de San Andrés Tuxtla que tiene una deuda que adeuda al IPE 85 millones de pesos y un adeudo a trabajadores por 10 millones de pesos

También es necesario implementar exámenes departamentales, lo que permitiría forzar a los académicos a dar verdaderas clases y se podría eliminar con esto a los académicos fraude. Se debe verificarse que los académicos estén ya titulados, que posean cédula profesional y que tengan experiencia laboral en el área; que adapten sus programas y cumplan los requisitos de la Secretaría de Educación Pública (federal) o de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a fin de obtener la cédula federal. Hay casos como el de Coatzacoalcos, cuyos directivos, lejos de preocuparse por la calidad educativa de la institución y el nulo equipamiento que tiene, están empeñados en lograr un hueso político. Para ello, amenaza a sus empleados de que deben apoyarlo o atenerse a las consecuencias.

El resultado de esta situación es la preparación, por ejemplo, de ingenieros que “no saben distinguir una llave perico de una llave inglesa; no conocen un sello de bomba ni la equivalencia del alambre de magneto y los del último semestre de la carrera a punto de graduarse, son incapaces de arreglar una bomba de agua de 1 HP (caballo de fuerza)”.

Lo que finalmente explica porque es difícil que puedan aspirar, con esta capacitación, a ingresar en una empresa o un programa de posgrado de calidad, y al final vienen a descubrir que pasaron varios años metidos en una escuela que los defraudó y les hizo tirar el dinero de sus padres y tiempo a la basura.

La reflexión es suya, hasta la próxima.

 

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