El pasado sábado 28 de septiembre del año en curso, se conmemoraron los 198 años de la firma del Acta del nacimiento del Estado Mexicano; también se la designó como el día de la consumación de la larga guerra de independencia, por espacio de diez años; iniciada por el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla 1753-1811. Se querido negar que esa fecha sea el nacimiento de una nueva nación designara como México. Somos la única nación latinoamericana, se celebra el inicio de una guerra que no se sabia cual seria la duración y sobre todo su final. El principio y final tuvo la huella y participación de la elite criolla.
Antes de 1821, el territorio era la Nueva España, y el 1519, no sabemos como se reconocían los pueblo originarios, se etiquetado como el mundo azteca, para los especialistas desde 1943, le llamaron Mesoamérica. En septiembre de 1821, nace nación mexicana.
El Estado mexicano, sólo se ha limitado en no borrar la fecha del 28 de septiembre; quedando como una efeméride más en el calendario cívico nacional, donde se instruye el izamiento y arriamiento del lábaro patrio, en cada una de las plazas y edificios públicos, como el día de la “Consumación de la Independencia”. Es un miedo decir que fue la fecha en se firmó la libertad de “separarnos de España, por que la Corona del nuevo imperio naciente el Mexicano, ofreció su corona al monarca Fernando VII, o alguno de sus descendientes.
La primera transformación de la Nueva España a México, la joven nación tuvo como testigos en su Acta de Independencia, a los mismos criollos que diez años antes habían iniciado el pleito con sus padre nacidos en el suelo europeo, y ellos su único delito haber nacido en tierras del nuevo mundo, así fueran españoles de todos los lados consanguinos. En el acta del 28 de septiembre de 1821, no fueron invitados los indígenas mexicanos, ni los negros afrodescientes, y muchos menos los pobres. Ese pueblo bueno, que sólo fue utilizado como carne de cañón, para ir al frente en los combates contra el ejército realista.
Quienes signaron el acta de independencia, que puso fin a una larga guerra de diez años, que nunca ante se había vivido en el virreinato de la Nueva España. Fueron ellos los criollo ilustrados. Los mismo que desde 1808 se organizaron para independizarse de la corona usurpadora de José Bonaparte, y se confirma en 1810, nunca de pensó liberarse de Madrid. No es hasta José María Morelos y Pavón.
Agustín de Iturbide, el padre de la primera transformación, al igual que de la 4T, ambos tienen abuelos en el norte de España. Así como también fueron fieles al régimen político de su tiempo, a los sirvieron con toda la pasión. El segundo escribió el himno del Partido Revolucionario Institucional. La ambición les hicieron renunciar a mi militancia política a la creyeron desde su Juventud. Pactaron por cumplir su delirio de obtener el poder político. Su círculo cercanos en el ejercicio todo procedían del antigua régimen que afirmaba haber derrotado.
Quienes firmaron el acta de independencia de 1821: Antonio Joaquín Pérez Martínez, obispo de la Puebla de los Ángeles. Juan O’Donojú, teniente general de los ejércitos españoles, Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III y San Hermenegildo. José Mariano de Almanza, consejero de Estado. Manuel de la Bárcena, arcediano de la Santa Iglesia Catedral de Valladolid y gobernador de aquel obispado. Matías Monteagudo, rector de la Universidad Nacional, canónigo de la Santa Iglesia Metropolitana de México y prepósito del Oratorio de San Felipe Neri. José Isidro Yáñez, oidor de la Audiencia de México. Juan Francisco Azcárate y Lezama, abogado de la Audiencia de México y Síndico segundo del Ayuntamiento Constitucional. Juan José Espinosa de los Monteros, abogado de la Audiencia de México y agente fiscal de lo civil. José María Fagoaga, oidor honorario de la Audiencia de México. Miguel Guridi y Alcocer, cura de la Santa Iglesia del Sagrario de México. Francisco Severo Maldonado, quien fue cura de Mascota y a la sazón lo era de Jalostotitlán, en el Obispado de Guadalajara. Miguel de Cervantes y Velasco, Marqués de Salvatierra y Caballero Maestrante de Ronda. Manuel de Heras Soto, Conde de Casa de Heras, teniente coronel retirado. Juan B Lobo, comerciante, regidor antiguo de la ciudad de Veracruz. (En el Puerto sólo le recuerda con una avenida) Francisco Manuel Sánchez de Tagle, regidor del Ayuntamiento y secretario de la Academia de San Carlos. Antonio Gama, abogado de la Audiencia y colegial mayor de Santa María de todos los Santos de México. José Manuel Sartorio, bachiller clérigo presbítero del Arzobispado. Manuel Velázquez de León, secretario que había sido del virreinato, intendente honorario de provincia, tesorero de bulas, nombrado en España director de Hacienda pública en México y consejero de Estado. Manuel Montes Argüelles, hacendado de Orizaba. Manuel de Sota Riva, (Esposo de la xalapeña Teresa de Medina y Miranda)brigadier de los ejércitos nacionales, coronel del regimiento de infantería de la Corona y caballero de la Orden de San Hermenegildo. José Mariano Sandaneta, Marqués de San Juan de Rayas, Caballero de la Orden Nacional de Carlos III y vocal de la Junta de censura de libertad de imprenta. Ignacio García Illueca, abogado de la Audiencia de México, sargento mayor retirado y suplente de la diputación provincial. José Domingo Rus, oidor de la Audiencia de Guadalajara, natural de Venezuela. José María Bustamante, teniente coronel retirado. José María de Cervantes y Velasco, coronel retirado. Fue Conde de Santiago Calimaya, cuyo título cedió a su hijo don José Juan Cervantes, por ser incompatible con otros mayorazgos. Juan María de Cervantes y Padilla, coronel retirado, tío del anterior.