Si algo tiene Carlos Loret de Mola es credibilidad y creo que pocos dudan, o nadie, que sus fuentes informativas son confiables, de primer nivel.
Por eso el comentario que hizo ayer en su columna “Historias de Reportero” en El Universal le dio la vuelta a todo Veracruz en las redes sociales.
“SACIAMORBOS: 1.- ‘Tú tienes tache’, le dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador a su gobernador de Veracruz, el morenista Cuitláhuac García, delante de otros mandatarios. El presidente recién había presentado en su conferencia mañanera la evaluación de confianza de las policías locales. Veracruz había salido fatal.”
Pasto seco para incendiar la pradera cuitlahuista por parte de sus críticos, malquerientes y enemigos políticos, que son muchos. El tema dominó los comentarios matutinos de ayer.
El comentario se refuerza si se recuerda que el pasado 9 de agosto el propio presidente, sin que nadie se lo preguntara, en conferencia de prensa en Durango incluyó a Veracruz entre los diez estados del país “muy complicados” por la inseguridad, “donde hay más incidencia delictiva”, y aseguró que sabe “bien lo que está pasando”.
Ello me llevó a comentar (Prosa aprisa, subtítulo “AMLO tiene otros datos sobre inseguridad” 12/08/2019):
“El viernes pasado a temprana hora, apenas terminada la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Hugo Gutiérrez Maldonado, debió haber presentado su renuncia al cargo con carácter de irrevocable.
Lo debió haber hecho por dos razones: porque indirectamente AMLO reprobó su trabajo, y para poner a salvo la imagen de su jefe directo el gobernador Cuitláhuac García Jiménez”.
Dije que si por el lado de la inseguridad el fracaso es manifiesto, se debe cuidar el aspecto político: el gobernador nunca se equivoca aunque se equivoque.
Y agregué: “En la ortodoxia, en las prácticas del priismo, que tienen plena vigencia, lo que hubiera procedido era que Gutiérrez Maldonado hubiera renunciado y aceptado su incapacidad para resolver o al menos disminuir el problema, hubiera salido a declarar que se equivocó en los reportes e informes que entregó al gobernador en los que este se basó para afirmar que han disminuido los índices delictivos, y hubiera dicho que el Ejecutivo ha hecho bien las cosas pero que le han fallado sus colaboradores, etcétera, etcétera.”
Pero no lo hizo y el presidente acaba de reprobar directamente al gobernador ante otros mandatarios, lo cual en política es grave: significa que le ha fallado a él, que falla a los veracruzanos, que no puede con el paquete, lo que conllevaría a desconfiar de su eficacia para resolver los problemas.
Eso explicaría porqué en sus visitas de julio al Estado (a Chicontepec, Jáltipan, Zongolica y Coscomatepec) ya no le hizo ningún reconocimiento público como había venido haciéndoselos, ni lo subió a su camioneta en los recorridos. Lo enfrió.
Pero el gobernador protege a la bola de inexpertos e ineficaces que tiene como colaboradores, del secretario de Gobierno para abajo y hacia los lados, y prefiere asumir la responsabilidad directa de la ineficacia y falta de resultados de todos ellos (y los reproches presidenciales).
Son unas rémoras y un pesado lastre que lo van a arrastrar (ya lo están arrastrando) hacia el fondo, pero él no quiere zafarse de ellos y emerger y salvarse. Pero como dice el dicho, el que por su gusto muere hasta la muerte le sabe.
El gobierno de AMLO enfrió el Día del Abuelo
Desde hace ya más de un año soy usuario de las instalaciones de la Quinta de las Rosas en Xalapa: un salón de usos múltiples en el que se imparten clases de danzón que nos sirven de base para participar en coreografías, en el caso del taller en el que participo.
Fue Dante Delgado, entonces gobernador, quien compró y habilitó esa casa antigua /estilo inglés, construida a finales del siglo XIX) como Centro de Atención Integral para los adultos mayores (hay actividades al aire libre y talleres ocupacionales en diversos salones).
Cuando lo acompañé a su inauguración como reportero, en diciembre de 1990, nunca me imaginé que algún día yo sería beneficiario de las instalaciones, entonces bellísimas, muy bien equipadas, un lugar digno de convivencia y recreación.
Sucesivos gobiernos dejaron perder equipos de talleres y la Quinta perdió aquel brillo del que la dotó el gobierno de Dante, pero las instalaciones sirven en general.
Algo que me llamó la atención y me sorprendió cuando empecé a asistir (atraído porque en talleres privados de baile de salsa tenía compañeros danzoneros que comentaban que ahí había muy buenas maestras de baile, como en efecto las hay, y yo quería aprender); algo que me sorprendió fue enterarme que los maestros de diversas actividades no tienen un sueldo, no les paga el DIF, es decir, el gobierno del Estado. Sobreviven con cuotas casi simbólicas que dan los alumnos.
Hay salones con focos fundidos, me imagino que porque no hay dinero ni para comprar unos nuevos y cambiarlos, y los jardines están muy lejos de ser aquellos que dejó el gobierno de Dante. Desconozco si hay un jardinero asignado.
Cuando entró el nuevo gobierno de Cuitláhuac García Jiménez pensé que las cosas mejorarían, que a los maestros se les haría justicia y les fijarían un sueldo decoroso, que las instalaciones recibirían una muy buena mano de gato, que se le equiparía con lo indispensable como reponer focos fundidos, que los jardines estarían mejor, pero ya pasaron nueve meses y no se ven señales de que algo vaya a ocurrir, ni creo que ocurrirá.
El domingo leí en El Universal que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador puso fin en la Ciudad de México al tradicional concierto Bailar es Recordar (su primer nombre fue Una Cana al Aire) que desde hacía más de 30 años reunía a miles de adultos mayores con motivo del Día del Abuelo, que se celebra este miércoles 28.
El festejo, que se realizaba en el Palacio de los Deportes era financiado por la Secretaría de Desarrollo Social, que decidió no apoyar más la celebración con el pretexto de la política de austeridad del gobierno de AMLO.
Entonces, si el gobierno de López Obrador tomó una decisión así, si el argumento es la austeridad, el gobierno cuitlahuista no moverá un solo dedo para rehabilitar la Quinta, menos para asignarle un sueldo a los maestros y, me temo, tampoco para comprar focos nuevos e, impensable, surtidores de agua o por lo menos sifones para que los adultos mayores no tengan que estar luchando con el peso de los garrafones a fin poder llenar sus vasos.
En Veracruz el gobierno estatal sigue a ciegas todo lo que disponga el gobierno lópezobradorista.
(Con la decisión del gobierno de López Obrador, me acordé de un breve poema, de solo dos versos, de José Emilio Pacheco, titulado Antiguos alumnos se reúnen: “Ya somos todo aquello/ contra lo que luchamos a los 20 años”.)