Definitivamente la política de “no represión” por parte de las fuerzas que tienen a su cargo guardar el orden entre los ciudadanos que puso en práctica desde el inicio de su periodo de gobierno Andrés Manuel López Obrador, por donde se le analice, es positiva.
Sólo que hay que observar un pequeño, pero muy importante detalle. Que consiste en diferenciar, cuando la utilización de la fuerza pública es solo represión y cuando está actuando para defender que se respete el estado de derecho.
Situación que hasta el momento en todas “las acciones” que han tenido las fuerzas encargadas de guardar el orden en nuestro país, principalmente en la Ciudad de México (CDMX), se han visto rebasadas y no por su falta de capacidad, sino lo más grave, por las ordenes que tienen de no actuar en contra de quienes han demostrado, no ser personas que salen a las calles a manifestar sus ideas, ejercer su libertad de expresión en forma pacífica, por medio de marchas. Sino que sin formar parte en la mayoría de los casos de estos contingentes de manifestantes, sólo se aparecen para agredir a la población, a los integrantes de los medios de comunicación y sin pretexto alguno, los comercios e instituciones públicas y privadas que encuentran a su paso.
Está visto desde el sexenio pasado la existencia de estos grupos en todo tipo de manifestación, que actuaron sin ser perseguidos, desde ese entonces, por las autoridades correspondientes. Y que continúan en el gobierno de la llamada Cuarta Transformación. Por lo que la interrogante es: ¿Quién los dirige y patrocina? ¿A qué intereses sirven que nadie se atreve a impedirles que cometan los atropellos que comenten?
Cómo era de esperarse, en la pasada marcha con motivo de la conmemoración del LI Aniversario del triste y penoso acontecimiento del 2 de octubre de 1968, que sucedió en la Plaza de las Tres Culturas que está en la zona de Tlatelolco, en la capital del país, para prevenir que actuaran nuevamente este grupo de vándalos, como lo hicieron en la marcha por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, de mujeres en lucha por sus derechos, la Jefa de Gobierno de la CDMX, anunció la toma de algunas medidas para evitar se repitiera la delincuencial actuación.
Medidas que para desgracia de los manifestantes por los lamentables acontecimientos del 68 y los habitantes de la metrópoli, así como los comerciantes del Centro Histórico, tuvieron que estar apegadas a las acciones de “no represión” de la administración federal, porque así lo decidió ella. Pues su administración tiene la misma autonomía que cualquier otra entidad de las República.
Medida muy errónea y muy peligrosa. Que desde el anunció de cuál era y quienes participarían, estaba condenada al fracaso. El llamado “Cinturón de Paz”, integrado por aproximadamente 12 mil empleados del gobierno capitalino, a quienes se obligó a participar (así lo expresaron a los medios de comunicación). Puso en alto riesgo la seguridad y vida de los burócratas de diferentes niveles del gobierno capitalino (CDMX). Pues con lo único que contaban para participar y según la maestra universitaria Claudia Sheinbaum, para defender a los manifestantes de los vándalos, era su cuerpo y la camiseta blanca que los identificaba como trabajadores de la Ciudad. Camisetas que según ha trascendido, tuvieron un costo de aproximadamente un millón de pesos del dinero de los contribuyentes.
Por el costo de las camisetas, éstas seguramente eran reforzadas, contra golpes de piedras y palos de los anarquistas que nuevamente cometieron todo tipo de acciones delictivas contra personas, comercios, instituciones públicas y privadas y también en contra de las fuerzas del orden, que nuevamente se vieron rebasadas. Hasta el momento no tenemos información si alguno o algunos de los trabajadores del gobierno capitalino salieron lesionados o se haya perdido alguna vida. Esperemos que no.
Pero independientemente de todo lo anterior, que es muy lamentable. Lo que importa es, que la administración de la llamada Cuarta Transformación, a la brevedad, tenga un conocimiento claro de que es el Estado de Derecho de un país y cuando no hay que permitir el vandalismo, el pillaje, los delitos. Usted que OPINA, estimado lector. Hasta el miércoles. noti-sigloxxi@hormail.com (Fech. Púb. Lun. 7-octubre-2019)