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“EL TESTAMENTO”

by Carlos A. Bravo Matus

Estamos pasando la mitad de septiembre, ya conmemoramos las llamadas fiestas patrias en que durante dos días se recuerdan a los personajes que la historia les ha atribuido la iniciación de la liberación de la opresión por parte de la corona española iniciada en la conquista y que durara tres siglos; noche de alegría y jolgorio aunque en algunas ciudades un tanto accidentada, pero dejando atrás el Grito y el desfile militar, el mes sigue su curso y se va pasando el mes del testamento, en el que por acuerdo de los colegios de notarios del país, se ofrece la facilidad de poder dictar nuestra última voluntad ante un notario público con un descuento económico considerable.

¿Para qué hacer testamento?, este documento cuyo original se resguarda en una notaría y en el archivo general de notarías, contiene de manera expresa nuestra voluntad para cuando llegue de manera inevitable el final de nuestros días, describiendo en él, cómo habrán de distribuirse los bienes entre familiares directos  cercanos y distantes e incluso entre no familiares ya que hay quienes dejan parte o todos sus pertenencias a instituciones de asistencia pública. He escuchado a mucha gente decir que para que hace testamento si no tiene objetos de valor, propiedades ni dinero que heredar a sus descendientes, otros lo van dejando pasar al sentirse jóvenes o ver la muerte presuntamente distante sin considerar que la muerte llega en cualquier instante y que aunque se goce de cabal salud, no están exentos de un accidente que les arrebate la existencia.

Todos tenemos alguna pertenencia de valor, aunque sea un valor sentimental, que mediante el registro de voluntad se pueda heredar a un hermano, a un hijo, o nieto, ya sea un libro, fotos antiguas, algún rosario o alhaja, algún mueble y un sinnúmero de objetos incluidos los inmuebles que una vez descritos en el documento y sus beneficiarios, evitarán el distanciamiento entre familiares peleando la herencia que no se destinó en vida de la persona donante.

Aun entre las personas más humildes, siempre habrá algún bien que incluso a manera de recuerdo se pueda heredar a los deudos y hasta para los homosexuales que buscan en la figura matrimonial una forma de proteger a la pareja y en su caso donarle sus bienes, es más fácil y seguro hacer cumplir su voluntad mediante el testamento.

Esta campaña del mes del testamento tiene poco años de instaurado, y si bien es una forma de facilitarle al público decidir y dejar registro de su última voluntad, misma que legalmente deberá cumplirse al pie de la letra, no ha tenido la penetración en la sociedad que debiera, sobre todo porque mucha gente no le gusta pensar que inevitablemente un día habrá de morir, pero desgraciadamente cuando eso sucede, suele dejar todo intestado y con ello una serie de trámites engorrosos que llevan incluso años en resolverse, cuando no el distanciamiento y enojo entre familiares. Así que no pierda tiempo y aunque piense que no tiene nada que heredar, haga su testamento y describa en el su última voluntad.

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