El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra oscuridad como: Lugar sin luz, o con luz muy escasa. Falta de luz y conocimiento en las facultades intelectuales o espirituales. Carencia de noticias acerca de un hecho o de sus causas y circunstancias.
Una de los grandes problemas para el combate a la corrupción e impunidad es el cumplimiento de las leyes, y el perfil de los funcionarios que trabajan en las dependencias fiscalizadoras, de nada sirve crear organismos y puestos especializados, si los que lo ocupan tienen sus intereses personales por encima de la sociedad que les paga el sueldo. Me refiero al sistema estatal anticorrupción y al fiscal anticorrupción en primer lugar, que no se justifican su existencia por nulos resultados y el perfil de los que ocupan los puestos es más por mérito político y grilla que por su capacidad intelectual (cuando la tienen), por otro lado se aprecia ampliamente un servilismo con el grupo político al que pertenecen. En el caso de la Contraloría del Estado, se encuentra inmersa en una depuración de su personal, y depende directamente del Gobernador en turno, La fiscalía General de Veracruz, que estuvo a cargo de Jorge Winckler pesar de ser autónoma, es botín de grupos del poder, y la salida de este oscuro personaje era una necesidad apremiante debido a que dejó en el abandono aun sin número de gente que pedía a gritos justicia, y solo se dedicaba a obstaculizar las sanciones a políticos corruptos del gobierno de Yunes. Por lo que se refiere al ORFIS, que actualmente están compareciendo en el Congreso los aspirantes a ocupar la titularidad del mismo, varios de ellos reconocidos como verdaderas ratas saqueadoras. Tiene severos problemas estructurales para ser un organismo eficiente, tiene una burocracia excesiva, en áreas que no justifican su permanencia en los mismos, carece de interés en aplicar nuevos procesos de fiscalización, el perfil de muchos de sus integrantes es pobre y reflejo de un oportunismo que muestra que ingresaron, no por su capacidad, sino por su compadrazgo, el proceso de elección de despachos externos deja mucho que desear, y urge una vera democratización y transparencia en el mismo, e incluso se ha autorizado a realizar trabajo de auditoria a despachos que no cuentan con todos los requisitos que plasma la convocatoria de registro. Sin duda alguna, nadar en la oscuridad, no lleva a ningún destino.
La reflexión es suya, hasta la próxima.