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Tributo a la Naturaleza

by Nora Guerrero

Que sabroso platicar con la contadora Marthita Moreno, participante del Concurso de Fachadas Floridas de Xalapa. Cordobesa de origen y, en realidad, de todos los lugares donde ha vivido. En esto y en el amor por las flores nos hemos identificado plenamente, dando cuenta de ello -y de su sensibilidad-, cada arriate, maceta y florero que dan vida a su hogar.

Su casa está en esquina, por el lateral asoma un frondoso árbol de dólar de grueso tronco y no menos siete metros de altura, al que poda cada año. En el frente, dos arriates de cuatro y tres metros aproximadamente, llegan al filo de la banqueta. Lucen espléndidas figuras de plantas y arbustos chaparritos, algunos en formas circulares, como los Arrayanes y la Azalea. Son como esferas verdes y vivas, cercadas de Durantas, de marmolina y piedra blanca. Allí también la Cordylina, los Crotos Roberto en vivos colores verde, naranja, amarillo y un Calistemon o Planta del Cepillo, porque da flores parecidas a cepillos rojos -que también pueden ser de color verde, rosa o blanco-.

De esta tarea de tener saludables y bien podadas a las plantas, se encarga don Francisco, el jardinero que tiene años de velar por el bienestar de “las hermosas” de Marthita. Él siempre pregunta “¿Cómo vamos a cortar?”. Él acude una vez al mes para hacer el trabajo fino y fuerte pero, en el día a día, doña Marthita se encarga de mantener el orden y el riego. Por cierto, me transmitió su costumbre de no sólo quitar el botón de las flores ya marchitas, sino de cortar del tallo, veinte centímetros.

Marthita, quien ha vivido en varias ciudades del país por el trabajo de su esposo, dice que nació rodeada de flores, plantas y macetas. Incluso su hermana tuvo un vivero que ella atendía. Esto la movió y le despertó el gusto por estar entre las plantas, saber cómo moverlas, cómo tratarlas, pues “Ellas oxigenan la tierra”, me dice con respeto. Y este amor supo transmitirlo a sus dos hijas, quienes no disponen de mucha tierra en su casa, pero plantan en macetas, en cajones y en diversos recipientes.

Después de esa notoria y muy hermosa banqueta, el recibidor antes de entrar en la casa propiamente dicha, tiene en el centro una mesa redonda con plantas y dos sillas. Ese espacio acogedor está plagado de plantas, desde el arriate interior hasta la ventana y todo lugar habitable por las plantas. Desde ahí y a la izquierda está el jardín pletórico y con buen gusto en la selección de plantas verdes y floreadas en maceta, donde se distingue una Azalea que da simultáneamente flores rosadas y moradas.

Entre las muchas especies que cultiva, están la Copa de Oro, Rosario que florea en Marzo y da racimos de unas quince flores moradas. Un rosal de flores blancas; una planta a la que se le conoce como Bandera cuyas hojas tienen pintitas blancas, rojas y verdes; limonaria que es olorosa y da florecitas blancas. También cultiva la Hawaiana, Cuna de Moisés, Geranios fucsia, Isoras, Baby Rose; Kalanchoes rojos, Orquídeas lila, Orquídea perrito y Orquídea Cognac de flores chicas y muy perfumadas, así como Clavellinas rosas y moradas. Entre las plantas del recibidor, están el Listón de hojas rosa con verde, una gran variedad de suculentas y una Pata de Elefante de más de diez años. Las plantas y flores inundan la sala y toda la casa.

La contadora Marthita, siempre se distinguió en todos sus quehaceres  -profesionales, del servicio social, de los negocios, del hogar y la maternidad- por su entrega y profesionalismo y coronó su interesante y fructífera vida con la jardinería, su gran pasión. Por ello, ¡le rendimos un tributo muy merecido, así como a todos quienes le rinden respeto y amor a la Madre Naturaleza! [email protected]

 

 

 

 

 

 

 

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