La presencia de Miguel Ángel Yunes Linares, con comodidad en el estado, es una afrenta al pueblo Veracruzano. Con cinismo, petulancia, soberbia y descaro el ex gobernador hace deporte con uno de sus vástagos, mientras el gobernador Cuitláhuac García se achica. Se ridiculizan sus declaraciones de que es es un delincuente e irán sobre el, después de violar el estado de derecho al quitarle a su ex fiscal. Yunes Linares traicionó a los veracruzanos. Los abandonó. Se hizo jefe de campaña de su hijo Miguelito y se llevó a los secretarios de despacho a Boca el Rio- tanto que Peña Nieto pensó era la capital-para hacer su fallida campaña. Desatendió lo básico en su compromiso, como fue dejar a un maleante e inepto secretario de seguridad pública, que nunca pudo con la violencia. Duarte nos había dejado hundidos y poco hizo para tratar de sacarnos del fango. Se sumió en el mismo e hizo mal las cosas con respecto a su responsabilidad, de encarcelar a los maleantes del Duartismo que hoy gozan de buena salud en las calles, con arrestos dizque domiciliarios. No tuvo más emoción, compromiso que dejar el gobierno a su clan familiar, pensado para tres sexenios según la madre de los yunecitos. Por eso Winckler sí es culpable, no de la bajeza del inexperto gobernador y su mayoría en el congreso, que son de pena más que los perredistas por su ignorancia legislativa. Miguel Ángel Yunes le embarra a Cuitláhuac García, su poder y conocimiento del viciado sistema de seguridad. Corrieron la especie, de que instituciones internacionales estarían buscándolo por el mundo, mientras se desplazaba a su ritmo exacto, sobre las playas de su propiedad pues en Boca del Río es dueño y señor de casi todo el municipio con propiedades millonarias. Las denuncias en la PGR, duermen el sueño de los justos. La impunidad y complicidad del nuevo régimen con los corruptos, es innegable. Que país!