Hablemos de género

Una mujer salió de su casa y no volvió, otra mujer es apuñalada incesantemente, una más calla el maltrato sufrido en casa, una joven es culpada de una violación por cómo vestía, a otra le insultan por la libertad de su vida sexual. Esto ocurre todos los días y sí, pasa constantemente a mujeres. Ocurre en México pero también en diversas partes del mundo porque seguimos sin entender que para que exista igualdad hay que reconocer diferencias clave, hay que traer a la mesa del debate la cultura con la que hemos crecido, la cultura que seguimos fomentando y el arraigo de nuestras creencias.

Hace unas semanas leía información sobre el caso de “La manada”, el cual relataba una violación grupal ocurrida en España. En este caso la primera sentencia había sido menor a la segunda debido a que la víctima no había puesto resistencia, considerando así como si la víctima cediera al acto, dejando de lado que eran 5 hombres contra una mujer. Fue hasta que especialistas en perspectiva de género intervinieron cuando la condena a los agresores aumentó.

¿Por qué es importante hablar de género? Porque al final del día en más de una ocasión, las víctimas siguen cargando con culpa, porque en un mundo como el que habitamos sigue siendo elemental estar alerta cuando eres mujer, sigue sin existir libertad o garantía de la misma para las féminas. Mostrar más piel de la aprobada es sinónimo de libertinaje, los torsos desnudos de hombres no generan controversia en el entorno, pero una mujer amamantando puede ser irrespetuoso y provocador incluso entre el mismo género.

Crecimos en un mundo machista, donde durante años los hombres han tomado todo tipo de decisiones, las leyes más importantes fueron creadas por ellos, se nos educó como damiselas y caballeros, sin embargo la ideología se transformó con el paso de la historia, por lo que la lucha de igualdad es cada día más fuerte aunque pareciera que sigue sin dar los resultados esperados. Seguimos ignorando derechos básicos de las mujeres como la lactancia en cualquier lugar, o hacer legal el aborto para evitar muertes e insalubridad, confundimos los derechos con las obligaciones como si el legalizar el aborto implicara que se rompieran las barreras morales de quienes lo juzgan, dejando de lado que más bien puede representar una solución a múltiples problemas e incluso disminuir este mismo acto para quienes lo realizan sin tener un previo apoyo psicológico.

Hablar de género nos ayudará a entender las diferencias entre un piropo y el acoso, de acuerdo a la antropóloga Marta Lamas, también puede existir una victimización en múltiples denuncias, no porque algo nos incomoda significa que se realiza con la intención de incomodar. Pero también habrá que estudiar de cerca las denuncias realizadas por las víctimas o todos los casos en los que las mujeres ni siquiera tuvieron oportunidad de denunciar porque por desgracia la violencia acabó con sus vidas o eliminó todo rastro de ellas haciendo que ni siquiera quienes les extrañan sepan dónde están.

Tenemos que hablar de género para comprender cómo cuidarnos siendo mujeres, cómo ser escuchadas sin ser consideradas mártires, para que un día realmente no importe nuestra ropa, si vamos solas o la hora en la que decidamos salir, hablemos de género para construir equidad y sentirnos seguras.

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