Mucho en juego, en la elección interna panista

Más que otras veces –eso creo–, el proceso que culminará con la elección del nuevo dirigente estatal del PAN ha despertado interés no solo entre la militancia blanquiazul sino en el medio político en general. Hay varias razones para ello.

Esta vez la pugna no se reduce solo a la elección interna, que tendrá lugar dentro de dos semanas y media, y su resultado, sino también al rumbo que tomará ese partido en el futuro inmediato y al destino político de la corriente, o más bien del grupo casi reducido a clan, del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

En una apretada elección en noviembre del año pasado, todavía dentro del gobierno yunista, José Mancha Alarcón se declaró ganador, pero el resultado fue impugnado por su contrincante Joaquín Guzmán Avilés.

La inconformidad de Guzmán fue ignorada por la Comisión de Justicia de su partido ante lo que el Tribunal Electoral Estatal ordenó revisar a fondo el caso, lo que se hizo pero la Comisión avaló el resultado a favor de Mancha. Un nuevo recurso de inconformidad guzmanista llevó a que el Tribunal decretara la nulidad de la elección.

Entonces Mancha también se inconformó y el caso llegó a la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que volvió a avalar el resultado del 11 de noviembre, pero Guzmán insistió en su inconformidad.

Finalmente, el 17 de julio pasado la Sala Superior del TEPJF determinó que la Sala Regional había omitido el análisis de las irregularidades, que calificó de graves, por lo que anuló la elección y ordenó al PAN convocar a comicios extraordinarios, que tendrán lugar el próximo 8 de septiembre.

Las nuevas circunstancias políticas

El nuevo proceso, que formalmente inició el martes pasado, se da en medio de nuevas circunstancias políticas: Yunes Linares, aliado y promotor de Mancha, ya no es gobernador y ya no goza del poder político que tuvo, la bancada panista en el Congreso local está dividida entre quienes lo siguen y quienes apoyan a Guzmán, y los panistas de viejo cuño, de sangre azul, se han reagrupado para tratar de recuperar el control de su partido y con ello evitar que siga decidiendo unilateralmente, conforme a sus intereses, el exgobernador, utilizando a Mancha para ello.

Pero el merengue y las fresas del pastel están en que el resultado de la elección de septiembre decidirá también la próxima candidatura al gobierno del Estado. Si pierde el grupo yunista casi se cancelarán las posibilidades de que repita el hijo del exgobernador, Miguel Ángel Yunes Márquez.

En el grupo guzmanista están seguros que las condiciones están dadas para que se hagan de nuevo del control de su partido, que les arrebató Yunes Linares luego de que el entonces dirigente estatal Víctor Alejandro “Pipo” Vázquez Cuevas lo invitó a incorporarse a sus filas, decisión de la que dijo después que se arrepentiría por el resto de sus días. Tras treinta años de militancia, al Pipo prácticamente terminó por echarlo del PAN una vez que tuvo el control.

Los guzmanistas realizan una intensa labor de información con los militantes para desactivar el único señalamiento que les hace el grupo yunista: que están aliados con Morena. Ven la acusación como un acto desesperado de sus contrarios porque, aseguran, saben que no tienen la mayoría y que serán derrotados.

Mancha, el último y único recurso

Pero, igualmente, saben bien que Mancha fue el último recurso, y el único, que les quedó para tratar de mantener el control de la dirigencia estatal porque en el fondo no lo quieren tanto que buscaron negociar con otros destacados panistas para que aceptaran ser sus candidatos a la dirigencia a cambio de que si ganaban le cedieran la mitad de las posiciones en el Comité Directivo Estatal y en el proceso electoral de 2021 la mitad de las candidaturas. Ninguno aceptó y hoy están apoyando a Guzmán Avilés.

Tal vez la más seria diferencia, que terminó en pleito, fue con el senador Julen Rementeria del Puerto, quien si la corriente guzmanista gana la dirigencia se convertirá en el más fuerte –aunque no el único– aspirante a la candidatura a gobernador en 2024. Otro potencial candidato sería el alcalde de Medellín, Hipólito Deschamps Espino Barros, a quien consideran una opción joven. Deschamps fue designado el pasado 14 de agosto como nuevo coordinador de los alcaldes panistas del Estado.

En forma callada, los guzmanistas no han dejado de recorrer el Estado y de reunirse con la militancia, han asegurado adhesiones, pero también tienen el apoyo de influyentes panistas del altiplano e  incluso de expanistas de renombre que hasta podrían reafiliarse si la nueva corriente llega a la dirigencia.

Mala imagen de manchistas

Los guzmanistas saben bien que a Mancha le pesa su mala imagen, dañada por presuntos actos de corrupción en los que presuntamente estarían involucrados hasta sus familiares, y la inconformidad interna porque junto con aliados como el coordinador de la bancada panista en el Congreso local, Sergio Hernández, han usado la dirigencia con sentido patrimonialista y se han enriquecido a su sombra.

Pero también tienen presente que les pesa ante la militancia la presencia en su grupo de personajes como el alcalde de Actopan, José Paulino Domínguez Sánchez, presuntamente involucrado en el asesinato del periodista Jorge Celestino Ruiz Vázquez, o que lleven en su planilla a Angélica Méndez Margarito, esposa del exsíndico de Mixtla de Altamirano, Ricardo Pérez Marcos, detenido por la Fiscalía General del Estado como presunto autor intelectual del homicidio de la alcaldesa Maricela Vallejo Orea.

De acuerdo a los guzmanistas, sin embargo si ganan llegarán a sumar y a unir, pero no a permitir más prácticas priistas como el dedazo en la asignación de candidaturas que practicó el exgobernador Yunes; en todo caso, dicen, lo considerarán un militante más y si quiere candidaturas para sus pupilos estos tendrán que ganarlas en elecciones libres internas que piensan volver a practicar, y si las obtienen, dicen, tendrán todo su apoyo.

También tienen muy claro que no le van a permitir que meta la mano en las decisiones que solo correspondan a la dirigencia y menos que le van a ceder la mitad de los cargos en la dirigencia, como tampoco de las candidaturas a alcaldes y diputados locales (igual los alerta que Morena, el gobierno del Estado, quiera inmiscuirse en el proceso).

Está, pues, mucho en juego en la elección interna de septiembre. Está también muy claro qué se puede esperar si gana la corriente o el clan. En los militantes panistas está decir qué quieren.

 

 

 

 

 

Related posts

Grupo Frontera, sería el último gran negocio en la Sectur

Tener una vecina así; en espera de su llegada

Nahle podría pedir licencia como militante de Morena, el 23