Edel, Cuitláhuac, los Robles: las mafias tras el Poder Judicial

* Todos quieren sus magistrados  * Olga y Scherer meten mano  * Edel precipitó la caída de Winckler  * Los Robles quieren impunidad  * La síndica se va  * Tuvo evidencia de corrupción y la guardó  * Agua Dulce: el alcalde y su pasado policíaco  * Solapó tortura  * Veracruz en el top ten del caos  * Y Mijangos cayó  * Nahle y Roselia se confrontan

MUSSIO CARDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

9 de octubre de 2019

Pernicioso, el Poder Judicial de Veracruz no es altar de justicia ni quirófano de la ley. No redime a la sociedad. Es coto y botín, zona de trifulca en que mafias de juristas y políticos —y un periodista succionador— se trenzan y se enlodan y se intrigan y se matan por él.

Es arena de odios en que el derecho se ejerce a medias, o se renta, o se vende al mejor postor, o se propicia la impunidad.

Y los juristas y no juristas —y hasta el succionador— lo quieren bajo control.

Uno, Edel Álvarez Peña, su presidente actual, el Medina Mora del Poder Judicial en Veracruz, va por la reelección.

Otro, Raúl Pimentel Murrieta y su terrible historial, aspira a frustrar al potencial dictador.

Cuitláhuac García, gobernador, entre sostener a Edel o dar golpe de timón.

José Pablo Robles Martínez, industrial del periodismo, dueño de Diario del Istmo e Imagen de Veracruz, fidelista y duartista, que maniobra e intriga usando el nombre de Andrés Manuel Lopez Obrador.

Trabados en el tema de los magistrados jubilados por edad, sus plazas vacantes, ejercidas por jueces emergentes, el viernes 11 habrá humo blanco en el Congreso de Veracruz y 13 espacios a cubrir.

Será el reparto de cuotas, unos magistrados para Cuitláhuac y otros para las fracciones parlamentarias.

Luego vendrá el ajuste en las salas del Tribunal, los presidentes con derecho a voto, a reelegir a Edel Álvarez o a imponer a un nuevo presidente del Poder Judicial.

Robles Martínez, en cambio, busca impunidad.

Su némesis, Edel Álvarez, es su obsesión. Y lo grilla en Palacio Nacional. Le ruega al Peje. Persuade al Peje. Aprieta al Peje.

Mónica Robles de Hillman, su hija, diputada local por Morena, usa el nombre de Andrés Manuel. Proviene del fidelismo y fue aliada de del ex gobernador Javier Duarte. Es la malquerida de un priismo que nunca la asimiló. Y despreciada por el perredismo donde tampoco cuajó. Es la operadora de Papá Succión.

Su padre, José Pablo Robles, es un irredento transgresor de la ética periodística, afín al pseudónimo, al golpe anónimo —recurso de cobardes—, la imputación infame, la difamación; célebre por su intempestiva huida cuando el salinismo, vía Patricio Chirinos, frenó sus excesos y se le fue encima, y un juez federal transa, Daniel Núñez, luego destituido por actos de corrupción, le dio el pitazo y se fue al exilio. Con un flamante Passat rojo saldó el favor.

Un día, prófugo aún, disfrazado de Ray Conniff —peluca plateada, fleco Tizoc—, Robles dejó la madriguera y apareció en el DF. Quería un acercamiento que él mismo frustró publicando horas antes ataques al ex gobernador Chirinos que endurecieron la postura de Hacienda. Su familia escuchó entonces el reproche de Humberto Roque Villanueva, líder del Congreso Federal, y el cerco siguió.

Y todo por no pagar 900 mil pesos de adeudo fiscal. Simulaba ser contribuyente menor y era renuente a acatar la ley.

Vía su hija Mónica Robles de Hillman, quiere hoy al Poder Judicial en su mano, que lleguen los juristas del clan, magistrados sin carrera judicial, Jacobo Domínguez Gudini y otros políticos de ínfimo nivel.

Pregona el roblismo que Andrés Manuel los escucha y acata, los mama y obedece. Y que el Dios Peje instruyó ya a Olga Sánchez Cordero y Julio Scherer Ibarra, apretando la secretaria de Gobernación y el consejero jurídico de la Presidencia para deponer a Edel Álvarez. El arte de la succión.

Cuitláhuac García, en cambio, desentona el coro.

Profiere el gobernador que Edel es amigo y, más que eso, cómplice de ocasión. Sin su aval no se habría girado la orden de aprehensión contra el fiscal Jorge Winckler Ortiz y cuatro subalternos más, imputándoles tortura y privación de la libertad, sobre un caso ya juzgado y desestimado en el que el “agraviado” era Francisco Zárate Aviña, jefe de escoltas de Luis Ángel Bravo Contreras, el ex fiscal duartista que pasó un año en prisión bajo cargos de desaparición forzada por los que aún está sujeto a proceso penal.

Sacado del basurero político, encumbrado por el ex gobernador panista Miguel Ángel Yunes Linares, Edel fue magistrado itinerante en el fidelismo y en el sexenio siguiente, liberador del supuesto asesino de la periodista Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso, por confesiones bajo tortura, ridiculizando así a Javier Duarte.

Fue adversario de magistrados que lo tildaban de carecer de carrera judicial. “Cualquier pendejo es magistrado”, soltó Yolanda Cecilia Castañeda con una frase que la inmortalizó.

Ya en el inicio del yunismo, instruyó la purga de magistrados por edad y la danza de jueces a los que habilitó como suplentes, que tiene al Poder Judicial en la crisis total.

Y en lo financiero, negocios y más negocios, la construcción de ciudades judiciales, los amigos incrustados en el área administrativa, el endeudamiento bestial.

Y luego se pasó al morenismo desteñido que hoy desgobierna a Veracruz. Unos dicen que fue traición; otros que el plan lo fraguó con su jefe Yunes.

Engatusó, pues, al secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, que de política no entiende ni jota. Luego al gobernador de Veracruz. Y va por la reelección.

Otro grupo lo impugna y lo confronta. Raúl Pimentel Murrieta, también integrante del PJV, y una buena parte de los magistrados, jueces, secretarios, la burocracia administrativa, barras de abogados a lo largo de Veracruz, la prensa duartista, juristas de buena fama y otros con pésimo historial.

Y Edel se desvive en lisonjas a Cuitláhuac.

“Hoy Veracruz tiene un gobernador que es maestro universitario —dice— y por lo tanto tiene muy claro el hecho del esfuerzo que realizan los jóvenes para prepararse y salir adelante en todas las materias; un universitario sencillo que realmente está dando los pasos correctos contra muchas circunstancias, tratando de cuidar lo más importante que son ustedes para que Veracruz siga creciendo con paz y seguridad”.

Esas son las de Edel, rollo mareador, cultivo yucateco para encantar y engañar.

Afirma que para ser magistrado no se requiere ni antigüedad ni andar en el escalafón: “Tener antigüedad en la burocracia judicial no garantiza el mejor perfil”. Y más: “para ser un buen magistrado hay que tener conciencia social, honestidad, profesionalismo y conocimiento del derecho”.

Su entorno es de grilla pura. Convertido en botín de recursos, de coto de impunidad, cueva de políticos en desuso, negocio de jueces y magistrados, el Poder Judicial es el clavo ardiente para hacer contrapeso al gobernador, conteniendo al Congreso y, si acaso, manteniendo el orden social.

Su uso es político. El Poder Judicial administra la justicia al mejor postor. Se nutre de juristas y desechos políticos sin carrera judicial. Conviven los que interpretan la ley y los que trastocan la ley.

Es un poder con justicia selectiva, injusticia a secas, tocado, infiltrado, sometido al narco, al secuestro, al robo, al asesinato y, si acaso, a la gente de bien. No es un poder puro. No opera para salvaguardar a la sociedad.

A los Robles los mueve la inquina. A Edel, Cuitláhuac, Patrocinio, Pimentel Murrieta, a sus grupos y aliados, el poder.

Son las mafias que se matan por el Poder Judicial.

 

Archivo muerto

 

Camino al cadalso, Yazmín ha de recordar que tuvo armas y no las veló, evidencias de corrupción y las guardó, un arsenal explosivo, obras ejecutadas sin ajustarse a la ley, el desfase con los recursos, la mano sucia del alcalde Víctor Carranza. Cercada, acorralada, Yazmín Martínez Irigoyen fue embestida por los ediles de su partido, Morena, y dos del PRI, que aprobaron proceder legalmente, dar vista al Congreso de Veracruz, iniciar juicio político, destituirla como síndica del ayuntamiento de Coatzacoalcos y, por si faltara, aplicarle la inhabilitación para ocupar cargos públicos. Incómoda a los intereses de la pandilla del presidente municipal, con la que llegó al poder, Yazmín llego a develar podredumbre y excesos, obras ejecutadas con contratos sin firma, el abuso de funcionarios menores, la impostura del “director jurídico municipal”, Agustín Jiménez Hernández, que usurpa funciones pues desde diciembre de 2018 le revocó su poder notarial. Pero no pasó de ahí. De la luna de miel transitó a la relación enfermiza. Y el sábado 5, a propuesta del alcalde Carranza, por mayoría del PRI-Mor se acordó tramitar su desafuero. Sabiendo de las tropelías del presidente municipal, el uso ilegal del erario, la rebeldía de funcionarios de segundo nivel y la complicidad de Víctor Carranza, no llevó su denuncia al Congreso de Veracruz. Ahí, y en la vía judicial, tendrá que defender su condición de síndica y revertir el golpe de sus antiguos aliados. Con la evidencia de las corruptelas del Comediante Supremo, el que debiera ir a juicio político es Carranza. Pero Yazmín no quiso actuar… ¿Fue evaluada o no Marcelina “N”, la mujer narcopolicía de Agua Dulce? ¿Aprobó los exámenes de control de confianza o compró la certificación? ¿Traficaba desde antes de ser policía o en el camino se pervirtió? ¿Cómo pudo ser apañada con droga, junto a la jefa de plaza, Dulce Verónica “N”, que resultó ser su hija? Preguntas para el alcalde Sergio Guzmán Ricárdez, el sátrapa a quien los hidrómilos no aplaudidores, la sociedad pensante de Agua Dulce, recuerdan en su faceta de jefe policíaco, consentidor de la tortura y la extorsión. Sergio Guzmán fue cómplice de comandantes y tropa, violadores de derechos humanos, y se le denunció hasta echarlo de la corporación. Al inocente que caía en sus manos le hacían vivir un infierno, y al delincuente, ya molido a golpes, lo liberaban a cambio del moche. Que ahora en su corporación policíaca haya un elemento, Marcelino “N”, que trafica droga, no extraña. Sabiendo su proclividad a lo chueco, para Sergio Guzmán esa es la normalidad… Veracruz en el top ten del caos: primer lugar en sida, primer lugar en dengue, primer lugar en feminicidio, primer lugar en secuestro. Según el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (Censida), Veracruz va a la cabeza en mortalidad femenina a causa de sida con 4 de cada 100 mil habitantes y segundo en mortalidad masculina con 14.7 por cada 100 mil habitantes. El promedio nacional es de 7.1. En el registro de dengue, hasta el 30 de septiembre sumaban 6 mil 107 casos con 15 decesos, por encima de los 5 mil 147 contagiados en Jalisco. El total nacional es de 20 mil 914, al corte de septiembre. Y el gobernador Cuitláhuac García justificando que no se hayan implementado programas de abatización bajo el argumento de que se ponía en riesgo a la población de abejas. Supina ignorancia la del ateperetado de palacio. Los componentes del abate no causan efecto a este tipo de insectos. Respecto al feminicidio, el registro del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelaba hasta septiembre 131 casos ocurridos en Veracruz. Por lo que hace al secuestro, de las mil 142 víctimas totales durante el período de enero a agosto, 242 pertenecen a Veracruz; o sea, el 21 por ciento. Supera a la Ciudad de México con 151 y al Estado de México con 152. Y frente al caos, el Dios de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y Cuitláhuac García, su acólito de Xalapa, dirán que “vamos requetebién”… Dos textos —contradictorios— y una fisura en la élite marcan la renuncia de Alberto Mijangos, El Colegial. Deja la Secretaría de Gobierno del ayuntamiento de Coatzacoalcos y con ello el sueño de ser alcalde. Su salida —octubre 2— se advertía en su cuenta de Facebook donde refirió el 18 de septiembre: “Quédate con la tranquilidad de saber que todo lo que hiciste fue con buena intención, sonríe y permanece tranquilo, porque tú no perdiste… a ti te perdieron”. Y cuando se produjo la dimisión corrigió: “Como en todos lados donde he tenido la oportunidad de servir, me marcho muy agradecido por incontables personas con las que tenido la fortuna de interactuar: jefes, compañeros de trabajo, servidores de otros órdenes de gobierno, actores políticos y desde luego con la generosa gente de Coatzacoalcos a la que hice mi mejor esfuerzo por servir con humildad y empeño”. Y agradece en especial al alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo. Y entonces por qué había expresado: “porque tú no perdiste… a ti te perdieron”. Nebuloso, el cese de Mijangos se da agudizado por versiones morenistas que refieren un choque entre Rocío Nahle y su mentora Roselia Barajas de Robles. Quiso la matriarca del Clan de la Succión acelerar la caída del presidente municipal, avizorando el impacto que tendrá su nefasta actuación en la elección de 2021 y el inminente descalabro de Morena, pero la secretaria de Energía, Rocío Nahle, la atajó. En su ayuntamiento, que los Robles se olviden de mandar. Y Mijangos se fue. Roselia es impolítica, corta de visión, cero operación, pero en el caso Coatzacoalcos le asiste la razón. Carranza hunde a Morena y el naufragio ya se ve. En cambio, Nahle, la senadora y titular de Energía, lideresa del Grupo Barbarazo, es proclive a destruir. Y a preservar su negocio. Al relevo de Mijangos va Noe Joffre, operador electoral de Nahle, al que incrustó como consejero del IFE distrital, luego presidente de la Junta Electoral para la elección de agentes municipales en Coatzacoalcos. Es su pieza. Había sido la Secretaría de Gobierno municipal espacio de los Hillman y del Clan de la Succión; ahora lo es de Rocío Nahle. Habrá quien afirme que no es choque de trenes en la élite. Pero lo es…

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