Como muchas cosas, costumbres y tendencias que se ponen de moda, en los últimos años se han puesto de moda los vegetarianos y más recientemente los llamados veganos. En principio en humano como miembro de la especie animal, es omnívoro, o sea que se alimenta de cárnicos y vegetales, siendo la carne la fuente principal de aporte de proteínas y aminoácidos, aunque otros alimentos animales también son importantes, y si bien de los vegetales, gracias a los ácidos y enzimas digestivas podemos aprovechar carbohidratos, vitaminas y otros nutrientes, nuestro sistema digestivo no está diseñado para solo comer vegetales, que si bien son la fuente de la fibra que forma parte de las heces, no tenemos la panza de una vaca o de un caballo para digerir por completo la celulosa ni otros elementos de los vegetales.
Existen diferentes tipos de vegetarianos, desde los que además de vegetales comen huevo y lácteos hasta los vegetarianos puros ahora llamados veganos que excluyen de su dieta todo producto animal, pasando por los frutarianos que comen frutas y semillas y los macrobióticos que agregan pollo y pescado en poca cantidad.
Entre adultos, cada quien puede hacer de su intestino y nutrición lo que quiera aunque no tenga un soporte científico sino solamente ser parte de una moda, pero el que obliguen a sus hijos a seguir esa dieta, no sólo es un error, sino un atentado contra su salud que en algunos países está penado, ya que desde hace un tiempo se ha visto que esos niños presentan diversos tipos de malnutrición e incluso grados de desnutrición, alteraciones en la composición del esmalte dental y en la calidad y fuerza de sus dientes, coloración amarillenta y hasta anaranjada de la piel, uñas y cabello quebradizos además de alteraciones en el crecimiento y desarrollo y un estado general que no tiene nada de saludable, pero lo más grave es que recientemente se ha visto un incremento de hijos de madres veganas que padecen síndromes relacionados entre otras, a la deficiencia de B12 y otros elementos del complejo B que incluyen fallas en la médula ósea, anemia megaloblástica mielopatía, neuropatía, alteraciones neuropsiquiátricas, atrofia óptica, crisis convulsivas entre otras alteraciones, que dejan daño permanente en la salud infantil y si bien es cierto que parte de esas vitaminas incluida la B12 se encuentran en la yema de huevo, pescado, aves vísceras, carne bovina y porcina y en la leche humana, las mujeres veganas que lactan a sus bebés, carecen de ese aporte vitamínico esencial.
Por todo lo anterior un adulto que se crio con una dieta omnívora y ya pasada su etapa de crecimiento y desarrollo vira a esa dieta de moda, por más que digan que se sienten saludables podrán seguir con ella hasta que aparezcan datos de deficiencias nutricias, pero no se debe exponer a los niños y obligarlos a ese tipo de alimentación que puede dejarle trastornos irreversibles en la salud y desarrollo.
Existen muchas referencias científicas al respecto que se pueden consultar.