La noche del miércoles pasado, cuando me llegó la información, revisé con cuidado las fotos, una de las cuales muestra al gobernador Cuitláhuac García Jiménez recorriendo la obra de reconstrucción de la carretera Benito Juárez-Zontecomatlán, en las sierras de Chicontepec-Huayacocotla.
En el resto del Estado el hecho no nos dice nada, pero sin duda será una de las obras más significativas del sexenio cuitlahuista por el sentido social que tiene: beneficiar a la población indígena de una de las regiones más abandonadas por los gobiernos de Veracruz.
En la judicatura mejor que en ninguna otra institución saben bien que durante mucho tiempo aquella parte de Veracruz fue conocida como la “siberia veracruzana”, por lo lejana y apartada que estaba del centro, porque era difícil su acceso y porque cuando se nombraba y enviaba a un juez, a un agente del ministerio público allá, se consideraba un castigo, un verdadero destierro.
Muchos años recorrí las dos sierras, la de Huayacocotla con una belleza extraordinaria, con paisajes canadienses por sus bosques y su caolín, aunque ciertamente muy lejos de nuestra realidad. Allá se sienten más hidalguenses. Y sí, conocí el camino-carretera que ahora atiende el gobierno de Cuitláhuac, que en invierno se volvía intransitable en tramos cuando no se quedaba uno atascado en el lodo y tenían que buscar un tractor para sacar las unidades.
Por conocidos que tengo allá, sé que con mucho orgullo se sienten veracruzanos, no quiero dejar de reconocer esta acción del gobierno de Cuitláhuac García, que no solo rescatará a esos paisanos sino que los integrará a la vida productiva del Estado.
El profesor Guillermo Zúñiga Martínez siempre recordaba que Huayacocotla fue el primer municipio al que fue a trabajar como maestro, y la odisea que vivía para poder llegar: Xalapa-Ciudad de México-Hidalgo-Huayacocotla. Hoy aquello es historia.
Durante su campaña, Cuitláhuac se había comprometido a realizar la obra. Qué bien que cumple. La reconstrucción comprenderá 134.2 kilómetros, además de que el plan carretero para la región incluye un puente en Texcatepec (lejos, lejísimo) y los primeros 10 kilómetros con concreto hidráulico hacia Tlachichilco.
Llego la Guardia, pero…
La intención, quién lo duda, es buena. Pero la realidad se impone.
Arribaron finalmente elementos de la Guardia Nacional a varias ciudades del Estado. Xalapa no fue la excepción.
Ayer tuvimos la oportunidad de platicar con algunos de ellos a la entrada de la USBI, que recorrían a pie, muy reacciones a hablar aunque al final accedieron sin dar mayores datos suyos, salvo uno de ellos que dijo ser de Oaxaca.
No informaron mucho solo que la instrucción es reforzar los operativos instrumentados por las autoridades locales y realizar patrullajes por las principales zonas de la capital para mostrar su presencia.
Una cosa quedó de manifiesto: no hay una estrategia definida para combatir a la delincuencia común y organizada, basada en “inteligencia” que ataque a fondo el problema.
Aceptaron que no conocen la ciudad ni los puntos geográficos en los que se moverán, dijeron que por ahora solo se sumarán a quienes patrullan la ciudad en vehículos de la policía municipal.
La intención es buena pero tanta policía para solo realizar rondines y patrullajes no es suficiente. Aunque se les desea que tengan éxito y que se apliquen a conocer bien la ciudad, el municipio y la región.
La carrera por la titularidad del Orfis
Por lo que leí ayer, el auditor general del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (ORFIS), Lorenzo Antonio Portilla Vásquez, suma puntos y –eso creo– toma ventaja frente a otros aspirantes ante la posibilidad de que los diputados de la LXV Legislatura local lo reelijan para otro periodo.
A punto de concluir el próximo 26 de septiembre el periodo para el que fue elegido hace siete años por los integrantes de la LXII Legislatura, por lo que se advierte trata de hacer valer los resultados de su trabajo ante la propia Auditoría Superior de la Federación (ASF), lo que puede influir para que vea coronado con éxito su nuevo intento.
La nota de ayer fue que el ORFIS de Veracruz será el primero en el país en realizar “Auditorías Coordinadas” con la ASF utilizando tecnologías de la información y Big Data (alcalorpolitico.com).
Según el Director General de Auditoría a los Recursos Federales Transferidos “D” de la ASF, Aureliano Hernández Palacios Cardel (¿hijo, nieto, del inolvidable jurista veracruzano Aureliano Hernández Palacios?), esas auditorías se podrán realizar gracias al avance que el ORFIS tiene al haber logrado que más del 95 por ciento de los ayuntamientos utilicen el Sistema de Información y Gestión Municipal Armonizado de Veracruz (SIGMAVER), para sus registros contables.
La información dijo que la ASF empleará el sistema en su modalidad de “Auditoría” para realizar revisiones a la Cuenta Pública 2018, lo que le permitirá disminuir los tiempos de sus revisiones, y que incluso suscribieron una minuta de trabajo para la tarea específica, si bien hay convenio de colaboración entre el ente estatal y el federal.
El pasado 21 de mayo, Portilla Vásquez dijo a reporteros durante una visita al congreso del Estado: “No los voy a engañar, sí busco continuar con lo que tenemos, con lo que estamos haciendo, porque es pasión, porque es cariño, es amor a lo que estamos haciendo”.
Se mostró realista. Él quiere, pero no dejó de mencionar que todo dependerá de los diputados “y de Dios, y yo me pongo en sus manos”.
Pero no le deja todo a Dios. Hace méritos. El pasado 10 de junio fue designado Coordinador Regional Centro Golfo de la Asociación de Organismos de Fiscalización Superior y Control Gubernamental, A.C. (ASOFIS) integrado por las Entidades de Fiscalización Superior de Hidalgo, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz.
Ya antes, el 6 de junio de 2017 había sido designado Coordinador del Grupo Regional Cuatro de la misma asociación conformada por los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Todo eso más las últimas denuncias contra el gobierno inmediato anterior yunista suma, y si mi fuente no falla, sería bien visto por un importante funcionario de la Cuarta Transformación que si lo consultan lo palomeará.
Que evitaron un problema mayor
Recién he hablado con quienes conocen al exdiputado local Manuel Francisco Martínez, procesado por el delito de secuestro, y aseguran que en efecto su mal estado de salud lo salvó de permanecer tras las rejas pues ante el temor de que se agravara con consecuencias fatales que desatarían un escándalo, las autoridades judiciales prefirieron acceder a la petición de sus abogados para concederle la prisión domiciliaria.
El pasado 2 de julio el caso retomó relevancia cuando se reveló que la juez del caso, Mónica Segovia Jácome, le había otorgado el beneficio. Según, presenta un severo cuadro de insuficiencia renal y padece una cardiopatía a lo que se suma su edad, lo que se le complicó cuando fue llevado a Pacho Viejo. “Pero ten seguro que ya no será el mismo”, me dijeron quienes no lo quieren pero están pendientes de que no lo vayan a dejar en total libertad.