Dante Alfonso Delgado Rannauro fue un buen gobernador; acaso ha sido uno de los mejores gobernadores que ha tenido Veracruz.
No obstante que entró en sustitución de don Fernando Gutiérrez Barrios, es decir, que solo gobernó cuatro años, se dio tiempo para hacer política, mucha política, pero también muchas obras, como pocos gobernadores.
Antes de llegar al máximo cargo, tuvo una virtud que nunca presumió ni publicitó: su cercanía con la gente, cosa que le facilitó su paso por la Secretaría de Educación estatal así como por la de Gobierno.
No solo recorría el Estado una y otra vez sino que visitaba a las personas en sus mismas casas así fueran de la condición más humilde, y, literalmente, se metía hasta las cocinas.
Parecerá una exageración, pero prácticamente conocía e identificaba a todos por sus nombres, llegara a donde llegara.
Tuve el privilegio, por todo lo que aprendí, de acompañarlo como reportero todos los días de su mandato en sus actividades lo mismo en el Palacio de Gobierno que en la Casa Veracruz o en sus giras de trabajo por toda la geografía estatal.
No obstante que ya conocía a todos y todos los municipios, al llegar al gobierno, dado que no había hecho campaña electoral y no lo habían elegido por voto directo, quiso legitimarse y ya como gobernador lo primero que hizo fue realizar un recorrido por tierra por todos y cada uno de los municipios para encabezar reuniones de trabajo y escuchar a sus pobladores (Javier Duarte ni como candidato ni como gobernador recorrió siquiera la mitad de ellos, nunca los conoció).
Eran jornadas extenuantes, de hasta dieciséis horas diarias, que empezaban muy temprano, en los que visitaba cuatro, cinco, seis o los más municipios que pudiera, y todavía por la noche se reunía con empresarios en cenas que en ocasiones estaban empezando a las doce de la medianoche.
Veinticinco años después, no recuerdo ahora el nombre de un nuevo poblado que se formó en el municipio de Las Choapas, en el valle del Uxpanapa, con campesinos e indígenas que emigraron de Chiapas huyendo de la erupción que hizo el volcán Chichonal.
En helicóptero pudimos llegar hasta una comunidad rural. Ahí, un grupo de no más de diez personas montamos a caballo y cabalgamos por un buen rato hasta otro lugar donde las bestias ya no podían pasar y tuvimos que seguir a pie, prácticamente entre el monte. Y llegamos.
Con esto quiero destacar el conocimiento que tenía y tuvo de la geografía veracruzana y de sus habitantes, de cómo los atendió y, en consecuencia, fortaleció su presencia y su relación con todos.
De sus obras hay muchas muestras: el Acuario de Veracruz, el Museo Interactivo de Xalapa, hoy lamentablemente desaparecido, el edificio del Congreso del Estado, el actual del World Trade Center de Boca del Río, las obras de ampliación del malecón de Coatzacoalcos, el Centro de Especialidades Médicas Dr. Rafael Lucio en Xalapa, la Quinta las Rosas, entre las más visibles, pero las hubo en todo el Estado.
Fue, pues, un gobernador muy querido, salió con una alta aprobación de los veracruzanos y pasados los años aún viven muchos veracruzanos que lo recuerdan con gratitud y cariño; en muchos casos, algunos de sus descendientes.
Pues Dante está de regreso y ha anunciado que viene a “sacudir conciencias” dando impulso a su partido Movimiento Ciudadano (MC), con miras a la elección intermedia de 2021, para “rescatar” Veracruz.
El 12 de marzo pasado comenté sobre un reencuentro que tuve con él en una fiesta privada (fue en el municipio de Xico), luego de muchos años de no vernos. Dije, entre otras cosas:
“Lo noté vigoroso, bien de salud, con bastante buen semblante, lógicamente con la mesura que da la edad y, algo que sigue siendo admirable en él, continúa igual de sencillo, cordial, atento y respetuoso.
No pudo faltar que platicáramos sobre Veracruz y, como casi todos los veracruzanos (por no decir que todos), se lamentó por lo que está pasando, aunque en su opinión lo mal que está el Estado viene desde gobiernos anteriores…
Por el arrojo, que, me dijo, le ha faltado a políticos veracruzanos para rescatar al Estado, mejor no viene salvo para reunirse con su esposa, sus hijos y sus nietos. Con Movimiento Ciudadano le va mejor en otros estados y hacia ellos enfoca sus esfuerzos.”
Hace una semana declaró al diario Notiver que regresa a hacer política luego de nueve años y que estaba molesto por la elección que han hecho los veracruzanos de sus gobernadores.
“… ya fueron nueve años y ustedes saben que parte de la tragedia que tiene Veracruz es porque los veracruzanos lo quisieron… yo estaba bastante encabronado porque después de lo que habían visto… pues no pasa nada”, expresó.
Cuidadoso como es por su experiencia, aclaró que no viene a criticar al gobierno ni a calificar el desempeño de Cuitláhuac, que lo que viene a hacer es política para que MC sea una opción en las elecciones de 2021. “Somos la organización que va a ir por el triunfo”, advirtió.
Informó que va a estar viniendo al Estado para convocar a los veracruzanos; que va a sacar la casta para vencer las adversidades que enfrenta Veracruz.
Regresa para hacer política en el Estado, pero no ha dejado de hacerla en el altiplano, ya sea como dirigente o líder moral de MC o en funciones legislativas, como ahora cuando también es coordinador de la bancada de MC en el Senado.
El martes 6 de agosto en su casa de la Ciudad de México comieron sesenta senadores de las 60 y 61 legislaturas.
Fue otro veracruzano y cordobés, Juan Bueno Torio, expanista, quien reveló que normalmente se reúnen cada tres o cuatro meses.
Los nombres de los concurrentes dan idea del peso político de Dante, del nivel de sus relaciones: el coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, Manlio Fabio Beltrones, Gustavo Madero, Pedro Joaquín Coldwell.
También Francisco Arroyo Vieyra, Melquiades Morales, Francisco Labastida Ochoa, Jiménez Macías, Carlos Navarrete, Fernando Elizondo, José González Morfín, Humberto Aguilar Coronado, Alberto Cárdenas y Adriana Aguilar.
Una gama multicolor de priistas, panistas, un morenista, un perredista y el anfitrión un movimientista.
Por el anuncio de Dante se antoja interesante la jornada electoral que se avecina. El abanico de opciones que se abre llevará, sin duda, a una recomposición de la geografía política estatal. Habrá acomodos y reacomodos.
Pienso que en la pasada contienda para elegir gobernador cometió un error al aliarse al grupo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Solo con su MC iba bien. Tratará ahora de recuperar el terreno que perdió.
La fortaleza que logró Morena en julio de 2018 está en riesgo. Con el saldo negativo de sus gobiernos, en apenas nueve meses han malgastado ya buena parte del capital político que lograron. Se ve muy difícil que vuelvan a arrasar y a lograr carro completo.
El PAN, Movimiento Ciudadano y Podemos (por lo pronto es el único partido alternativo estatal que veo en el futuro) le están poniendo ya el cascabel al gato.
Conago y FGR: no más reparto de culpas
Uf. Los gobernadores que integran la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y los funcionarios de la Fiscalía General de la República se reunieron ayer y, entre otras cosas, acordaron delimitar la actuación de la Guardia Nacional en los estados y que se evite repartir culpas.
Un documento elaborado indica que es indispensable trabajar coordinados para crear un informe policial homologado y que se capacite a los elementos de la Guardia así como los integrantes de las policías estatales y municipales.
Hubo un detalle: el titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, expresó: “señores gobernadores, la prevención del delito es tema exclusivamente de su competencia. No nos metan a las fiscalías en ese discurso”.
Se fue un hombre bondadoso, excepcional
Siempre se lamenta la pérdida de seres excepcionales, generosos, que en vida hicieron el bien, como el cardenal Sergio Obeso Rivera, un verdadero santo.
Me tocó conocerlo como reportero y pude constatar su bondad. Haré oración por él. Seguirá con Dios, no tengo duda. Lo acogerá en su seno porque se lo merece.
Envío mi sentimiento de solidaridad al cuerpo sacerdotal de Veracruz, a toda la grey católica, así como a sus familiares.