“ A 50 AÑOS DE LA LUNA”

De niño, me encantaban las películas del espacio y los comics como Titanes Planetarios, recuerdo haber visto las películas de Flash Gordon como la Invasión de Mongo, De la Tierra a la Luna y en la televisión al Coronel Cosmos, todo era fantasía hasta 1957 en que los rusos mandan al espacio el primer satélite, el Sputnik, dando inicio durante la llamada guerra fría a la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Yuri Gagarin fue el primer hombre en el espacio y después Valentina Tereshkova, la primera mujer, que viajaron después de Laika la primera perrita cosmonauta. Por su lado, los norteamericanos hacían experimentos y pusieron a un chimpancé en órbita y después a sus primeros astronautas viajando brevemente alrededor de nuestro planeta. Kennedy prometió que en la década de los 60´s llegarían a la luna y así el Apolo 8 vuela alrededor de la luna, el 10 toma fotos del terreno para el próximo alunizaje y finalmente el 16 de julio de 1969 despega el Saturno V con 3 astronautas, Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin “Buzz” Aldrin (que por cierto es el inspirador de Buzz de la película Toy Story). Hasta entonces la atención mundial estaba pendiente de cada nueva misión y prácticamente todos los terrícolas estaban pendientes de lo que sería el primer hombre en la luna. Ese día del alunizaje, domingo 21 de Julio, los clanes scouts de México competíamos en el 2º. Maratón a campo traviesa de la Ciudad de México a Cuernavaca, carrera que un año antes había promovido mi clan del grupo 7 y que en esta segunda, corríamos varios de los hermanos del clan, estando entre los más veloces Oscar Monroy H., Sergio Rojano, los hermanos García Virués y otros queridos amigos, yo corrí aparejado de mi compadre Ernesto Pirsch y si bien no llegamos en los primeros lugares, llegamos a la Fuente Buenavista de Cuernavaca después de un poco más de 6 horas, donde nos esperaban nuestros compañeros y amigos y la Tía AnaJu, tía de Ernesto, que nos llevó de regreso a la ciudad para alcanzar a ver el alunizaje.

Llegamos a tiempo, muy cansados tras la carrera de más de 55 kilómetros, para sentarnos en la sala de casa de mi compadre, donde nos esperaba su mamá con unos sándwiches y refrescos, frente al televisor en blanco y negro, viendo la imagen en vivo, escuchando los diálogos y destacando uno en particular que luego borraron en las repeticiones; creo fue Armstrong, mientras bajaban en el Águila que dijo “creo que nos están siguiendo”. Finalmente el momento emocionante del alunizaje, la bajada de la escalera y el descenso de Armstrong dejando su huella en el piso lunar mientras decía que era “un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad” y luego en otra frase deseándole mucha suerte a un señor que había sido su vecino cuando Neil era un muchacho. 50 años de esa hazaña, que dejó un cambio en la comprensión del espacio y marcó a la humanidad y en lo particular me recordó mi propia hazaña de correr un montón de kilómetros y hacerlo un par de veces más al grito de “Por el honor scout, arriba el 7”

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