Con el inicio del ciclo escolar, en la ciudad de México, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum reiteró la opción del uniforme neutro para niñas. El secretario de Educación, Esteban Moctezuma, también lo mencionó, subrayando que el uniforme neutro, que no es otra cosa que la posibilidad de que las niñas opten por llevar pantalón en sus uniformes y no falda, es para niñas. El Presidente de plano evadió el tema, pero es importante considerar que si no lo tocó, es porque ya se vio que es un asunto polémico y mejor no despertar al oso. No está de más anotar que aunque Andrés Manuel López Obrador no abordó el tema, tampoco hizo nada para evitar que lo hiciera el secretario de Educación, y por lo que se ve, tampoco le ordenó o sugirió a Claudia Sheibaum que eliminara este tema espinoso, como era práctica común en los gobiernos priistas.
Y es que el oso es enorme, feroz y muy muy conservador. Resulta que por razones históricas, de comodidad, de protección y de sobrevivencia también —que después se convertiría en una desigualdad hacia las mujeres— los hombres fueron los primeros que usaron pantalones. Esa costumbre después se convirtió en ley que prohibía a las mujeres usarlos: la prenda estaba reservada a los hombres. Ese tipo de leyes después se anularon, pero quedó lo más difícil de desterrar: la costumbre.
Así, en pleno siglo XXI, en un mundo globalizado, altamente tecnologizado, dizque muy “moderno”, donde las mujeres usan pantalones desde principios del siglo pasado (también por razones económicas, pues coincidió con la Primera Guerra Mundial, cuando la fuerza de trabajo femenina tuvo suplir la de los hombres que se enlistaron), en un país como el nuestro, se habla —como algo vanguardista— de que las niñas puedan llevar pantalón en el uniforme “de diario” y el asunto se convierte en una papa política caliente. Subrayo que es el uniforme de diario, porque las niñas ya usaban pantalones deportivos, los llamados “pants”, o pantalones cortos, también mejor conocidos por su denominación en inglés “shorts”.
De plano, estamos muy atrasados o nos encanta la política más ramplona y ranchera posible. Si fueron los grupos conservadores los más activos, es que los derechos de las niñas, y por extensión los de las mujeres, todavía están lejos de ser reconocidos y respetados. Si se usó el pretexto para atacar a un gobierno morenista es peor todavía. No hemos aprendido a hacer política de grandes ligas. No sabemos prender cuetes y nos conformamos con “brujitas”. Así, aunque sea un asunto menor, le tallamos y tallamos en el piso para que truene todo lo que sea posible.
En cuanto a la parte conservadora del asunto, me escandaliza un poco que un diario de circulación nacional haya hecho una nota sobre una niña que decidió usar un uniforme neutro. Como reportear a “la pionera”.
Algo así como la Emilia Earhart o la Rosa Parks del uso del uniforme neutro. Cuando la verdadera nota es que el pantalón ya lo usaban las niñas en los pantalones deportivos y, ojalá, la noticia hubiera sido que muchas niñas lo habían adoptado también en los uniformes de diario o en los de “gala” que todavía se usan en muchas escuelas y donde el pantalón de los varones es “de vestir”, es decir, formal.
La niña, por supuesto, acude a una escuela de la Ciudad de México. ¿Qué esperan entonces los secretarios de Educación de las entidades federativas para pronunciarse al respecto? O por lo menos, de dar una instrucción similar, si no la quieren hacer pública. Pertenezco al sistema educativo de Veracruz y aquí no se ha escuchado tal cosa. Supongo que en otros estados tampoco.
La sola idea de que una niña no puede usar pantalón en su uniforme porque ese privilegio de comodidad está reservado a los niños es retrógrada. Y ya no hablemos de la discusión estéril y absurda sobre si los niños quisieran usar falda. Absurda porque finalmente es igual de discriminatorio pensar que no deberían tener ese derecho, si quisieran. Y hay que decirlo, a principios de junio, cuando surgió la determinación del gobierno de la Ciudad de México, este fue enfático en eso, si lo deseaban, no había obligatoriedad alguna. Pero era una excusa perfecta para lanzarse a la yugular de Morena.
Un hecho que parece nimio, nos dice mucho de porqué un día sí y otro también las páginas de los diarios en todo el país reportan feminicidios, violaciones y todo tipo de violencia y discriminación contra las mujeres.
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Tacón bajo: Circuló profusamente un video con el título “No es para presumir, pero la economía está estancada” Carlos Loret de Mola. En él, el exconductor del noticiario matutino de Televisa, reclama a AMLO el incumplimiento de una promesa de campaña, sobre hacer crecer la economía. Todos queremos que el país mejore. Pero si a los graves problemas que ya existen, además se le mete el pie a las autoridades para que a cada rato se caigan, está más difícil. Voy a esperar los videos donde, entre otras cosas, le reclame a Felipe Calderón que el autoproclamado “presidente del empleo” no los haya creado, a Fox que no haya resuelto el problema de Chiapas en 15 minutos y que yo no tenga ni “vocho” ni “changarro” como me prometieron, a Salinas de Gortari que no haya hecho ingresar a México al primer mundo (no nos invitan al G7 ni al G8, tenemos que conformarnos con ser del G20, pero recuerden que son industrializados y emergentes, ¿adivinen a cuál pertenecemos?), ya para qué hablar de los 266 compromisos de Peña Nieto firmados ante notario público. ¿Será de corazón lo de Loret, de verdad le nace del alma y está muy preocupado por el país o quiere la atención de alguien?
ramirezmorales.pilar@gmail.com