La rendición de cuentas y la transparencia se han convertido en el ejercicio que garantiza la honestidad de los servidores públicos. Las auditorías que a lo largo y ancho del país existen, no pueden convertirse en el máximo órgano de fiscalización de la administración pública. Para eso el Congreso local de cada Estado y en el ámbito federal también, deberán contar con un órgano de supervisión de los trabajos.
Lorenzo Portilla Vásquez, auditor general del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (Orfis), quiere reelegirse a como dé lugar, sin que haya un resquicio legal por dónde alcanzar su objetivo.
A Lorenzo Portilla le quedan escasos dos meses para dejar el cargo, y a última hora quiere congraciarse con el Congreso local, sobre todo con la mayoría de Morena, con el objetivo de lograr su cometido.
El periodo de siete años para el que fue nombrado concluirá el 26 de septiembre, motivo por el cual, desde hace unas semanas inició una campaña en busca de apoyo para su ratificación.
No le fueron suficientes siete años, durante los cuales guardaba un silencio absoluto sobre su labor, que ahora rompe para procurar permanecer en el cargo, donde seguramente habrá que hacerle una auditoria.
Portilla Vásquez no debe desconocer que la Ley de Fiscalización Superior y Rendición de Cuentas del Estado de Veracruz, señala en su artículo 88 que “el auditor general será nombrado por un período de siete años, no podrá ser reelegido y sólo se le podrá remover por las causas graves que la ley señale, con la misma votación requerida para su nombramiento”.
El auditor quiere ampararse en el hecho de que cuando llegó al Órgano de Fiscalización, en 2012, se permitía la reelección o ratificación; sin embargo, a pesar de que ahora quiere responsabilizar de cuentas oscuras a los anteriores gobernadores, no logra convencer a la bancada morenista, que considera que su tiempo terminó y que no existe la mínima posibilidad de ser ratificado.
El 45 por ciento de la fuerza legislativa en el Congreso local es de Morena, 26 de 59 diputados estatales pertenecen a ese partido, dicho bloque parlamentario expresó claramente que no podría caber la posibilidad de que Portilla Vásquez continuara en el cargo.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local y coordinador de la bancada de Morena, Juan Javier Gómez Cazarín, manifestó desde mayo su oposición a que Portilla siga en el cargo.
El artículo 89 de la Ley de Fiscalización Superior y Rendición de Cuentas, dicta que debe abrirse la convocatoria para que los aspirantes a este puesto se inscriban y sucedan a Portilla; sin embargo, a menos de dos meses de que concluya el periodo, no ha sido emitida. Motivo por el cual los presidentes de los Colegios de Contadores Públicos de Xalapa, Coatzacoalcos y Veracruz solicitaron al Congreso local emitir la convocatoria. Esto quiere decir que lo más seguro es que haya cambio al frente del Orfis.
La tarea del Orfis siempre ha sido regular, en 20 años de existencia, nunca ha señalado a un alto funcionario de no tener las cuentas claras de su administración. La auditoría que debe ser permanente debe cumplir con la imparcialidad que nunca ha mostrado y con una determinación por encima de cualquier recomendación o mandato superior.
El Congreso local debe conocer las causas por las cuales el auditor quiere repetir en su cargo, desde luego el poder que emana de esa responsabilidad no es poco; sin embargo, debe haber una auditoría al auditor, no por sospecha sino por sistema y hábito en bien de la transparencia. PEGA Y CORRE. – Emilio Lozoya se quedó sin protección, lo detendrán de un momento a otro; Deschamps, podría ser detenido, Rosario Robles parece que pisará la cárcel. Ojalá haya, por fin, castigo a los corruptos… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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